Sometimiento o negociaci¨®n pol¨ªtica, la brecha que separa al Gobierno del Clan del Golfo
El presidente Gustavo Petro abre la puerta al di¨¢logo con la mayor banda del narcotr¨¢fico, que pide pista en la paz total
¡°Si se atreven, abrimos las mesas de negociaci¨®n¡±. En sus propias palabras, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha dejado el bal¨®n en la cancha del Clan del Golfo, la banda del narcotr¨¢fico que representa uno de los mayores obst¨¢culos a la pol¨ªtica de paz total que se propone su Gobierno. ¡°Pero ese atreverse es atreverse a salir de la econom¨ªa il¨ªcita y la ilegalidad, y meterse en este desaf¨ªo que es dif¨ªcil, que es transformar este territorio en una regi¨®n pr¨®spera¡±, plante¨® el mandatario esta semana desde Apartad¨®, en Antioquia, una de las muchas zonas donde opera la organizaci¨®n armada m¨¢s grande del pa¨ªs.
Petro habl¨® de una ¡°negociaci¨®n jur¨ªdica¡± y de un ¡°acogimiento colectivo a la justicia¡±. Esa propuesta fue respondida casi de inmediato por el Clan. En un comunicado firmado como Ej¨¦rcito Gaitanista de Colombia, la manera en que ahora se hace llamar, aceptaba sentarse a ¡°negociar las condiciones pol¨ªticas que permitan las transformaciones sociales que todos queremos para las regiones en donde hacemos presencia¡±. All¨ª donde el presidente insin¨²a un sometimiento, las cabezas del Clan esbozan una negociaci¨®n pol¨ªtica. A pesar de esa brecha, lo cierto es que el Gobierno abre la puerta a dialogar con el grupo heredero de los paramilitares, la pata que le ha faltado a la paz total, con la que se propone poner en marcha procesos simult¨¢neos con diversos actores ilegales.
Hasta ahora, el presidente hab¨ªa amenazado con bombardear y destruir al Clan del Golfo, enfatizando su car¨¢cter criminal ¨C¡±Gait¨¢n era un revolucionario y no un traqueto¡±, desliz¨® en Apartad¨®¨C. Los acercamientos no hab¨ªan prosperado. Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, o AGC, como tambi¨¦n se sol¨ªan identificar, son responsables de cerca de la mitad de la droga que ha salido de Colombia en los ¨²ltimos a?os y est¨¢n muy involucrados en delitos como la extorsi¨®n, la miner¨ªa ilegal o la captura de recursos p¨²blicos a trav¨¦s de las administraciones municipales. Tambi¨¦n en el paso r¨¦cord de migrantes por las peligrosas rutas que atraviesan la frontera que separa a Colombia y Panam¨¢, la espesa selva del Dari¨¦n. Los analistas coinciden en que tienen una posici¨®n dominante en el mundo criminal. Adem¨¢s, mantienen guerras abiertas con la guerrilla del ELN y las disidencias del Estado Mayor Central, dos grupos que negocian con el Gobierno y han acordado ceses al fuego bilaterales ¨Caunque el proceso con el EMC ha entrado en crisis¨C.
Incluir al Clan del Golfo ¨Cencabezado por Chiquito Malo despu¨¦s de la captura y extradici¨®n de Otoniel¨C es fundamental en el prop¨®sito de apagar la violencia que todav¨ªa arde en muchos lugares de Colombia, como busca Petro. Dos informes de destacados centros de pensamiento coincid¨ªan esta semana en plantear recomendaciones para ese eventual di¨¢logo con un grupo que insiste en presentarse como una ¡°organizaci¨®n pol¨ªtico militar¡± y ha pasado de menos de 4.000 hombres en 2018 a m¨¢s de 6.000 en la actualidad ¨Cuna cifra que algunos c¨¢lculos elevan hasta 9.000 hombres¨C.
Para negociar con el grupo armado m¨¢s grande de Colombia se necesita definir el lugar del sometimiento dentro de la estrategia de paz del Gobierno, apunta la Fundaci¨®n Ideas para la Paz (FIP) en el informe La ¨²ltima negociaci¨®n del Clan. ¡°Es necesario construir y consensuar un marco jur¨ªdico. Hay que encontrar un adecuado balance entre la posibilidad de generar un nuevo marco jur¨ªdico para el sometimiento, que cuente con incentivos claros y efectivos para este grupo y, por otro lado, que respete la autonom¨ªa y lineamientos de la Fiscal¨ªa y del Gobierno Nacional frente a las posibilidades del sometimiento¡±, se?ala la FIP.
Desde su basti¨®n en la costa atl¨¢ntica, donde controla algunas de las principales rutas de narcotr¨¢fico y las redes de tr¨¢fico de migrantes, el Clan ejerce un control coercitivo sobre numerosas comunidades, observa por su parte el International Crisis Group (ICG) en La inc¨®gnita de la ¡°paz total¡±: qu¨¦ hacer con los gaitanistas. ¡°Si permanecen al margen de las conversaciones de paz, podr¨ªan socavar las negociaciones con otros grupos o sacar provecho de su desmovilizaci¨®n¡±, advierte el informe. ¡°Es probable que ning¨²n otro grupo armado contemple la posibilidad de deponer las armas mientras los gaitanistas est¨¦n asechando para apoderarse de sus antiguos territorios y negocios¡±, subraya. En otras palabras, para que la paz total pueda tener ¨¦xito se necesita integrar al Clan a las negociaciones, a pesar de ser considerado un grupo criminal m¨¢s que una insurgencia pol¨ªtica.
Nada en este proceso ser¨¢ f¨¢cil, concede el ICG. ¡°El Gobierno no puede intentar dar el ¨²ltimo paso (desmantelar a los gaitanistas y a sus redes) sin una nueva legislaci¨®n¡±, se?ala. ¡°Si se logra establecer una v¨ªa legal, el Estado a¨²n enfrentar¨ªa dificultades para ofrecer incentivos suficientes que convenzan a los excombatientes a dejar las actividades criminales de manera permanente y al mismo tiempo hagan justicia para las v¨ªctimas y no ofendan a la opini¨®n p¨²blica¡±. Los dos laboratorios de ideas coinciden en que la Polic¨ªa y el Ej¨¦rcito deben continuar con sus operaciones para proteger a los civiles y presionar al Clan para que entable conversaciones. Si el Clan ha insistido en contactar en distintos momentos tanto al Gobierno como a la Fiscal¨ªa, es en gran medida por cuenta de ese despliegue.
¡°Al final, esta negociaci¨®n tiene que darse fundamentalmente con la Fiscal¨ªa General de la Naci¨®n. Los t¨¦rminos van a ser lo de menos¡±, apunta sobre el reconocimiento pol¨ªtico el analista Jorge Mantilla, experto en conflicto armado, gobernanza criminal y seguridad. ¡°En ¨²ltimas, en t¨¦rminos pr¨¢cticos, s¨ª es una negociaci¨®n, solamente que no es pol¨ªtica sino judicial, a cambio de unos beneficios de justicia, econ¨®micos y unas garant¨ªas¡±, a?ade. Las f¨®rmulas de justicia involucran temas de verdad, justicia y reparaci¨®n, que incluyen el porcentaje de capitales que deben entregar, as¨ª como las garant¨ªas de seguridad jur¨ªdica y f¨ªsica de las personas que decidan acogerse. Otro aspecto es la transformaci¨®n territorial y el reconocimiento de la inserci¨®n social de este grupo en lugares como el sur de C¨®rdoba o Urab¨¢, a?ade. Con algo m¨¢s de dos a?os de Gobierno por delante, el tiempo apremia para enrutar un nuevo proceso en busca de la esquiva paz total.
La crisis con las disidencias de Iv¨¢n Mordisco
Los diálogos de paz con el autodenominado Estado Mayor Central, el mayor grupo de disidencias de la extinta guerrilla de las FARC, bajo el mando de Iván Mordisco, han entrado en crisis. El Gobierno suspendió el domingo el cese al fuego bilateral pactado hasta mediados de año en los departamentos de Nariño, Valle del Cauca y Cauca, luego de que el EMC atacó a un grupo de indígenas y asesinó a la lideresa Carmelina Yule y a otros dos comuneros que llevaban el bastón de mando que utiliza la guardia indígena. El presidente Gustavo Petro endureció el tono este miércoles, cuando dijo que Mordisco es “un 'traqueto' vestido de revolucionario”. El jefe de la delegación del Gobierno, Camilo González Posso, aseguró sin embargo que la agenda de la mesa se mantiene y sigue en pie el próximo ciclo, programado para el mes de abril.
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