La inflaci¨®n sigue su declive, pero los expertos no cantan victoria
El ajuste a los precios en Colombia a¨²n est¨¢ lejos del objetivo rango del 2-4% establecido por el Banco de la Rep¨²blica y sigue lastrando el poder adquisitivo de familias y empresas
En sus m¨¢s recientes declaraciones p¨²blicas el semblante del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha mostrado firmeza y optimismo por partes iguales. Su tono cobra fuerza, sobre todo, cuando aborda el tema del declive en la inflaci¨®n y la urgencia de acelerar el ciclo bajista de las tasas de inter¨¦s para darle m¨¢s respiro a las familias y empresas. Esa tarea recae sobre el Banco de la Rep¨²blica, y a pesar de que el costo de la vida viene bajando desde hace 9 meses consecutivos, llegando a un 8,35% interanual este enero, los expertos a¨²n se muestran cautos y distan de cantar victoria en el largo camino hacia el objetivo de llegar al 3% fijado por el banco central.
El horizonte a¨²n se muestra nublado. Para Jorge Restrepo, economista y profesor en la Universidad Javeriana, a¨²n estamos ¡°lejos de un ajuste rutinario normal a los precios en Colombia¡±. En su opini¨®n, los ciudadanos est¨¢n perdiendo capacidad de compra de forma generalizada con especial acento en la ¡°poblaci¨®n trabajadora¡±: ¡°Si bien es una buena noticia que la inflaci¨®n baje, tenemos un nivel de precios que afecta severamente el bienestar de la poblaci¨®n colombiana y particularmente de los m¨¢s pobres¡±.
?Cu¨¢ndo se deja de considerar que la inflaci¨®n est¨¢ dentro de un nivel ¡°alto¡±? El doctor en Econom¨ªa por la Universidad de California Munir Jalil se muestra cauto. ¡°Yo dir¨ªa que cuando quede fija esta tendencia descendente de la inflaci¨®n, esa convergencia hacia el nivel fijado como meta del 3%, ah¨ª es cuando vamos a poder decir que va a haber cierta tranquilidad¡±. La gran mayor¨ªa de analistas han proyectado para fin de a?o tasas anuales que oscilan entre el 5% y el 6%. El Banco de la Rep¨²blica ha sugerido que la meta se podr¨ªa alcanzar a finales de este a?o. Otros analistas sostienen que ser¨¢ en alg¨²n punto del pr¨®ximo.
Nada de lo anterior empa?a el esfuerzo en la orientaci¨®n de pol¨ªtica monetaria impulsada desde el Banco de la Rep¨²blica. Entre otras razones, porque el recetario para enfriar una econom¨ªa recalentada tras la pandemia como la colombiana no ofrece muchas m¨¢s alternativas y buena parte del mundo ha seguido el mismo guion. Basta con recordar que si bien el banco central colombiano ha mantenido el 3% como cifra m¨¢gica, otras entidades como la Reserva Federal estadounidense apuntan al 2% como meta final, al igual que el Banco de Jap¨®n, que en otros tiempos ha llegado a bajar el list¨®n a un promedio levemente superior al 0%.
¡°No hay un consenso exacto sobre cu¨¢l tiene que ser la tasa de inflaci¨®n¡±, explica Adri¨¢n Garlati, director del programa de Econom¨ªa en la Javeriana: ¡°t¨ªpicamente los bancos centrales tratan de que no sea de dos d¨ªgitos ni se acerque a ellos. La raz¨®n es que de ah¨ª para arriba empiezan los problemas de financiamiento, de distorsi¨®n de los precios y la gente no sabe exactamente cu¨¢nto valen las cosas porque los precios fluct¨²an demasiado y erosionan el poder adquisitivo¡±. Jorge Restrepo abunda que el porcentaje depende mucho de cada pa¨ªs: ¡°Una tasa del 2%, 3%, a lo sumo 4% es razonable en t¨¦rminos de ajustes naturales en una econom¨ªa¡±.
De la misma forma, subraya que ¡°lo importante es estar dentro de ese rango o cerca de ¨¦l. Y digo importante porque a quienes beneficia es sobre todo a las personas m¨¢s pobres¡±. Exceptuando los casos extremos de Argentina (211,4%) y Venezuela (193%), Colombia es la ¨²nica econom¨ªa latinoamericana grande con la tasa acumulada por encima del 5%. Dejando de lado los tiempos de intervenci¨®n del Banco de la Rep¨²blica, que tras la pandemia emprendi¨® el ajuste de las tasas con algo de rezago, los factores internos que m¨¢s presi¨®n han ejercido son el precio de los alimentos y del gal¨®n de gasolina corriente.
Llegados a este punto conviene recordar que entre 2010 y 2019 la inflaci¨®n en el pa¨ªs naveg¨® entre tasas de alrededor del 4%. Luego lleg¨® la pandemia con todo tipo de disrupciones. El exceso de demanda al salir de la crisis, impulsada por los est¨ªmulos fiscales y el af¨¢n de gasto de los colombianos que hab¨ªan ahorrado e hibernado durante casi dos a?os, insufl¨® efectos colaterales alcistas en los precios. Eduardo Lora, antiguo economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo, estima que esa presi¨®n ya se ha corregido con las alzas graduales de las tasas de inter¨¦s, que han dificultado y encarecido el acceso a los cr¨¦ditos. Tambi¨¦n ha frenado el crecimiento.
Lora recuerda que con ¡°la inflaci¨®n uno nunca se puede relajar porque tiene que estar mirando siempre hacia delante¡±. El 2024 plantea un c¨®ctel complejo con los bandazos clim¨¢ticos y los titubeos del Gobierno frente a la supresi¨®n del subsidio del di¨¦sel, m¨¢s contaminante y de uso mayoritario por los gremios transportistas. Daniel Osorio, director de pol¨ªtica macroecon¨®mica del Ministerio de Hacienda, explica que los precios de la gasolina tuvieron un incremento del 42% el a?o pasado: ¡°si le quitamos ese frente a la inflaci¨®n, la ca¨ªda habr¨ªa tenido el mismo ritmo que en el resto de Am¨¦rica Latina¡±.
Para diciembre del a?o pasado, la inflaci¨®n subyacente, un indicador apetecido por los economistas porque excluye la energ¨ªa y los alimentos, se situ¨® en un 9,23% anual. Por eso los resultados de enero dan un segundo aire con el sector de alojamiento y electricidad encabezando las cifras de variaci¨®n anual: ¡°Una parte de la inflaci¨®n de 2023 fue causada por la eliminaci¨®n del subsidio a la gasolina. Pero no fue mucho, porque en realidad el combustible m¨¢s utilizado fue el ACPM. Otra parte fue el precio de los alimentos, en un a?o con muchas inundaciones que afectaron la oferta¡±, argumenta Giralti.
Si a todo lo anterior se suman las vicisitudes e imprevistos globales, la tendencia no significa que sea el momento de relajarse. Ahora la incertidumbre internacional se centra en los problemas de suministro que pueda generar el conflicto en Gaza sobre los buques de carga y el comercio mar¨ªtimo en el Mar Rojo. Los inversores y las empresas navieras, desacostumbradas a pilotar el riesgo, encarecieron en enero los costes del transporte un 170%, seg¨²n la plataforma Freightos.com.
Eduardo Lora resume: ¡°Todav¨ªa nos falta. No tenemos claro el horizonte. Todav¨ªa puede haber un choque en la oferta si El Ni?o se pone muy grave con las sequ¨ªas, si los incendios da?an la capacidad productiva. Despu¨¦s est¨¢n las dudas sobre el impulso fiscal a la demanda, con el gasto p¨²blico, donde hay un margen de error bastante grande. Y por ¨²ltimo el choque de los precios controlados como la gasolina, que tambi¨¦n puede necesitar esfuerzos adicionales¡±.
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