?Qu¨¦ la infl¨®?
Todos sufrimos los efectos de la inflaci¨®n. Carcome la plata con la que vivimos y pagamos las cuentas; nos hace m¨¢s pobres cada d¨ªa. Es misteriosa y confunde f¨¢cil
Todos sufrimos los efectos de la inflaci¨®n. Carcome la plata con la que vivimos y pagamos las cuentas; cuando es alta, nos hace m¨¢s pobres cada d¨ªa. Es misteriosa y confunde f¨¢cil. ?Qu¨¦ infla la inflaci¨®n?
Al final del d¨ªa, resulta que cuando la demanda de la econom¨ªa es m¨¢s alta que la oferta, se aumenta un sinn¨²mero de precios. La dificultad y la confusi¨®n surge de que la analizamos despu¨¦s de que sucede, con encuestas en las plazas de mercado, tiendas y supermercados. El DANE calcula promedios y dice qu¨¦ aument¨® m¨¢s y qu¨¦ menos.
En concreto, entre 2021 y 2022 la inflaci¨®n subi¨® del 5% al 13%. Eso es mucho. Muy por encima del rango entre 2% y 4% que esperaba el m¨¦dico, el Banco de la Rep¨²blica.
Al descomponer los aumentos de precios se ve, por ejemplo, que los alimentos, la energ¨ªa el¨¦ctrica o los combustibles subieron m¨¢s que el promedio. Eso no equivale a que la ¡°causa¡± de la inflaci¨®n sean esos ¨ªtems.
Se ha repetido hasta la saciedad que no se deb¨ªa subir los precios de los combustibles porque causar¨ªan inflaci¨®n. Cuando cambia uno de esos precios, por importantes que sea, sin que nada m¨¢s cambie en la econom¨ªa, lo que se produce es una recomposici¨®n en los gastos de las familias y las empresas. Puede haber transitoriamente un peque?o salto del ¨ªndice de precios, pero no lo que observamos de un aumento del 5% al 13%.
De hecho, en los Estados Unidos, durante d¨¦cadas la inflaci¨®n fue baja y estable, a pesar de brutales cambios en los precios de los combustibles, los salarios o la finca ra¨ªz. La inflaci¨®n es un cambio en ¡°el nivel general de precios¡±. No en uno en particular.
Al igual que la causa de una fiebre no est¨¢ en el term¨®metro que la mide, ni la soluci¨®n es meter al term¨®metro al refrigerador, los ¨ªtems que m¨¢s suben en el ?ndice de Precios al Consumidor calculado por el DANE no ¡°causan¡± la inflaci¨®n. Ni la soluci¨®n es mantener esos precios espec¨ªficos congelados.
La causa es un desbalance entre la demanda agregada y la oferta agregada de la econom¨ªa. Por esa raz¨®n, la cura es que el Banco de la Rep¨²blica ataque el exceso de demanda agregada de la econom¨ªa a trav¨¦s de aumentos en las tasas de inter¨¦s. Sabr¨¢ que cur¨® la inflaci¨®n cuando el nivel general de precios deje de crecer r¨¢pido (baje la inflaci¨®n), aunque un grupo de precios crezca m¨¢s que el promedio.
?Qu¨¦ habr¨ªa pasado de no haberla curado? Desorden econ¨®mico, precios err¨¢ticos confundiendo a las familias y las empresas; empobreciendo a las primeras y haciendo m¨¢s dif¨ªciles de dirigir a las segundas, con un gran costo social, como en Argentina o Venezuela.
En concreto, durante la pandemia la inflaci¨®n aument¨® del 5% al 13% por varias novedades externas al pa¨ªs: 1) disrupciones en las cadenas globales de suministro y problemas log¨ªsticos; 2) mayores costos de transporte de mercanc¨ªas y 3) escasez y encarecimiento de los insumos importados de producci¨®n. Tambi¨¦n por problemas en Colombia: 4) tres meses de cierre log¨ªstico por las protestas de 2021; 5) factores clim¨¢ticos como La Ni?a, que afectaron la producci¨®n agr¨ªcola; 6) depreciaci¨®n del peso colombiano (en buena medida por el propio Gobierno); 7) aumento en precios regulados como la energ¨ªa. Frente a la pandemia, los gobiernos a lo largo y ancho del planeta 8) gastaron a manos llenas y 9) los bancos centrales inyectaron liquidez y cr¨¦dito a la econom¨ªa. Los nueve eventos, actuando al tiempo, estancaron la oferta y aumentaron la demanda; subieron un sinn¨²mero de precios y causaron la inflaci¨®n.
Recientemente, aparecen unos t¨¦cnicos a desvelar lo que llaman los verdaderos culpables: las utilidades de las empresas. En ese caso ser¨ªa la codicia de los empresarios la causa de la inflaci¨®n. La llaman Greed-flation en ingl¨¦s; codicia-flaci¨®n, espa?olizada.
Las medidas que se derivan de este ¨²ltimo diagn¨®stico son distintas de las adoptadas por el Banco de la Rep¨²blica. Creen que se debe: a) poner m¨¢s impuestos a las excesivas utilidades de las empresas; b) controlar su poder de mercado y c) contemplar el control de precios. Son recetas perniciosas, equivocadas, y causar¨ªan otras enfermedades econ¨®micas graves. Pero, sobre todo, no solucionar¨ªan la inflaci¨®n.
Esa visi¨®n equivocada, en mi concepto, ha atrapado las mentes de algunos (ojal¨¢ pocos) t¨¦cnicos del Ministerio de Hacienda. Suponen que las empresas no reaccionar¨ªan a los mayores impuestos, no los trasladar¨ªan a los consumidores; o no reducir¨ªan la producci¨®n ante controles de precios.
Si se confunden las causas con las consecuencias, se dejar¨¢ de entender. Esa equivocaci¨®n llev¨® a que en la misma semana emanara del Ministerio de Hacienda una idea de bajar los impuestos a las empresas, y al tiempo otra que pidiera subirlos. ?Al fin qu¨¦?
En agosto de 2022 ?cu¨¢les eran las opciones del Gobierno Petro? Dado que el Emisor estaba subiendo la tasa de inter¨¦s para bajar la inflaci¨®n, y que Duque les hab¨ªa heredado precios de gasolina y diesel congelados, pod¨ªan: A) subir inmediatamente los precios de los combustibles y liberar 50 billones de pesos para destinarlos a fines sociales. B) Iniciar un aumento gradual de la gasolina y no del diesel, y subsidiar ambos por muchos meses, por razones pol¨ªticas de negociaci¨®n con los due?os de veh¨ªculos, pero se quedaban sin presupuesto para los pobres.
Entre las dos opciones, escogieron la B. Sacrificaron la pol¨ªtica social y usaron el grueso de la plata del Gobierno en subsidios a los conductores de autom¨®viles y camiones. Fue una profunda escogencia de pol¨ªtica p¨²blica en la que sufrieron los de menos recursos y ganaron los de los veh¨ªculos y camones. En mi concepto, se equivocaron en creer que si sub¨ªan r¨¢pido la gasolina o el diesel aumentar¨ªa la inflaci¨®n.
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