Gustavo Petro enroca su Gobierno con los militantes del M-19 en las posiciones m¨¢s sensibles
El presidente acent¨²a esa tendencia al encomendar las negociaciones de la paz total a los exguerrilleros Vera Grabe y Otty Pati?o
Por primera vez una mujer lidera un proceso de paz en Colombia. Como parte del nuevo impulso que quiere darle al Gobierno, el presidente Gustavo Petro design¨® hace una semana como nueva jefa negociadora con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) a Vera Grabe, quien aterriz¨® el mi¨¦rcoles en Ciudad de M¨¦xico para incorporarse de inmediato al quinto ciclo de di¨¢logos y fue la encargada de anunciar el domingo que la ¨²ltima guerrilla en armas se ha comprometido a suspender la pr¨¢ctica del secuestro extorsivo. A sus 72 a?os, Grabe regresa a la vida p¨²blica para relevar a Otty Pati?o, de 78, que la semana anterior ya hab¨ªa sido nombrado como alto comisionado de Paz. Ambos, como el propio Petro en su juventud, pertenecieron a la guerrilla del M-19, que despu¨¦s de firmar la paz fue una de las principales fuerzas de la Asamblea Nacional Constituyente que redact¨® la celebrada carta pol¨ªtica de 1991.
El Gobierno lleva la impronta de ¡®El Eme¡¯, como todos conocen al Movimiento 19 de Abril, surgido luego del fraude electoral en las presidenciales de 1970. El primer presidente de izquierdas de la Colombia contempor¨¢nea ha dejado la paz total, su pol¨ªtica bandera, en manos de figuras hist¨®ricas de la antigua guerrilla, firmante de uno de los acuerdos de paz m¨¢s exitosos en Am¨¦rica Latina. Los antiguos militantes tambi¨¦n copan posiciones en la propia Presidencia de la Rep¨²blica, en el sector de inteligencia y en algunos cargos diplom¨¢ticos.
Los ¨²ltimos nombramientos acent¨²an un protagonismo que se insinuaba desde la propia posesi¨®n, precedida por las fricciones en torno a la exhibici¨®n de la espada del libertador Sim¨®n Bol¨ªvar. La primera orden de Petro como presidente de Colombia, ya juramentado en la propia Plaza de Bol¨ªvar, fue traer la famosa espada que el M-19 rob¨® de la Quinta de Bol¨ªvar a comienzos de 1974 para convertirla en un s¨ªmbolo de su movimiento y que devolvi¨® despu¨¦s de sellar la paz. Tambi¨¦n Carlos Pizarro, el l¨ªder del M-19 asesinado en la sangrienta campa?a presidencial de 1990, mes y medio despu¨¦s de entregar las armas, estuvo presente en uno de los momentos m¨¢s simb¨®licos de la ceremonia. Su imagen, bordada en la espalda de la chaqueta de su hija, la senadora Mar¨ªa Jos¨¦ Pizarro, una de las figuras m¨¢s visibles del Pacto Hist¨®rico, se observ¨® cuando ella se encarg¨® de ponerle la banda presidencial al mandatario.
La propia Mar¨ªa Jos¨¦, hoy negociadora en la mesa con el ELN, los comparaba en una entrevista con este peri¨®dico en medio de aquella campa?a. ¡°Gustavo es mucho m¨¢s racional, es un hombre de propuestas ya construidas en la madurez de todos estos a?os. Recoge mucho de la identidad del M-19 (¡) Hay una voluntad de que en las propuestas pol¨ªticas est¨¦ el reflejo de la diversidad de la naci¨®n¡±, observaba entonces, al conceder que Petro tiene algo de redentor: ¡°Toda esa generaci¨®n de hombres y mujeres son bastante mesi¨¢nicos. La suerte que tiene Gustavo es que ha sobrevivido¡±.
Muy temprano en su Gobierno, Petro nombr¨® en cargos claves relacionados de una u otra forma con la inteligencia a otros antiguos militantes del M-19 que han trabajado a su lado durante su dilatada carrera pol¨ªtica como congresista y alcalde de Bogot¨¢. Manuel Casanova, fil¨®sofo de profesi¨®n, asumi¨® la Direcci¨®n Nacional de Inteligencia (DNI) despu¨¦s de haber hecho parte del equipo de empalme. Augusto Rodr¨ªguez, estrecho asesor del hoy mandatario y ¨¦l mismo bajo constantes amenazas, es el director de la Unidad Nacional de Protecci¨®n (UNP), el organismo que debe cuidar la vida de m¨¢s de 7.000 personas amenazadas en Colombia. Rodr¨ªguez ha sido descrito muchas veces como uno de los filtros para llegar a Petro, que suele ser herm¨¦tico e impenetrable.
A ese grupo se suma el polit¨®logo Fernando Garc¨ªa, otro hombre de confianza que tambi¨¦n vivi¨® el exilio en Europa. ?l qued¨® al frente de Migraci¨®n Colombia, la entidad que, entre otras, atiende la di¨¢spora de la vecina Venezuela en el que es por mucho el principal pa¨ªs de acogida. Las tres entidades son herederas del antiguo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), desmantelado tras comprobarse que hab¨ªa espiado ilegalmente a magistrados, pol¨ªticos y periodistas, o que entreg¨® informaci¨®n a paramilitares para cometer asesinatos de sindicalistas. Abusos que Petro denunci¨® incansablemente cuando era congresista.
La presencia de militantes de ¡®El Eme¡¯ en el Gobierno adquiri¨® otra dimensi¨®n el pasado abril, cuando Carlos Ram¨®n Gonz¨¢lez, hasta entonces dirigente de la Alianza Verde, lleg¨® al Departamento Administrativo de la Presidencia, el DAPRE, para ejercer tambi¨¦n como jefe de Gabinete en un despacho vecino de la oficina presidencial. Su cargo es una de las razones que ha evitado hasta ahora que los verdes salten a la independencia. En la Alianza Verde tambi¨¦n acab¨® otra figura hist¨®rica, Antonio Navarro Wolff, el comandante que honr¨® la palabra empe?ada a pesar del asesinato de Pizarro y despu¨¦s fue uno de los tres presidentes de la Constituyente en representaci¨®n de la Alianza Democr¨¢tica M-19. Petro le ofreci¨® un puesto en el Gabinete, pero ha optado por mantenerse retirado de la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica.
¡°Lo que est¨¢ haciendo Petro es gobernar con los suyos, con su gente, con los que lo acompa?aron en ese periplo pol¨ªtico, en los temas principales y en los anillos m¨¢s cercanos¡±, apunta el analista Le¨®n Valencia, director de la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n (Pares). Desde que dio por disuelta la alianza que intent¨® con distintos sectores, el presidente ha nombrado personas de confianza. ¡°Est¨¢n gobernando como era el M-19¡å, una guerrilla que valoraba mucho la opini¨®n p¨²blica, a diferencia del ELN o las FARC, y siempre pensaba en producir hechos pol¨ªticos con una alta dosis de audacia, apunta el autor de La izquierda al poder en Colombia. No les preocupaba mucho la estrategia o la organizaci¨®n. ¡°El Gobierno es as¨ª, yo veo un esp¨ªritu del M-19¡å, se?ala.
Es la primera ocasi¨®n en que los grupos armados en general, y el ELN en particular, tienen como contraparte a un presidente de izquierdas. Para muchos observadores es una oportunidad irrepetible. Petro se propone dialogar en simult¨¢neo con esa amalgama de actores armados, pero su proyecto se ha atascado. El nuevo impulso de la paz total depende de Otty Pati?o y Vera Grabe.
¡°Otty es una persona reposada, calmada, muy anal¨ªtica, que entiende el momento pol¨ªtico¡±, le describ¨ªa hace un a?o en entrevista con este peri¨®dico el escritor y polit¨®logo Dar¨ªo Villamizar, que tambi¨¦n perteneci¨® M-19 y lo conoce desde 1984. Es un hombre que tiene una gran amplitud de pensamiento, como demostr¨® tambi¨¦n cuando fue parte de la Asamblea Nacional Constituyente, valoraba entonces. ¡°Es absolutamente respetuoso de las ideas de los dem¨¢s¡±, conclu¨ªa Villamizar, quien despu¨¦s fue nombrado como embajador de Colombia en Rep¨²blica Dominicana ¨Cotra militante del M-19, Mar¨ªa Antonia Velasco, es la embajadora en Ecuador¨C.
La llegada como jefa negociadora de Vera Grabe, antrop¨®loga y excongresista por la AD M-19, es un acierto, valora Le¨®n Valencia, que perteneci¨® en su juventud a una corriente del ELN. ¡°Vera se dedic¨® a trabajar el tema de paz desde muchas perspectivas, y escribi¨® La Paz Como Revoluci¨®n; eso es precisamente lo que necesita saber el ELN, que en este momento su mayor contribuci¨®n a la revoluci¨®n es firmar la paz¡±.
Las tres grandes guerrillas
El ELN que ahora negocia con el Gobierno es la última guerrilla en armas, tras el acuerdo con las extintas FARC, sellado a finales de 2016. Ambas nacieron en 1964. Mientras las FARC tenían un origen campesino, el ELN nació bajo el influjo de la revolución cubana, muy vinculado a la teología de la liberación. El M-19 surge en otro momento, en 1974, en un país más urbanizado. Algunos estudios la consideran una guerrilla de segunda generación, que centra sus esfuerzos inicialmente en las ciudades, con unas concepciones nacionalistas y bolivarianas. Se distinguió, entre otras, por la espectacularidad de sus acciones militares, que incluyeron el robo de miles de armas de un cantón militar, la toma de la embajada de República Dominicana, el robo de la espada de Bolívar o el asalto al Palacio de Justicia.
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