Petro se acerca al fiscal general para salvar la paz total
El presidente trata de evitar que Barbosa se convierta en un obst¨¢culo insalvable para su pol¨ªtica de seguridad
Fue una reuni¨®n de casi tres horas entre dos hombres que no se profesan muchas simpat¨ªas. Gustavo Petro y Francisco Barbosa se vieron las caras en el despacho presidencial el lunes despu¨¦s de meses de tensi¨®n latente. El presidente no quiere que el fiscal se convierta en un obst¨¢culo para su proyecto de Gobierno m¨¢s ambicioso, el de la paz total, la idea de desarmar a todos los grupos criminales de Colombia. Barbosa se ha mostrado firme y en¨¦rgico en todo este tiempo poniendo l¨ªmites a las que considera unas propuestas de penas de c¨¢rcel demasiado ben¨¦volas con los criminales. La suerte de uno depende de la del otro.
Petro le quiso dejar claro desde el principio que el proyecto de ley de sometimiento no tiene la intenci¨®n de ser blanda con los criminales, que en este supuesto se entregar¨ªan a la justicia por su propio pie. Contempla para los jefes de las bandas c¨¢rcel de seis a ocho a?os sin permiso de libertad condicional ni prisi¨®n domiciliaria. Tras ese periodo estar¨ªan cuatro a?os sometidos a monitoreo y deber¨ªan participar en programas de justicia restaurativa, un modelo que se ha aplicado mucho en el pa¨ªs desde el acuerdo de paz con las FARC, la guerrilla que decidi¨® dejar las armas y pasar a ser un partido pol¨ªtico.
Eso s¨ª, se proteger¨ªa a los cultivadores de hoja de coca, una de las obsesiones del presidente. A menudo estos agricultores han sido perseguidos y maltratados por el Ej¨¦rcito, que perpetra un programa de erradicaci¨®n forzada de la hoja de coca que impulsa Estados Unidos. En otras palabras, el Gobierno se propone asfixiar a los narcotraficantes y darle ox¨ªgeno a los campesinos, como ha explicado a este peri¨®dico el ministro de Justicia, N¨¦stor Osuna. En toda la reuni¨®n, seg¨²n dio a conocer la Presidencia, el fiscal Barbosa mostr¨® dudas que el presidente, que estaba acompa?ado de su mano derecha, Laura Sarabia, quiso atender.
Despu¨¦s se lleg¨® a un asunto que preocupa mucho a Petro: la humanizaci¨®n de la pol¨ªtica criminal y las c¨¢rceles. Desde la campa?a, Petro ha dicho hasta la extenuaci¨®n que las prisiones no son m¨¢s que un agujero en el que caen los pobres y del que no salen rehabilitados, m¨¢s bien al rev¨¦s. ?l quiere que se conviertan en espacios de educaci¨®n, oportunidades y arrepentimiento, al estilo de los presidios en los pa¨ªses n¨®rdicos. Por eso ha sido tan cr¨ªtico con el modelo del presidente de El Salvador, Nayib Bukele. El presidente tiene a un humanista al frente de este prop¨®sito, Danilo Rueda, que antes de formar parte del Gobierno se hab¨ªa recorrido las c¨¢rceles del pa¨ªs con una comisi¨®n intereclesial que buscaba la reparaci¨®n y el perd¨®n de los delitos.
Barbosa, tras la reuni¨®n, vendi¨® el encuentro como un gran ¨¦xito para sus intereses. Dijo que acord¨® con el presidente que no haya ning¨²n beneficio para importadores, ni vendedores, ni productores de droga. Confirm¨® que los cultivadores de hoja de coca quedar¨¢n fuera de esa ecuaci¨®n. ¡°Aquellos que quisieron incluir esto, quedan sin esa herramienta, porque Colombia no va a permitir que se beneficie de esa manera esa cadena del narcotr¨¢fico y en eso coincidimos con el presidente de la Rep¨²blica¡±, a?adi¨®. La gente cercana al presidente quer¨ªa que los narcos tuvieran alg¨²n beneficio por entregarse, de lo contrario ninguno de ellos tendr¨ªa inter¨¦s en presentarse ante la ley. Se hablaba de permitirles quedarse entre un 3% y un 6% del dinero que han acumulado. La cifra, seg¨²n algunos consultados, es demasiado baja y poco atractiva para los delincuentes. La propuesta de Barbosa conduce a donde ya han ido a parar otras leyes de sometimiento, a la nada. En la ¨²ltima ning¨²n narcotraficante acept¨® entregarse.
El fiscal ha chocado frontalmente con pol¨ªticos muy cercanos al presidente. El senador Iv¨¢n Cepeda, uno de los que m¨¢s confianza le tiene, ha denunciado las injerencias pol¨ªticas de Barbosa. ¡°Ha transgredido su labor y se ha metido en el proceso legislativo. Dijo que iba a impedir la tramitaci¨®n de la ley de sometimiento. Eso es inadmisible. ?l puede opinar pero no puede ponerle obst¨¢culos al Congreso¡±, cuenta Cepeda por tel¨¦fono. Petro y su entorno temen que Barbosa juegue el papel del fiscal N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez durante el periodo como presidente de Juan Manuel Santos. Mart¨ªnez fue un verdadero problema a la hora de implementar los acuerdos con las FARC.
¡°Tuvo unos efectos muy nocivos para la paz, que torpede¨® sistem¨¢ticamente. La ley de sometimiento ten¨ªa como objetivo someter al Clan del Golfo, pero es tan draconiana que nadie se ha sometido a ella. El Clan del Golfo es ahora la organizaci¨®n m¨¢s poderosa para los l¨ªderes sociales y la m¨¢s poderosa en t¨¦rminos del narcotr¨¢fico. La pregunta que nos hacemos hoy es si Barbosa est¨¢ dando esos mismos pasos¡±, contin¨²a Cepeda.
A su juicio, hay una parte del stablishment pol¨ªtico que teme que el narco se desmovilice y lo implique en sus negocios, como ocurri¨® en su d¨ªa con el paramilitarismo. En cualquier caso, Petro ha dado el primer paso para tener cerca al que considera un opositor a su Gobierno. Los enemigos m¨¢s a mano que los propios amigos.
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