Alex Char se repliega a su fort¨ªn de Barranquilla
El popular exalcalde saborea su regreso a la Alcald¨ªa de la mayor urbe del Caribe. Ni siquiera la captura de su hermano Arturo ha mermado el amplio favoritismo de los Char
¡°Alex, alcalde¡±, sin apellido, es todo lo que dicen sus vallas. Alejandro Char no necesita darse a conocer. El popular exgobernante de Barranquilla, que busca ser elegido por tercera ocasi¨®n, ha esquivado los debates y no ha concedido entrevistas, como acostumbra. Ese silencio contrasta con las redes sociales, donde publica emotivos videos en los que reivindica sus logros al frente de la gran metr¨®poli del Caribe. Es una estrategia similar a la del a?o pasado en su fallida aspiraci¨®n presidencial dentro de la coalici¨®n de derechas, el llamado Equipo por Colombia, pero los resultados se anticipan diametralmente opuestos. Alex, como todos lo conocen, el desparpajado ingeniero de las cachuchas ra¨ªdas y los zapatos deportivos, se encamina a arrasar en las urnas a pesar de los esc¨¢ndalos que salpican a su familia y mantienen en la c¨¢rcel a su hermano Arturo.
El desenlace de los comicios es conocido de antemano. ¡°Si nada extraordinario ocurre, Alex Char ganar¨¢ la Alcald¨ªa sin abrir la boca, sin ir a un debate, sin presentar una sola propuesta y sin conceder una sola entrevista a medios que no est¨¦n bajo su visera¡±, escrib¨ªa ya desde julio el catedr¨¢tico Alfredo Sabbagh en una columna que El Heraldo, el peri¨®dico local donde escribi¨® por 13 a?os, decidi¨® no publicar. Sabbagh calificaba de intocable al exalcalde. ¡°En buena parte del pa¨ªs miran con asombro c¨®mo se lanza nuevamente alguien con tantos se?alamientos, descaradamente protegido por los organismos de control, con una capacidad discursiva casi nula, laminita de mostrar de un grupo econ¨®mico y pol¨ªtico con muchos rabos de paja¡±, le criticaba.
Aunque s¨ª que ocurri¨® un hecho extraordinario en plena campa?a. El otro hermano metido en pol¨ªtica, Arturo Char, que lleg¨® a presidir el Congreso antes de caer en desgracia, fue capturado a comienzos de septiembre en Barranquilla tan pronto regres¨® al pa¨ªs, un d¨ªa despu¨¦s de que la Corte Suprema hab¨ªa emitido una orden internacional en su contra por el caso de la excongresista Aida Merlano, la primera condenada en Colombia por compra de votos. Ella tambi¨¦n acusa a Alex, con quien sostuvo un romance extramatrimonial, de ser su c¨®mplice tanto en la trama de compra de votos como en su cinematogr¨¢fica fuga de la c¨¢rcel en 2019. Los Char ya no son intocables, pero eso no descarril¨® la candidatura de Alex.
El tefl¨®n, por ahora, resiste. La hegemon¨ªa de los Char, que ya cumple casi 16 a?os, ha tenido logros palpables que reconocen incluso sus cr¨ªticos. Barranquilla ya no es ¡®La Arenosa¡¯, el apodo que se gan¨® por sus calles destapadas y polvorientas. En sus dos periodos, de 2008 a 2011 y de 2016 a 2019, Alex paviment¨® los barrios populares, construy¨® colegios, hospitales, parques y canaliz¨® varios arroyos. La ciudad dej¨® de darle la espalda al r¨ªo, con nuevos s¨ªmbolos como el Gran Malec¨®n, y levant¨® estadios de b¨¢squet, f¨²tbol y beisbol. El presupuesto de la cuarta ciudad de Colombia ha pasado de 550.000 millones de pesos en 2007 (unos 275.000 millones de d¨®lares de la ¨¦poca) cuando fue elegido por primera vez, a 4,2 billones de pesos (algo m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares). En ambas ocasiones ha dejado instalados a sus sucesores, Elsa Noguera y el alcalde saliente, Jaime Pumarejo.
Ingeniero civil de la Universidad del Norte, Alex es el delf¨ªn m¨¢s sobresaliente del clan Char, como se conoce a la familia de ascendencia siria que domina los negocios, la pol¨ªtica y el f¨²tbol barranquilleros. Son due?os del emporio de supermercados y droguer¨ªas Ol¨ªmpica, adem¨¢s de la cadena radial del mismo nombre, el banco Serfinanza y tambi¨¦n del Junior, la gran pasi¨®n de la ciudad. Cuando Alex lleg¨® a la Alcald¨ªa por primera vez ¨Ctodav¨ªa sin gorra¨C, el equipo tibur¨®n estaba hundido. A semejanza de Mauricio Macri en Argentina o Silvio Berlusconi en Italia, se apalanc¨® en la popularidad del club. En su discurso de posesi¨®n, anunci¨® la llegada de Giovanni Hern¨¢ndez, un talentoso diez apodado en su d¨ªa ¡°el ni?o del mill¨®n de d¨®lares¡±. Desde entonces, acostumbr¨® a los barranquilleros a que cada vez que el equipo tibur¨®n rompe el mercado de la liga colombiana, ¨¦l es el encargado de hacer el anuncio.
Alex se dio el lujo de acabar su segundo periodo con una aprobaci¨®n por encima del 95%, aceitada tambi¨¦n por un gasto publicitario ¡°desorbitado¡± que ayuda a silenciar a la prensa cr¨ªtica, de acuerdo con la Fundaci¨®n para la Libertad de Prensa (Flip). El modelo, sin embargo, ha perdido lustre. Adem¨¢s de la inseguridad, las denuncias de coimas y los cuestionamientos a los m¨¦todos de contrataci¨®n de las megaobras en Barranquilla, concentradas en cuatro grandes contratistas, entre ellos los hermanos Daes, la deuda p¨²blica se ha disparado. Es lo que Jairo Parada, economista de la Universidad del Norte, llama desde 2016 ¡°prosperidad al debe¡±.
A pesar de todo, Alex cabalga todas las encuestas, con diferencias abismales. En esta ocasi¨®n se enfrenta a Antonio Boh¨®rquez, el candidato del Pacto Hist¨®rico, la coalici¨®n de izquierdas que llev¨® al poder al presidente Gustavo Petro. Hace no tanto, el petrismo cre¨ªa que el zarpazo era posible, pero se ha visto lastrado en Barranquilla por sus propios esc¨¢ndalos, que involucran tanto a Nicol¨¢s Petro, el hijo del presidente, como al exembajador Armando Benedetti, su otrora hombre de confianza.
Cuando lanz¨® su aspiraci¨®n presidencial, Alex sorprendi¨® al optar por recolectar firmas a pesar de que los Char son viejos socios del ex vicepresidente Germ¨¢n Vargas Lleras en el partido Cambio Radical. En tres semanas recogi¨® 2,5 millones de firmas. Sin embargo, esa exhibici¨®n de maquinaria pol¨ªtica contrast¨® con el resultado final. En la consulta de la derecha, Alex sac¨® poco m¨¢s de 700.000 votos ¨Cfrente a m¨¢s de dos millones para Fico Guti¨¦rrez¨C. Ese descalabro le mostr¨® a la familia los l¨ªmites de su proyecci¨®n nacional y la llev¨® a replegarse de nuevo en Barranquilla, su fort¨ªn electoral inexpugnable. Tan ventajosa era su posici¨®n, que despu¨¦s de que Fuad Char confirm¨® que Alex buscar¨ªa un tercer periodo, el heredero se fue de vacaciones familiares a Europa. Sin obst¨¢culos a la vista, la hegemon¨ªa regional se encamina a los 20 a?os.
Los Char han construido un relato de ciudad, con nuevos s¨ªmbolos como el malec¨®n, que les permite conectarse con el electorado, gracias en gran medida a la figura carism¨¢tica de Alex ¨Cbautizado as¨ª en honor de Alejandro Magno¨C. Aunque Fuad es el patriarca, el charismo se potenci¨® con Alejandro, que tiene vuelo propio, como recuerda el periodista Horacio Brieva, director de la Fundaci¨®n Protransparencia. ¡°Char est¨¢ haciendo una campa?a bien pensada. Esta vez, con un eslogan sencillo y directo (?lex, alcalde), prescindi¨® del apellido paterno, porque, aunque famoso, es consciente de las descalabradas de imagen por el caso Merlano¡±, escribi¨® recientemente en El Heraldo. ¡°Char va a ser alcalde sin sudar la gorra¡±, apuntaba.
Laura Ardila, autora del libro La Costa Nostra, la historia no autorizada de los Char, coincide con ese vaticinio, aunque con matices. ¡°Van a ganar, pero yo nunca hab¨ªa visto que se sintieran tan fuerte las voces cr¨ªticas; cada vez m¨¢s gente se atreve a hablar de ellos¡±, en especial los j¨®venes, apunta. En su tercer periodo, imagina a Char III ¡°nadando en aguas mucho menos tranquilas¡±, debido a varias razones. Para empezar, la ciudad est¨¢ endeudada y Cambio Radical hace f¨¦rrea oposici¨®n a Petro. ¡°La relaci¨®n con el Gobierno nacional va a ser compleja, pues por primera vez Alex no va a ser pechich¨®n (consentido)¡±, dice con acento caribe en referencia a las cuotas y privilegios que los Char mantuvieron en los gobiernos de ?lvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iv¨¢n Duque. Por ¨²ltimo, concluye, el tema judicial a¨²n pende sobre Alex como una espada de Damocles.
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