Catalina P¨¦rez: ¡°En este pa¨ªs hay un pu?ado de familias que tienen todo y un pueblo muri¨¦ndose de hambre¡±
La reci¨¦n posesionada senadora por el Pacto Hist¨®rico lleva toda la vida liderando la lucha por el acceso colectivo a la tierra. Ha vivido el exilio y la persecuci¨®n por haber sido una rebelde campesina desde los a?os setenta
Catalina P¨¦rez dice en broma que no es casualidad que haya nacido el mismo a?o en que mataron a Jorge Eli¨¦cer Gait¨¢n. ¡°?El esp¨ªritu de Gait¨¢n vive en m¨ª!¡±, dice con sorna la senadora reci¨¦n posesionada. A los 74 a?os y despu¨¦s de toda la vida liderando la lucha por el acceso colectivo a la tierra, P¨¦rez llega al Congreso por una carambola del destino. Hab¨ªa sido candidata del Pacto Hist¨®rico en las elecciones regionales y ocup¨® el rengl¨®n 22 de la lista cerrada de esa coalici¨®n de izquierda. No le alcanz¨® para una silla en el Congreso, pero la salida de su compa?ero de partido C¨¦sar Pach¨®n por una sanci¨®n del Consejo de Estado le abri¨® un lugar y el pasado 28 de marzo fue posesionada como senadora. ¡°La senadora campesina¡±, pide que la llamen.
Catalina P¨¦rez dice que en 1948, en ese a?o naci¨®, pasaron muchas cosas. El magnicidio de Gait¨¢n, la muerte de su abuelo Catalino, la violencia que empez¨® a acorralar a los campesinos. ¡°Yo nac¨ª en una ¨¦poca muy violenta. Mi abuela qued¨® viuda con cinco hijos: cuatro mujeres y un hombre¡±. Habla de La mona, como era conocida su abuela, una mujer agricultora, en cuya finca aprendi¨® a leer y a escribir, ya de ni?a grande. ¡°Puso una escuela en su casa para que aprendieran sus nietos, aprend¨ª a los 10 a?os a escribir mi nombre, lo escrib¨ªa en el piso, en los ¨¢rboles¡±, recuerda sonriente. Su historia est¨¢ ligada a la tierra, creci¨® en una familia de mujeres campesinas y desde muy joven se uni¨® a movimientos que luchaban por el acceso equitativo del campo. Hizo parte de las primeras tomas de tierra en los a?os setenta. Fue encarcelada como presunta subversiva y puesta en libertad porque era inocente, lo suyo era activismo por los campesinos de C¨®rdoba, su tierra, y de Sucre, a donde lleg¨® empujada por la violencia.
P¨¦rez dice que creci¨® creyendo en la mentira de que el campesino es pobre. Eso dec¨ªan los curas que iban a su pueblo y que intentaban hacer ver la pobreza como una cualidad. Cuando termin¨® la primaria, quiso seguir estudiando y se fue por un tiempo a Cali con una congregaci¨®n de monjas. En el d¨ªa, trabajaba con ellas haciendo limpieza en casas de familia y en las noches estudiaba el bachillerato. No pudo terminarlo porque trabajaba m¨¢s de lo que pod¨ªa estudiar. Cuando regres¨® a Lomaverde, su vereda en el C¨®rdoba, los campesinos hablaban de la tierra. La Asociaci¨®n Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc), de la que P¨¦rez fue una de sus l¨ªderes, se cre¨® en apoyo a la reforma agraria que hab¨ªa propuesto el presidente Carlos Lleras Restrepo (1966-1970). ¡°El campesinado se rebeldiz¨® esperando la reforma y se organizaron las primeras tomas de tierra. En un d¨ªa hubo 800 solo en el Caribe¡±, cuenta. Dice que despu¨¦s de la toma de una finca de m¨¢s de 20.000 hect¨¢reas, los ¡°terratenientes desplegaron una mano negra¡±, que persigui¨® a quienes intentaran regresar a sus tierras o tomarse las improductivas.
¡°Hac¨ªamos un estudio de la tierra, busc¨¢bamos cu¨¢les eran tierras incultas, que hubieran estado hasta diez a?os sin producir nada. Cuando ven¨ªa la represi¨®n, pon¨ªamos la bandera de Colombia y cant¨¢bamos el himno nacional¡±, dice que as¨ª lograron durante varias tomas frenar a los polic¨ªas, pero que pusieron a ¡°temblar a los terratenientes, que empezaron a armar para matar a los l¨ªderes¡±, cuenta P¨¦rez. En 1974 mataron al l¨ªder Ismael Bertel frente a ella y otros campesinos. ¡°Era un hombre tan inteligente que cuando terminaba sus discursos dec¨ªa: compa?eros y compa?eras, es mejor morir peleando la tierra que de rodillas ante los terratenientes¡±. As¨ª muri¨®. ¡°El mejor homenaje que le pude brindar a Ismael fue seguir su ejemplo de lucha por la tierra para los campesinos¡±.
Catalina P¨¦rez lideraba a un grupo de mujeres que cultivaba las tierras que se tomaban. Lo hicieron solas y en compa?¨ªa de soci¨®logo y escritor Orlando Fals Borda, ¡°el primer intelectual que se les acerc¨® a los campesinos y se meti¨® con ellos en la tierra¡±, dice la senadora. ¡°Con ¨¦l aprendimos que los campesinos no eran pobres porque s¨ª, sino que hab¨ªa un pu?ado de familias que ten¨ªan toda la riqueza y la inmensa mayor¨ªa no ten¨ªamos nada¡±.
¡°En cada toma de tierra hab¨ªa una parcela para las mujeres, hac¨ªamos nuestros cultivos comunitarios de ma¨ªz, frijol, ajonjol¨ª, yuca, ?ame¡±, rememora desde la sala de su casa en Bogot¨¢, a la que se acaba de mudar. Ya hab¨ªa vivido el fr¨ªo en su exilio de m¨¢s de 20 a?os en Austria, pero es la primera vez que vive en Bogot¨¢. Su casa en Colombia siempre ha estado en el Caribe. ¡°Busqu¨¦ un apartamento en el primer piso para estar cerquita a la tierra¡±, dice. Desde su ventana se divisa una plaza llena de ¨¢rboles.
A P¨¦rez la se?alaron de ser una ¡°agitadora profesional¡±, recuerda, ahora con gracia. Estuvo siete d¨ªas detenida por participar en una toma de tierra a inicios de los a?os 70 y despu¨¦s de eso fue perseguida hasta que tuvo que salir del pa¨ªs en 1988 por iniciativa de Amnist¨ªa Internacional, que la alert¨® del peligro que corr¨ªa. ¡°Siempre nos trataban de guerrilleros, pero nuestro fusil era la rula, el barret¨®n, las herramientas que us¨¢bamos para trabajar el campo¡±.
La ahora senadora recuerda como un hito en su historia el d¨ªa que ella instal¨® el cuarto congreso campesino en Magangu¨¦, Bol¨ªvar. Era la primera mujer en hacerlo y su figura empez¨® a ser reconocida fuera del pa¨ªs. Ese mismo a?o, 1977, fue invitada a Holanda y a Francia para hablar de las luchas de las campesinas. Su liderazgo la hizo reconocida entre campesinos y los l¨ªderes pol¨ªticos de la ¨¦poca. Una imagen de los a?os ochenta, que se ha hecho p¨²blica estos d¨ªas, en la que se le ve en un encuentro nacional del movimiento popular ¡®los inconformes¡¯, en Chachag¨¹¨ª, Nari?o, junto a un Gustavo Petro joven, recuerda que su historia viene de lejos. ¡°Yo no estoy en el Pacto Hist¨®rico por una coyuntura politiquera medi¨¢tica¡±, dice.
Conf¨ªa en el Gobierno de Gustavo Petro porque, como en ese encuentro que los junt¨® en 1986, coinciden ahora en poner al campesino en el centro del desarrollo del pa¨ªs. ¡°No basta con que al campesino le den la tierra, le deben dar insumos, garantizar v¨ªas terciarias, que haya un precio estable para el fruto de su cultivo y no como siempre, que al campesino solo le queda el cansancio porque el intermediario es el que le pone precio a su producto y se lo paga como se le da la gana¡±.
Catalina P¨¦rez lider¨® por muchos a?os la Anuc en Sucre. Impuls¨® la Organizaci¨®n de la mujer y la Asociaci¨®n femenina por la emancipaci¨®n, una organizaci¨®n a la que le tuvieron que cambiar el nombre por Asociaci¨®n de amas de casa rurales, porque el primero sonaba muy ¡°revolucionario¡±, dice.
Cuando habla de los fallidos intentos por conseguir reforma agraria, se?ala como responsables a los mismos que hoy se interponen para que haya una distribuci¨®n justa de la tierra. ¡°Los p¨¢jaros nunca se fueron, se transformaron en paramilitares en los territorios que, con violencia, se quedan con las tierras. La falta de desarrollo del pa¨ªs ha sido, en parte, por culpa de la posici¨®n pol¨ªtica de los terratenientes, que no han querido que el pa¨ªs se desarrolle, porque un pa¨ªs desarrollado es un pa¨ªs con comida. En este pa¨ªs hay un pu?ado de familias que tienen todo y un pueblo muri¨¦ndose de hambre¡±. Habla de Mar¨ªa la Baja, en los Montes de Mar¨ªa, como el ocaso de la tierra campesina. ¡°Hoy encontramos tierras como Mar¨ªa la Baja, que eran grandes producciones de arroz, con monocultivos de palma aceitera y con ganader¨ªa extensiva. T¨² vas en un auto o caminas y ves hect¨¢reas y hect¨¢reas desocupadas o ves cuatro vacas. Una vaca tiene m¨¢s tierra que un campesino para sembrar una mata de yuca¡±.
La senadora dice que el Gobierno de Gustavo Petro ha abierto un camino para que el movimiento campesino vuelva a tener la fuerza que la violencia le hizo perder hacer por a?os. ¡°La violencia destruy¨® al campesinado¡±, dice. Ahora, que nuevamente se impulsa una reforma agraria, dice que ve una oportunidad ¡°para que se organicen e impulsen procesos¡±. ¡°Por qu¨¦ en un pa¨ªs agrario, un pa¨ªs de la tierra como este, los campesinos y campesinas no existimos, ni se nos reconoce como sujeto de derechos. Para hacer una verdadera reforma agraria en Colombia se necesita tambi¨¦n una organizaci¨®n del campesinado¡±.
En el Congreso lleva apenas un mes, pero ya impulsa una red nacional de alimentos para evitar intermediarios entre el productor y el consumidor. ¡°Hubo una ¨¦poca en que este pa¨ªs ten¨ªa mercados campesinos, centros de acopio en los territorios. Ya no tenemos nada de eso. Debemos recuperarlos y conseguir que la producci¨®n nacional se tenga en cuenta primero porque este pa¨ªs tan rico, con todos los suelos y climas, no es justo que est¨¦ importando, por ejemplo, ma¨ªz de pa¨ªses como M¨¦xico o Estados Unidos¡±.
La semana que se posesion¨® en el Congreso, la Comisi¨®n primera del Senado aprob¨® un proyecto, impulsado por la Presidencia, que busca darle estatus constitucional el derecho de los campesinos a la tierra. ¡°Tenemos que lograr que el campesino no se quede pobre toda su vida. Los gobiernos que han pasado nunca le han dado ning¨²n est¨ªmulo al campesinado, ni a los viejos, ni a los j¨®venes. Los ni?os crecieron viendo que su pap¨¢ todo el tiempo fue campesino y est¨¢ arruinado. La miseria del pa¨ªs es la mala distribuci¨®n de la tierra. La tierra hay que democratizarla¡±.
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