Petro lanza un ultim¨¢tum al Clan del Golfo y amenaza con bombardearlos
La principal banda de narcotraficantes de Colombia se cierra las puertas de la paz total, la pol¨ªtica bandera del presidente
Los bombardeos militares contra grupos armados en Colombia vuelven a estar sobre la mesa, por primera vez en el a?o y medio que lleva el presidente Gustavo Petro en el poder. El anuncio de las Fuerzas Militares ¨Csiempre y cuando se confirme que no hay presencia de menores de edad en los campamentos¨C se produjo luego de que la semana pasada una emboscada del Clan del Golfo matara a cuatro militares en Segovia, en el nordeste de Antioquia. Ese episodio, el en¨¦simo ataque de la principal banda del narcotr¨¢fico contra uniformados en los ¨²ltimos tiempos, tambi¨¦n hizo que el propio mandatario endureciera el tono. ¡°Su actividad se ha centrado en las econom¨ªas il¨ªcitas que nosotros estamos golpeando¡±, asegur¨® sobre la ofensiva militar en marcha. Y lanz¨® un ultim¨¢tum: ¡°Si no son capaces de desmantelarse, como lo hemos solicitado, ser¨¢n destruidos por el Estado¡±.
La paciencia de Petro con el Clan del Golfo se ha agotado. Todas las semanas hay noticias relacionadas con sus acciones en alg¨²n lugar de Colombia. Ya hace un par de semanas, con ocasi¨®n de la visita del Consejo de Seguridad de la ONU, el mandatario hab¨ªa dicho en la Casa de Nari?o que de momento no hay contactos con ese grupo. Tampoco hay un marco jur¨ªdico para un eventual sometimiento, y el ministro de Justicia, N¨¦stor Osuna, ha dicho sin ambages que no es una prioridad en la apretada agenda legislativa del Gobierno.
Incapaz de dar pasos hacia un sometimiento colectivo e involucrado en un sinn¨²mero de rentas il¨ªcitas, el Clan del Golfo parece haberse cerrado las puertas de la pol¨ªtica de paz total con la que el presidente se propone negociar en simult¨¢neo con diversos grupos armados. M¨¢s all¨¢ de los altibajos, ese traspi¨¦s contrasta con las mesas de di¨¢logos abiertas con la guerrilla del ELN y las disidencias de las extintas FARC agrupadas en el autodenominado Estado Mayor Central (EMC). En ambos casos se han acordado ceses al fuego vigentes hasta mediados de a?o, y el Gobierno ya anunci¨® el prop¨®sito de arrancar un proceso con el otro gran grupo de disidentes, la Segunda Marquetalia.
¡°El Gobierno agot¨® el capital pol¨ªtico de la paz total en las negociaciones con el ELN y el EMC¡±, apunta el analista Jorge Mantilla, experto en conflicto armado, gobernanza criminal y seguridad. Los acercamientos con el Clan del Golfo, una banda que ha pasado por varios nombres, por el contrario, no han cristalizado. ¡°No hay tiempo ni marco jur¨ªdico¡± para que encaje en la paz total, como se propon¨ªa originalmente el presidente, a?ade. ¡°Yo creo que es evidente que la paz no va a ser total. Eso es positivo, en la medida en que aterriza el alcance de lo que puede hacer el Gobierno¡±.
El Clan se autodenomina como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y surgi¨® tras la desmovilizaci¨®n de los grupos paramilitares en el Gobierno de ?lvaro Uribe (2002-2010). El que ha sido su m¨¢ximo l¨ªder, Dairo Antonio ?suga, Otoniel, reciclado varias veces en el mundo criminal despu¨¦s de haber sido miembro de la guerrilla del EPL y de los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), fue capturado en octubre de 2021 y extraditado a Estados Unidos. El entonces presidente, Iv¨¢n Duque, lo celebr¨® con grandilocuencia como el ¡°golpe m¨¢s importante de este siglo contra el narcotr¨¢fico¡±, que marcaba el fin de la banda. Se equivoc¨® de plano. Su extradici¨®n no merm¨® el poder del Clan del Golfo, ahora encabezado por Jobanis de Jes¨²s ?vila, alias Chiquito Malo. Por el contrario, se ha expandido desde entonces.
El Clan del Golfo es responsable de cerca de la mitad de la droga que ha salido de Colombia en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n las autoridades. Sus tent¨¢culos se extienden a ejercicios de control criminal asociados a la extorsi¨®n, la miner¨ªa ilegal e incluso la captura de recursos p¨²blicos a trav¨¦s de las administraciones municipales. Tambi¨¦n est¨¢ involucrado en el paso r¨¦cord de migrantes por las peligrosas rutas que atraviesan la espesa selva del Dari¨¦n que separa a Colombia y Panam¨¢; ese alarmante flujo se produce gracias al dominio que ejerce del lado colombiano. La banda mantiene guerras abiertas con distintos grupos, entre ellos el ELN en el departamento del Choc¨®, donde pretende controlar las salidas al mar Pac¨ªfico.
¡°Es una estructura de crimen organizado que progresivamente avanza hacia la configuraci¨®n de un gran ej¨¦rcito, con mucha presencia en la zona noroccidental y norte del pa¨ªs¡±, advierte Gerson Arias, investigador de conflicto y violencia organizada de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz, que prepara un informe sobre el ¨²ltimo intento de negociaci¨®n con el Clan del Golfo en el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018). El grupo ha pasado de contar con unos 4.000 miembros en 2018 a m¨¢s de 6.000 en la actualidad, con intentos por atribuirse un car¨¢cter m¨¢s pol¨ªtico. ¡°Todav¨ªa no entendemos la magnitud de c¨®mo funciona el Clan¡±, se?ala Arias, que echa en falta una mirada estrat¨¦gica para lidiar con esa realidad. Ante la reciente ofensiva del Gobierno, Mantilla vislumbra dos posibles escenarios. Que el Clan entre en un momento de espera, de consolidar lo ya alcanzado, o que vuelva a ocurrir lo que pas¨® al final del periodo de Duque, cuando arreciaron los ¡®paros armados¡¯ con los que confinan a la poblaci¨®n y los ¡®planes pistola¡¯ que atentan contra la fuerza p¨²blica, con el prop¨®sito de presionar al Gobierno. Lejos, en cualquier caso, de la paz total.
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