Por qu¨¦ se hunden las reformas
La ca¨ªda de las reformas laboral y de cannabis recreativo en el Congreso radica m¨¢s en su pertinencia, que en luchas de poder, o en un mal ambiente creado por los medios o los empresarios
La ca¨ªda de las reformas laboral y de cannabis recreativo en el Congreso radica m¨¢s en su pertinencia que en luchas de poder o en un mal ambiente creado por los medios o los empresarios. ?Por qu¨¦ fueron v¨ªctimas de operaci¨®n tortuga? ?La debacle se debi¨® solamente a litigios pol¨ªticos, o hab¨ªa objeciones serias a ambas iniciativas?
Las dos reformas eran problem¨¢ticas. La laboral no beneficiaba a los trabajadores, y la recreativa amenazaba a los que m¨¢s recreaci¨®n necesitan, los ni?os y los adolescentes menores de edad.
Empecemos por la laboral. Temprano en el debate, el Grupo de An¨¢lisis del Mercado Laboral del Banco de la Rep¨²blica, dijo que la reforma sub¨ªa entre 3% y 10% los costos salariales, aumentaba igualmente las indemnizaciones por despido y osificaba la fuerza laboral de las empresas actuales. Estimaron que el empleo formal caer¨ªa en alrededor de 450.000 empleos, equivalentes a una disminuci¨®n de 2,1% de la tasa de formalidad. El aumento en los costos de despido habr¨ªa tenido efectos a¨²n m¨¢s grandes en la siguientes dos d¨¦cadas.
El impacto habr¨ªa sido severo sobre el comercio, las actividades profesionales, de recreaci¨®n, esparcimiento, hoteler¨ªa y turismo. Esos sectores pusieron el grito en el cielo. Las micro y peque?as empresas iban a ser las m¨¢s afectadas. Todo mal.
La ministra de Trabajo dijo que la meta de la reforma no era crear empleo sino favorecer a los trabajadores actuales, con mayor estabilidad laboral y acceso a mecanismos de protecci¨®n social. Otros grandes favorecidos era los sindicatos. En suma, era una reforma para los votantes de Petro, pero con costo para los 15 millones de trabajadores que o bien est¨¢n en el rebusque, o bien no han podido siquiera salir a buscar empleo.
Miremos ahora el cannabis recreativo para adultos. En 2021, cuando est¨¢bamos en la campa?a presidencial, la Universidad de los Andes organiz¨® un foro sobre despenalizar el uso recreativo de la marihuana. Citaron como ejemplo los casos de ?msterdam, Uruguay y varios estados de los Estados Unidos. Colombia deb¨ªa acompa?ar a esos lugares en la vanguardia de la recreaci¨®n.
Los defensores ve¨ªan en la legalizaci¨®n la verdadera soluci¨®n al problema de la violencia en Colombia, y una mayor libertad de escogencia de los ciudadanos adultos. El candidato Gustavo Petro, al igual que la mayor¨ªa de los que compet¨ªamos, prometieron hacerlo. En las universidades eso daba aplausos y votos.
Me opuse a la idea. Aun cuando puede tener m¨¦rito en la teor¨ªa, para quitarle la fuente econ¨®mica a las mafias, en las calles y parques de las ciudades y pueblos de Colombia se vive a diario una cosa muy distinta a ?msterdam y Montevideo. En particular, en los barrios m¨¢s pobres y de clase media, los padres de familia mantienen una angustia permanente por que les ofrezcan a sus hijos droga en el camino al colegio, cuando van a la tienda o cuando juegan en la calle.
Encontr¨¦ a grupos de padres de familia que se apuran en llegar de trabajar a organizar constantemente torneos de f¨²tbol y otros deportes, y hacer turnos para estar en las canchas y ahuyentar a los vendedores de droga. Ven con tristeza y desaz¨®n que la polic¨ªa en lugar de ahuyentar a los vendedores de droga, los protege.
En una entrevista que inclu¨ª en mi libro Un A?o de Soledad, un criminal de Medell¨ªn dice que siete de cada diez polic¨ªas son parte del problema de inseguridad y drogas. Con esa baj¨ªsima capacidad de control, Colombia est¨¢ muy lejos de las condiciones de Uruguay, Holanda o California.
El pa¨ªs est¨¢ tomado por el microtr¨¢fico. Una soluci¨®n de pol¨ªtica p¨²blica consistente en legalizar ese tr¨¢fico, aumenta las alarmas de los hogares de clase trabajadora y clase media.
Una encuesta del Centro Nacional de Consultor¨ªa para Semana encontr¨® que el 60% de los encuestados no estaba de acuerdo con legalizar la marihuana. En cuanto a la coca¨ªna, el rechazo era del 80%. Por regiones, la oposici¨®n a la legalizaci¨®n del uso recreativo de la marihuana era el 75% en la Costa Caribe, y 81% en Antioquia y el Eje Cafetero. En Bogot¨¢ el 49% est¨¢ a favor de legalizar la marihuana y el 25% la coca¨ªna.
Es una discusi¨®n dif¨ªcil. Un elemento clave que se debe garantizar a los padres de familia es que cese la impotencia e inutilidad de las fuerzas del orden. Sin eso, las cosas se ven muy distintas en la calles de pueblos y ciudades, frente a los salones de clase de las universidades.
Como el licor, el uso recreativo de la marihuana debe estar estrictamente alejado de los menores de edad. Como lo demuestra el licor, ese no es el caso en nuestro medio. Si la autoridad no manda, mandar¨ªa mal el Gobierno legalizando algo cuyo acceso a ni?os y j¨®venes no puede evitar.
As¨ª las cosas, la culpa de la ca¨ªda de las reformas radica en parte en el miedo leg¨ªtimo de que aumente el desempleo, y en el descontrol frente a las drogas entre ni?os y j¨®venes. Por eso, creo, eran reformas que leg¨ªtimamente no convenc¨ªan a muchos congresistas. No solo a los conservadores.
Cada cual es due?o de su miedo. Los congresistas no le jugaron a una reforma laboral que destruir¨ªa empleo y a una reforma del cannabis recreativo que destruir¨ªa al tejido social y familiar. Con ese tipo de reformas, y la falta de eficacia de la polic¨ªa, el Gobierno se arriesga a que el Congreso no le camine y no le vote. Peor a¨²n si la ministra responsable est¨¢ de viaje en el exterior, en lugar de estar buscando los votos en el Capitolio.
Ahora el presidente de la Rep¨²blica culpa de la ca¨ªda de las reformas a empresarios, analistas y medios de comunicaci¨®n. Creo que hay m¨¢s que eso. El Gobierno debe cuidarse m¨¢s de lo que manda al Congreso, de tal manera que no socave su capacidad de mando. De otra manera el Congreso mandar¨¢ algunos proyectos de ley a la caneca.
Correcci¨®n: en el art¨ªculo de la semana pasada escrib¨ª mal el nombre del teniente coronel ?scar D¨¢vila. Tenemos al coronel ?scar D¨¢vila y a su familia en nuestras oraciones, nos solidarizamos con su dolor y lamentamos su triste muerte.
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