Una educaci¨®n con sensibilidad futura
Cuando hablamos del poder transformador de la educaci¨®n, debemos empezar por el poder de transformarse a s¨ª misma con la velocidad y la sensibilidad que se requieren
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?Estamos perdiendo la tarea en educaci¨®n? ?Cambiar¨¢ la inteligencia artificial definitivamente la forma de aprender? Y, al final de cuentas, ?qu¨¦ entendemos por calidad educativa? Estas preguntas, entre muchas otras, abren una reflexi¨®n sobre el futuro de la educaci¨®n como bien superior.
Meditar sobre la educaci¨®n requiere una sensibilidad orientada al futuro, que atienda el esp¨ªritu de cada tiempo. Esa es quiz¨¢ la tarea m¨¢s dif¨ªcil, porque la educaci¨®n como t¨¦cnica ¨Dme refiero a ese arte por el que llevamos a su m¨¢ximo potencial la capacidad humana de aprender¨D deber¨ªa ser la m¨¢s disruptiva y estar orientada a cambiar el entorno y las actividades humanas, pero la realidad hoy es otra. En la educaci¨®n actual, con frecuencia, llegamos tarde a las necesidades de los tiempos. Es como si educ¨¢ramos para lo que ha sido y no para lo que ser¨¢.
Al volver a los cl¨¢sicos, recordamos que la educaci¨®n, en su esencia, debe despertar las capacidades fundamentales y b¨¢sicas, el lenguaje en todas sus dimensiones, el razonamiento l¨®gico y matem¨¢tico, la fuerza corporal y la capacidad reflexiva; eso que llamaban la gram¨¢tica, la poes¨ªa, la m¨²sica, las matem¨¢ticas, la gimnasia y la filosof¨ªa. Todas ¨¦stas, ¨¢reas necesarias para la b¨²squeda de lo verdadero, lo bueno y lo bello. El cultivo de estas potencialidades en cada tiempo ha permitido el desarrollo de la ciencia y la tecnolog¨ªa y, con ello, los cambios en el paradigma de pensamiento, eso que denominamos revoluciones. Esto, obligatoriamente, debe conducirnos a crear nuevas formas y modelos para acercarnos al aprendizaje.
Vale la pena ilustrar con un ejemplo: hablemos del desarrollo del lenguaje en pleno auge de la inteligencia artificial (IA), la tecnolog¨ªa en el uso cotidiano y la expansi¨®n de las redes sociales. ?C¨®mo es el aprendizaje de las capacidades lectoescritoras en los ni?os y j¨®venes en este contexto? Empecemos por hablar de ChatGPT, un modelo de lenguaje a gran escala que est¨¢ cambiando y cambiar¨¢ la manera como nos aproximamos a la escritura y al desarrollo de textos, as¨ª como a la investigaci¨®n y consulta de contenidos. Todos estos procesos han venido sufriendo una revoluci¨®n a partir de los grandes motores de b¨²squeda. Los efectos de este tipo de din¨¢micas, como los lenguajes alternativos que surgen con las redes sociales y el d¨¦ficit de atenci¨®n para la lectura derivado del uso de las pantallas, implican un cambio definitivo en las formas de aprender a leer y a escribir.
Este es tan solo un ejemplo de las m¨²ltiples transformaciones que estamos viviendo, cada vez de manera m¨¢s acelerada, y que se suman, entre otros, a los efectos de la globalizaci¨®n comunicativa, a los fen¨®menos migratorios que han agitado la mutaci¨®n de las lenguas y las culturas, y al desarrollo del algoritmo para la soluci¨®n de problemas. Estamos verdaderamente habitando la complejidad.
Por ello, cuando hablamos del poder transformador de la educaci¨®n, debemos empezar por el poder de transformarse a s¨ª misma con la velocidad y la sensibilidad que se requieren. Quienes somos o hemos sido profesores sabemos lo dif¨ªcil que es educar sin partir de las formas como hemos aprendido. Por eso la paradoja es grande, porque le educaci¨®n vive en una tensi¨®n entre la tradici¨®n y la disrupci¨®n. La propuesta entonces es pensar la educaci¨®n con una sensibilidad futura, con tono juvenil, para comprenderla como el arte que nos lanza al futuro.
Cambiemos entonces las preguntas que nos hacemos, desde lo que llamamos calidad educativa. La calidad se refiere a la esencia, a la condici¨®n m¨¢xima, y tal vez debamos reflexionar sobre cu¨¢les son los asuntos esenciales de la educaci¨®n a los que nos arroja el futuro. Pongo sobre la mesa los siguientes:
- La educaci¨®n debe ser hoy m¨¢s humana que nunca, porque solo el humanismo nos reconectar¨¢ con el pensamiento cr¨ªtico y la imaginaci¨®n, facultades necesarias para la creaci¨®n y la reflexi¨®n. As¨ª que deberemos repensar la importancia que le damos a la educaci¨®n en artes, en filosof¨ªa, en literatura.
- Es necesario el dominio de m¨²ltiples lenguajes, entre ellos los del algoritmo y la programaci¨®n. Cada vez ser¨¢ m¨¢s relevante el desarrollo del pensamiento computacional.
- La pregunta es m¨¢s importante que la respuesta. Debemos aprender a preguntar, pues ya las respuestas est¨¢n muy disponibles, pero solo la pregunta correcta desarrolla conocimiento.
- El aprendizaje deber¨¢ intensificarse en la experiencia comunitaria. Educar debe ser una conversaci¨®n larga e incesante, para poder expandir el encuentro.
- El curr¨ªculo debe ser sencillo, centrado en las capacidades fundamentales y enriquecerse con m¨²ltiples trayectorias que permitan al joven elegir los escenarios en los que cultiva su mayor potencialidad.
- El principal desaf¨ªo est¨¢ en conectar con ese mundo de expectativas, sue?os y, tambi¨¦n, miedos que habitan en el coraz¨®n del joven. Educar en las emociones.
- El cuidado del cuerpo como parte del balance y de la fortaleza necesaria para una sociedad cada vez m¨¢s longeva, que necesita cultivar la salud en todas las dimensiones.
- La pedagog¨ªa de la dificultad, en un tiempo en el que todo parece ser m¨¢s f¨¢cil. La juventud debe ser entrenada para afrontar la vida en toda su complejidad. Es as¨ª como debemos sembrar en ella semillas de resistencia y resiliencia.
As¨ª es: necesitamos volver a los fundamentales de la educaci¨®n, desde el lenguaje y el razonamiento, que son las capacidades que nos hacen humanos. Pero definitivamente la transformaci¨®n de nuestros contextos y el habitar la complejidad nos invitan a pensar en la belleza que debemos cultivar en la educaci¨®n, una belleza centrada en su simplicidad, en su capacidad de renovaci¨®n, en su v¨ªnculo entre el cuidado de lo esencial y la revoluci¨®n del ma?ana. Una sensibilidad juvenil le servir¨¢ a la educaci¨®n para sentir, m¨¢s que para pensar; para afiliar, m¨¢s que para desarrollar; para reflexionar, m¨¢s que para afirmar. Que sea una educaci¨®n, sobre todo, emp¨¢tica y conectada con la otredad.
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