El tsunami electoral que beneficiar¨¢ la paz en los territorios
El Gobierno de Petro atrae a los alcaldes y gobernadores electos, que necesitan ox¨ªgeno presupuestal para hacer realidad sus promesas de campa?a
No dejan de sentirse los efectos del tsunami pol¨ªtico que significaron las elecciones territoriales del pasado 29 de octubre. Veinte d¨ªas despu¨¦s de la hist¨®rica jornada democr¨¢tica contin¨²a el reacomodamiento de las placas tect¨®nicas de la pol¨ªtica regional, generado por el n¨²cleo de la pol¨ªtica central: el Gobierno de Gustavo Petro, que, como un poderoso im¨¢n, atrae a quienes necesitan ox¨ªgeno presupuestal para hacer realidad sus promesas de campa?a y llevar desarrollo y seguridad a sus departamentos.
En un pa¨ªs donde una noticia de impacto dura unas pocas horas, suenan como titulares de un peri¨®dico de ayer los conceptos de que Petro fue derrotado en las urnas y hubo una terminaci¨®n anticipada de su mandato porque los colombianos votaron en su contra y en las grandes ciudades ganaron candidatos de centro-derecha. Lo que se ha visto en realidad es un presidente con iniciativa pol¨ªtica para imponer una nueva narrativa sobre lo sucedido y una agenda territorial a los gobernadores reci¨¦n elegidos, con palabras clave como unidad, desarrollo, autonom¨ªa e integraci¨®n.
Aunque en campa?a muchos candidatos buscaron representar el voto del antipetrismo, ya ungidos por el favor popular, y con la credencial en la mano, han bajado el tono y comprendido que no es popular atizar la polarizaci¨®n en tiempo de turbulencia econ¨®mica. Y, tambi¨¦n, que es imposible gobernar cuatro a?os yendo contra la corriente del Gobierno nacional, remando contra un r¨¦gimen hiperpresidencialista que en 2024 manejar¨¢ un presupuesto de 502,6 billones de pesos y donde es inimaginable que con ingresos propios, que son escasos en las Gobernaciones, se pueda sobrevivir pol¨ªticamente.
Con la convocatoria a la Casa de Nari?o, el pasado 7 de noviembre, a 15 de los 32 gobernadores electos que identific¨® como aliados, el presidente sell¨® el nacimiento de un nuevo pacto pol¨ªtico territorial sin intermediarios, con el que busca sincronizar la relaci¨®n naci¨®n-regi¨®n, impulsar su visi¨®n de pa¨ªs, armonizar el Plan Nacional de Desarrollo Colombia potencia mundial de la vida con los planes territoriales de desarrollo y, sobre todo, fortalecer la seguridad y el desarrollo agroindustrial, y avanzar en los indicadores de inversi¨®n social.
La nueva relaci¨®n naci¨®n-regiones, que dejar¨¢ atr¨¢s los d¨ªas de distanciamiento con los mandatarios salientes, deber¨¢ estar regida por un c¨®digo de tolerancia a la cr¨ªtica constructiva, di¨¢logo asertivo, desideologizaci¨®n de la agenda, respeto a la autonom¨ªa territorial e impulso de un verdadero proceso de descentralizaci¨®n que fortalezca las finanzas territoriales, cierre la brecha entre el centro y los territorios, dibuje un nuevo mapa pol¨ªtico-administrativo que supere los a?os de hueca ret¨®rica descentralista, recentralizaci¨®n permanente y petrificaci¨®n del estereotipo de unas regiones corruptas, sin liderazgo ni imaginaci¨®n, condenadas por siempre a la tutela de la ¨¦lite bogotana.
El verdadero cambio llegar¨¢ cuando la descentralizaci¨®n deje de ser poes¨ªa para eruditos y sea prosa que cambie realmente la vida de los colombianos m¨¢s necesitados que habitan las regiones. All¨ª donde el Estado central no controla el territorio, la guerra es el paisaje cotidiano, los negocios il¨ªcitos dominan la econom¨ªa y la tierra se la disputan quienes portan fusiles ilegales y no la disfrutan quienes siembran vida y garantizan la seguridad alimentaria.
Aunque a¨²n no se conoce la fecha, el presidente ha invitado a una nueva reuni¨®n en la Casa de Nari?o a los gobernadores ¡°independientes¡±, para seguir sumando aliados en su estrategia territorial que deber¨¢ darle un nuevo impulso a muchos temas, entre ellos uno fundamental para el Ejecutivo: la paz total.
Esa iniciativa ha sufrido una permanente crisis de credibilidad y deber¨ªa salir del campo fangoso de violaciones a los ceses al fuego, secuestros ¨Dcomo el del padre de la estrella de f¨²tbol Luis D¨ªaz¨D, reclutamiento forzado de menores, sembrado de minas antipersonales, asesinatos de l¨ªderes sociales, intimidaci¨®n permanente de la sociedad civil, retos a la institucionalidad y desencuentros para entrar en una etapa superior de consolidaci¨®n.
En este nivel deber¨¢n iniciarse los di¨¢logos regionales, en los que los gobernadores podr¨ªan desempe?ar un papel preponderante, no como invitados de piedra o notarios silenciosos, sino como protagonistas en las mesas de negociaci¨®n, nutriendo la agenda de di¨¢logo con acciones pr¨¢cticas, siendo impulsores de los acuerdos, y garantes de que lo pactado se materialice.
Hay que recordar que la nueva ley de orden p¨²blico, llamada de paz total, autoriz¨® los di¨¢logos regionales, empoderando a alcaldes y gobernadores, lo que signific¨® un cambio trascendental en la historia de los procesos de paz en Colombia. Hasta el momento, las autoridades territoriales han tenido un papel marginal en ese campo.
Para el Gobierno nacional es esencial contar con el irrestricto apoyo de los gobernadores entrantes, escuchando con respeto las voces cr¨ªticas, que en el caso de algunas gobernaciones salientes fueron interpretadas por la Casa de Nari?o como un anticipo de campa?as presidenciales de extrema derecha que apuestan al fracaso de la paz total.
El manejo de esa estrategia deber¨¢ entrar, entonces, en una nueva din¨¢mica en la que los gobernadores sean percibidos como aliados y no como adversarios, y se respeten su voz, propuestas e iniciativas para sacar adelante los cinco procesos de negociaci¨®n vigentes con grupos armados ilegales, que de tener ¨¦xito sacar¨ªan de la guerra a m¨¢s de 15.000 combatientes ilegales. Los gobernadores est¨¢n obligados a actuar, adem¨¢s, como garantes de la seguridad y la paz, sin importar su color pol¨ªtico. Tener una l¨ªnea directa con el presidente y su equipo ser¨¢ una excelente manera de repotenciar su papel como constructores de paz.
Sin los gobernadores estar¨¢ coja cualquier iniciativa de paz. Su voz es imprescindible. Un primer paso ser¨¢ convocar a las nuevas autoridades territoriales, de manera permanente, a todos los espacios e instancias de di¨¢logo y coordinaci¨®n nacional y regional, para blindar la democracia y poner a trabajar a todo el Estado del mismo lado. Resignificar el concepto de paz regional es tarea urgente para volver a so?ar con una paz estable y duradera.
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