La sombra del Pacto Verde europeo se cierne como un obst¨¢culo para la caficultura colombiana
Los requisitos comunitarios que entrar¨¢n en vigencia en 2025 plantean retos may¨²sculos a nivel ambiental y aduanero para buena parte de los 500.000 productores locales
Justo cuando el precio de la libra del caf¨¦ colombiano se cotiza a un alentador promedio de 1,9 d¨®lares en la bolsa de Nueva York, la sombra del llamado Pacto Verde Europeo se cierne sobre el negocio como un obst¨¢culo. Se trata de la nueva bater¨ªa de normas agrarias comunitarias que servir¨¢ como palanca de transici¨®n hacia un escenario ecol¨®gico en el Viejo Continente. La medida, que debe entrar en vigor en enero del pr¨®ximo a?o, impone una serie de certificados y requisitos medioambientales para la entrada de productos alimentarios extranjeros, como el caf¨¦, el aceite de palma o el cacao, entre otros.
Conviene recordar que la Uni¨®n Europea es el segundo mercado en importancia para el caf¨¦ colombiano despu¨¦s de Estados Unidos. Entre el 27% y el 30% de las ventas del grano al exterior se efect¨²an a pa¨ªses europeos. Y en 2023 se llegaron a exportar 2,5 millones de sacos. Por eso, la nueva bater¨ªa de requisitos exigidos por Bruselas sobre el uso de los suelos, los requerimientos de trazabilidad de cada producto, o la estricta vigilancia sobre derechos laborales en las zonas de origen resultan un desaf¨ªo notable para la caficultura colombiana.
¡°El primer impacto ser¨¢ en el valor del producto¡±, advierte el director de la Asociaci¨®n Nacional de Comercio Exterior, Javier D¨ªaz. ¡°Los requisitos que define el Pacto Verde, como la georreferenciaci¨®n para certificar que las tierras de donde sale el caf¨¦ no han sido deforestadas despu¨¦s de 2020, y otras medidas, implican mayores costos para los productores, que se ver¨¢n reflejados en el precio final de los productos¡±. Desde su punto de vista, la Uni¨®n Europea tambi¨¦n deber¨ªa avisar a sus ciudadanos de que los productos que cumplen con los niveles estipulados para cuidar el medio ambiente tendr¨¢n unos costes mayores en sus mercados.
Mientras en Colombia el tema apenas se ha debatido, los agricultores europeos han sitiado con marchas y bloqueos el acceso a capitales como Par¨ªs, Bruselas o Madrid. No queda duda de que el impacto de las medidas verdes afectar¨¢ a peque?os agricultores colombianos desprovistos de la capacidad para certificar las condiciones de sus parcelas, pero tambi¨¦n a productores franceses de remolacha que ya no podr¨¢n utilizar insecticidas clave para el control de plagas y enfermedades o la reproducci¨®n de sus cosechas. El nuevo green deal para combatir la emergencia clim¨¢tica comporta cambios traum¨¢ticos para la poblaci¨®n rural a ambos lados del Atl¨¢ntico, aunque la diferencia estriba en los millonarios subsidios comunitarios y la capacidad de incidencia pol¨ªtica del campesinado europeo.
El experto en caf¨¦ y asuntos burs¨¢tiles Albert Scalla recuerda que todos los movimientos en el mercado internacional repercuten sobre los productores locales: ¡°El comprador europeo se limita a pedir el cumplimiento de las normas. A ellos les queda muy lejos un negocio peque?o de una vereda en Antioquia y si no se cumplen las garant¨ªas simplemente buscan a otro¡±. Agrega que si bien el precio internacional de la libra en Nueva York est¨¢ estable, con la revaluaci¨®n en la cotizaci¨®n del peso frente al d¨®lar, el precio interno se ha desplomado y el ambiente entre los productores est¨¢ enrarecido desde hace meses.
¡°Los dos mayores retos del nuevo reglamento para Colombia¡±, apunta el director de la Asociaci¨®n Nacional de Exportadores de Caf¨¦, Gustavo G¨®mez, ¡°est¨¢n relacionados, en primer lugar, con los l¨ªmites m¨¢ximos de residuos, un asunto que hemos trabajado mucho para entregar un caf¨¦ con la mayor inocuidad. El otro es el tema de cero deforestaci¨®n¡±. G¨®mez asegura que la Uni¨®n Europea a¨²n no ha clarificado lo suficiente este punto: ¡°No han especificado d¨®nde se debe hacer el control, d¨®nde hay que subir la informaci¨®n, y tampoco hay una plataforma para registrar los datos¡±.
Uno de los nudos complejos de la crisis agraria en Europa ha sido, parad¨®jicamente, el descontento del campesinado del viejo continente con los acuerdos comerciales entre la Uni¨®n Europea y el bloque suramericano de Mercosur. De acuerdo con los manifestantes, el tratado reduce los aranceles a la importaci¨®n de productos suramericanos en medio de una ola de desafecci¨®n generalizada por pol¨ªticas medioambientales catalogadas como ¡°sobrerreguladoras¡±. Francia, vigilante de que las mismas reglas ecol¨®gicas y de higiene rijan para todas las partes, se ha opuesto a la firma del proyecto. Espa?a y Alemania, en cambio, han abogado para materializarlo.
?Qu¨¦ estrategia se podr¨ªa implementar en el caso del caf¨¦ colombiano para enfrentar la nueva coyuntura? Germ¨¢n Baham¨®n, presidente de la Federaci¨®n Nacional de Cafeteros, afirma que en el departamento del Huila ya se halla en marcha un plan piloto con la Uni¨®n Europea para ¡°demostrar la debida diligencia y generar certificados de exportaci¨®n¡±. De la misma forma a?ade que se est¨¢ trabajando en la ¡°implementaci¨®n de paquetes t¨¦cnicos para que los caficultores entiendan los impactos, riesgos y oportunidades de las regulaciones¡± o el desarrollo de un ¡°mapa de deforestaci¨®n asociada al sector cafetero¡±.
¡°Tambi¨¦n Hemos trabajado en el tema de la trazabilidad del producto hasta la finca y la georreferenciaci¨®n para demostrar que no proviene de una zona de deforestaci¨®n¡±, dice Gustavo G¨®mez. Pero el columnista y analista del sector Guillermo Trujillo se muestra muy esc¨¦ptico sobre el futuro: ¡°Los brasile?os tienen cultivos m¨¢s grandes, tecnificados, con m¨¢s maquinaria y ya se est¨¢n organizando. Tambi¨¦n hay iniciativas de los centroamericanos. Pero de Colombia percibo muy poco¡±. Trujillo, que deja de lado de los problemas de deforestaci¨®n en el pa¨ªs vecino, se pregunta: ¡°?Qui¨¦n va a acreditar el paz y salvo laboral que piden los europeos de los cultivadores?¡±.
Trujillo asegura que en el proceso de llenar un contenedor de exportaci¨®n de caf¨¦ colombiano participa un sinn¨²mero de grandes y medianos productores que contratan jornaleros y recolectores de manera informal. A su juicio, las condiciones laborales del agro en Colombia har¨¢n muy complicado cumplir con las nuevas normas laborales y tributarias. ¡°Este es un pa¨ªs de micro productores. Son peque?os negocios, con poca gerencia, sin protocolos ni mayor sentido del medio ambiente ni del mercado laboral. En Colombia, en la gran mayor¨ªa de casos, no hay forma de deducir los gastos laborales, porque no son contratos formales¡±.
Consciente de los vac¨ªos en el catastro rural, el tambi¨¦n columnista del diario La Rep¨²blica vaticina l¨ªos importantes para muchos productores que carecen de escrituras que certifiquen la propiedad de sus predios. De cualquier forma, Gustavo G¨®mez asume los cambios como un reto para articular a la Federaci¨®n Nacional de Cafeteros con el Gobierno Nacional: ¡°No importa el tama?o de los productores, ni la cadena de comercializaci¨®n que utilicen, todos deben cumplir con la reglamentaci¨®n¡±.
Y Javier D¨ªaz concluye que a¨²n hay campo para las gestiones desde Canciller¨ªa: ¡°La normativa general del Pacto Verde ya fue expedida. Pero los detalles de su reglamentaci¨®n a¨²n se desconocen y todav¨ªa hay posibilidades de analizar qu¨¦ aspectos resultan convenientes desarrollar de acuerdo con las realidades de cada pa¨ªs o las particularidades de cada regi¨®n. Creo que a¨²n es muy importante actuar en el terreno diplom¨¢tico para ajustar detalles¡±.
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