¡°No vemos al volc¨¢n como un monstruo¡±: por qu¨¦ quienes viven m¨¢s cerca del Nevado del Ruiz regresan a sus casas
De las mil personas que debieron evacuar en el departamento del Tolima solo lo han hecho 130, y de forma parcial. Tras casi dos meses de espera, aseguran que deben trabajar para subsistir
A ocho kil¨®metros en l¨ªnea recta desde el cr¨¢ter del volc¨¢n Nevado del Ruiz, Juli¨¢n Hern¨¢ndez es uno de los primeros testigos de cada uno de sus movimientos: siente si tembl¨®, si la tierra est¨¢ m¨¢s caliente, si aument¨® la emisi¨®n de ceniza. Y pese a que en ocasiones el polvillo se le mete entre los ojos y hace que le ardan, cuenta que no puede resistir la tentaci¨®n de voltearse a mirarlo y dejarse deslumbrar por su belleza.
No deber¨ªa estar all¨ª, seg¨²n las indicaciones de la Unidad Nacional para la Gesti¨®n del Riesgo de Desastres Naturales (UNGRD) que, de acuerdo con el mapa de amenazas entregado por el Servicio Geol¨®gico Colombiano, estableci¨® que todas las personas que vivieran en un radio de 15 kil¨®metros del cr¨¢ter deb¨ªan ser evacuadas. Esto luego de que el pasado 30 de marzo se declarara que la actividad del volc¨¢n hab¨ªa pasado a nivel naranja.
Desde entonces, varios indicadores sugieren que existe una probabilidad significativa de que el Ruiz haga una erupci¨®n mayor a las que ha hecho en los ¨²ltimos d¨ªas y semanas, que no han revestido riesgo. Los ge¨®logos contin¨²an registrando el fracturamiento de la roca en el interior del que llaman edificio volc¨¢nico, algunas anomal¨ªas al fondo del cr¨¢ter y un aumento tanto de la altura de la columna de gases como de la energ¨ªa s¨ªsmica.
Juli¨¢n, sin aparatos de medici¨®n ni im¨¢genes satelitales, llega a la misma conclusi¨®n: ¡°El volc¨¢n est¨¢ en un proceso natural. Va a hacer erupci¨®n. Cu¨¢nto tiempo se demora: no lo sabemos. Qu¨¦ tan grande sea la dimensi¨®n: tampoco lo sabemos¡±. Al comienzo, como muchos, sigui¨® las indicaciones. Como campesino que vive del ganado y la agricultura, trabajaba en su finca de d¨ªa y bajaba al casco urbano de Murillo de noche, aunque a costa de sus ingresos. En una econom¨ªa paralizada por la declaratoria de la emergencia, lo que trabajaba apenas le alcanzaba para solventar la gasolina para ir y volver en moto todos los d¨ªas. Para Juli¨¢n se necesitan ayudas para combustible, m¨¢s all¨¢ de mercados que se acaban demasiado r¨¢pido.
La indicaci¨®n de evacuar aplica para la zona rural de otros tres municipios tolimenses: Villahermosa, Herveo y Casabianca. Pese a que el volc¨¢n se encuentra m¨¢s hacia el vecino Caldas, afecta m¨¢s al Tolima, ya que en esa vertiente fluyen muchos r¨ªos que pueden crecer s¨²bitamente en caso de una erupci¨®n. La lava derretir¨ªa el hielo, que convertido en agua podr¨ªa desbordarlos; y al mezclarse con rocas, ceniza y tierra podr¨ªa generar una avalancha, como sucedi¨® en 1985. Aquella vez, la explosi¨®n gener¨® una avalancha de tal magnitud que borr¨® un pueblo entero del mapa: Armero. La doble condici¨®n de volc¨¢n y nevado que hace al Ruiz tan peligroso dej¨® esa vez cerca de 25.000 muertos.
Bajo el fantasma de esta tragedia, las autoridades no pueden escatimar esfuerzos. Sin embargo, ¡°no ha sido f¨¢cil¡±, relata Andrea Mayorqu¨ªn, directora de gesti¨®n del riesgo del Tolima. ¡°El censo nos da que habr¨ªan tenido que salir mil personas¡±, pero al sumar los evacuados las cifras oficiales apenas llegan a 130 personas, que adem¨¢s solo han hecho una evacuaci¨®n parcial: duermen en la cabecera municipal, donde alg¨²n familiar o amigo, pero el jefe de hogar se devuelve durante el d¨ªa a trabajar en su finca. Los ¨²nicos que se han quedado en el municipio son los adultos mayores, que ante alguna emergencia no podr¨ªan ser transportados r¨¢pidamente en moto.
La evacuaci¨®n va en reversa, dice Mayorqu¨ªn. ¡°Las personas se han ido devolviendo poco a poco, precisamente porque ya vivieron la erupci¨®n de 1985, y como en esos cuatro municipios solo cay¨® ceniza, entonces dicen: ¡®Yo no me voy porque a m¨ª no me pas¨® nada¡¯. Por el otro lado, digamos que no se sienten con las garant¨ªas y con la seguridad de poderse ir totalmente¡±.
Juli¨¢n, quien fue elegido como presidente de la junta de acci¨®n comunal de su vereda, la Caba?a, asegura que los pueblos cercanos al volc¨¢n nunca se han visto afectados por una explosi¨®n, como s¨ª ha pasado con los de la parte baja, como Armero. Es consciente de que podr¨ªan caer piroclastos (fragmentos s¨®lidos de material volc¨¢nico), pero cree que con una alerta temprana se podr¨ªan evitar da?os mayores. ¡°Murillo ¡ªinsiste¡ª no ha puesto muertos en ninguna erupci¨®n¡±. Cuando pas¨® lo de Armero, solo recuerda que sus ¡°praderas se llenaron totalmente de un tapete de arena y no hubo comida. Por ah¨ª a los 20 d¨ªas empez¨® a salir pasto¡±.
Como la UNGRD no puede obligar a la gente a evacuar, ha creado un sistema de alistamiento, con un registro diario de todas las personas que salen y vuelven a entrar a la zona. La Gobernaci¨®n y las alcald¨ªas han entregado mercados a las familias mientras trabajan en la adecuaci¨®n de albergues. Mayorqu¨ªn asegura que ya hay refugios en los 14 municipios catalogados en riesgo en el Tolima, pero que no est¨¢n del todo adecuados. Tienen algunas colchonetas y cobijas, pero est¨¢n pensados m¨¢s para atender a los posibles damnificados en caso de una emergencia que para recibir a las familias que evac¨²en de forma preventiva.
¡°Otros se devolvieron por temas familiares¡±, comenta el encargado de la Gesti¨®n del Riesgo para Murillo, Cristian Rodr¨ªguez. ¡°Una muchacha se vino con su ni?o, pero sus pap¨¢s est¨¢n enfermos y se niegan a retirarse de la finca. Entonces se devolvi¨® para poderlos atender¡±.
Cristian cuenta que desde Murillo tambi¨¦n han solicitado al Gobierno los elementos para crear un emisora de radio abierta. La mala comunicaci¨®n fue uno de los graves problemas del pasado. Pese a que la Cruz Roja ha entregado radios enlazadas con la UNGRD, con una persona que hace monitoreo las 24 horas, no hay una radio para cada familia y en las veredas las casas est¨¢n separadas por kil¨®metros de distancia. All¨ª una emisora ser¨ªa clave, ya que a menudo falla la red m¨®vil y la poblaci¨®n queda completamente incomunicada. Mediante una emisora todos podr¨ªan ser avisados a tiempo en caso de una explosi¨®n inminente. Una vez cambie a nivel rojo, tendr¨ªan una hora para evacuar.
Murillo vive de la papa y de la leche. Un poco de la cebolla y de las hortalizas, en un paisaje de p¨¢ramo que contrasta con el de los municipios c¨¢lidos de la mayor¨ªa del Tolima. De la regi¨®n es el que m¨¢s depende del turismo. Con el cierre del Parque Natural de los Nevados, donde est¨¢ el Ruiz, ese ingreso econ¨®mico pr¨¢cticamente ha desaparecido. ¡°Nos est¨¢n estigmatizando a los que vivimos en la parte alta. Nunca los pueblos que viven alrededor del volc¨¢n han sufrido un impacto mayor por una erupci¨®n¡±, reitera Hern¨¢ndez.
Para ellos, el volc¨¢n es un orgullo. Cuando Juli¨¢n lo mira, desde los 3.500 metros de altura en los que queda su finca, no lo ve como una fuente de desgracia sino como una bendici¨®n. ¡°El volc¨¢n siempre nos ha tra¨ªdo a nosotros los que vivimos a pie de ¨¦l mucha riqueza, y nos ha dado tanto que cada vez que el volc¨¢n nos bota ceniza, nos bota minerales y las praderas terminan abon¨¢ndose¡±.
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