Colombia en dos pel¨ªculas
El pa¨ªs que retrata ¡®Encanto¡¯ existe, igual que el que refleja ¡®Los reyes del mundo¡¯, y conviven a pocas calles

Encanto, la maravillosa pel¨ªcula de Disney, nos muestra la Colombia que conjuga la magia de Garc¨ªa M¨¢rquez con la m¨²sica de Lin Manuel Miranda. Es esa magia la que protege a unas familias desplazadas por la violencia para crear un pueblo hermoso, a imagen y semejanza de Barichara en Santander, Salento en Quind¨ªo y Villa de Leyva en Boyac¨¢. Logra quedar aislado del violento mundo exterior por infranqueables monta?as, protegido no por la ley y el orden sino por que cada persona que nace en la familia Madrigal tiene un superpoder.
Los superpoderes son una creencia anglosajona que la pel¨ªcula importa bellamente a Colombia y que da resultado, pues por tres generaciones mantiene la prosperidad, la felicidad y la paz. Las familias tienen hijos de todos los colores, como pasa en cada familia en Colombia, unos morenos, otros blancos como el trigo, unos de ojos negros o caf¨¦, uno que otro con verdes, unos altos otros bajitos.
Todo tiembla cuando Mirabel, una de las descendientes de la familia Madrigal, parece no tener ning¨²n superpoder. A la postre, el superpoder escondido de Mirabel es la reconciliaci¨®n. Es lo que salva a la familia y la redime de la condena a cien a?os m¨¢s de soledad, a repetir la historia y no tener una segunda oportunidad sobre la tierra. Es la esperanza y el sue?o. Por eso uno sale encantado de Encanto.
Un a?o despu¨¦s de Encanto, en 2022, sali¨® otra pel¨ªcula, llamada Los Reyes del Mundo, ya no de realismo m¨¢gico sino de realismo aterrador, que ha tenido inmenso ¨¦xito en Netflix y en festivales internacionales.
Su directora, Laura Mora Ortega, nos invita a seguir a Ra, un Odiseo paisa, un muchacho pobre, joven y lleno de coraje, a quien le llegan los papeles oficiales que le reconocen la propiedad del predio de donde fue desplazada su abuela. Ra emprende un viaje a recuperar su ¨ªtaca. En su caso queda en Nech¨ª, Antioquia, zona productora de oro, dominada por gente arisca y armada, que desplaza a los locales y se dedica a explotar las minas de oro de aluvi¨®n.
No quiero estropear la pel¨ªcula a quienes a¨²n no la han visto. De manera que paren aqu¨ª y guarden el resto del art¨ªculo para despu¨¦s de verla.
En el camino, nuestro joven h¨¦roe de 19 a?os encontrar¨¢ y bailar¨¢ con sirenas y pelear¨¢ contra c¨ªclopes que merman su tripulaci¨®n. Llegar¨¢ a Itaca, en Nech¨ª, Antioquia, uno de los sitios del mundo donde solamente se puede sobrevivir con superpoderes o superarmado. En el caso de Ra, los pr¨ªncipes que malgastan la fortuna de Odiseo son los mineros ilegales que sacan el oro de su terru?o.
Gonorrea, pirobo, parce, gam¨ªn, falt¨®n, el lenguaje barriobajero de Medell¨ªn es el punto de partida y el hilo que une los parches de la traves¨ªa. Los cuatro h¨¦roes de esta tripulaci¨®n vivir¨¢n en hora y media los horrores y angustias de todas las ¨¦pocas de la historia de Colombia. Experimentar¨¢n en carne propia la conquista de territorios que eran de otros, pero que los advenedizos arrebataron para explotar con mayor provecho. La colonia, pasando por la mita minera y la encomienda. La rep¨²blica caracterizada de peleas intestinas por la tierra, cuando no existe ni ley ni orden, sino la ley del m¨¢s fuerte.
Son personajes ilusionados y luego decepcionados por el Estado constitucional, legalista, incompetente e ineficaz hasta la exasperaci¨®n. La justicia y la burocracia leguleyas, que parece que cumplieran porque escriben en unos papeles las cosas como debieran ser, al derecho. Cuando saben que las cosas en la pr¨¢ctica, en la realidad, son al rev¨¦s.
Los funcionarios dan la apariencia de cumplir sin remordimiento. Otorgan tierras, emiten fallos en derecho y en justicia, informan a las v¨ªctimas con la intenci¨®n de restituir su dignidad y sus propiedades; darles la esperanza y un prop¨®sito para vivir; ponerlas en camino hacia recuperar lo que es suyo. Pero en el terreno las cosas son a otro precio, y los fallos de la ciudad valen poco a la orilla de los r¨ªos. As¨ª ser¨¢ dif¨ªcil que cualquier paz nos reconcilie, ni siquiera si la mism¨ªsima Mirabel viniera a firmarla.
Las dos pel¨ªculas se juntan en la escena en que el patriarca Madrigal es expulsado de su pueblo original y asesinado en una quebrada, ante la vista de su esposa y sus tres hijos. En el lado de ese arroyo donde est¨¢n los agresores que desplazaron a las familias, puede quedar Nech¨ª, Antioquia, O Argelia, Cauca; Guapi, Nari?o; La Hormiga, Putumayo, o los barrios pobres de Santa Marta, Ibagu¨¦ o Neiva. Sitios asolados por el crimen, el tr¨¢fico de coca¨ªna y marihuana, o las llamadas Roche y Tussi, drogas que est¨¢n acabando con lo poco que las armas han dejado en pie.
Del otro lado de ese arroyo, est¨¢ el pueblo de la familia Madrigal. Barichara, Salento, Villa de Leyva o muchas zonas de nuestra geograf¨ªa redimidas por el progreso y el orden, pobladas por miles familias con superpoderes que han creado cosas buenas, construido empresa y generado empleo. All¨ª familias de todos los or¨ªgenes, colores y sinsabores pueden mejorar, criar y educar a sus hijos.
Las dos Colombias conviven con unas fronteras que no son tan lejanas como las de Nech¨ª y Barichara. Conviven a pocas calles. La Colombia de los superh¨¦roes es vecina de barrio de la de Ra y sus acompa?antes.
No hemos logrado reconciliar a las dos Colombias. Ha habido un movimiento pendular entre las dos, pues en cada regi¨®n una est¨¢ venciendo a la otra. No es un dilema exclusivo de Colombia. Cada pa¨ªs latinoamericano e inclusive muchas zonas de Estados Unidos est¨¢n viviendo esa tensi¨®n y pugna entre zonas aleda?as, una con legalidad pujante y la otra con ilegalidad igualmente pujante.
La segunda le vende las drogas a la primera, a ella misma y al mundo entero. Impotencia es lo que m¨¢s impera. La soluci¨®n de los Madrigal, que fue aislarse tras monta?as que les den seguridad, sigue siendo el recurso m¨¢s eficaz. ?De qui¨¦n ser¨¢ el futuro? Vea las dos pel¨ªculas y formule su propia respuesta.
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