Colombia a¨²n cree en la paz pero cada a?o menos en la reconciliaci¨®n
As¨ª lo muestran las cifras del Bar¨®metro de las Am¨¦ricas. En teor¨ªa se apoyan los di¨¢logos con grupos armados, pero no se conf¨ªa en el ELN o se apoya una negociaci¨®n con las bandas criminales. Y cada a?o baja el n¨²mero de personas que creen en el perd¨®n para reconciliar a la sociedad
Los colombianos creen en los procesos de paz pero cada d¨ªa menos en la reconciliaci¨®n. Creen en sentarse a negociar con el enemigo pero no tanto cuando es con el ELN o el Clan del Golfo. Y tambi¨¦n creen en los tribunales de justicia transicional pero menos cuando miran cada caso legal con lupa. As¨ª lo muestran las cifras del Bar¨®metro de las Am¨¦ricas, una encuesta de opini¨®n p¨²blica hecha entre la Universidad de Los Andes y la Universidad de Vanderbilt, que se public¨® esta semana con los resultados del 2023. Una encuesta anual con 1.500 encuestados en 26 departamentos que muestra, a grandes rasgos, que para los colombianos la teor¨ªa de la paz a¨²n es atractiva. Pero a¨²n es muy dif¨ªcil ponerla en pr¨¢ctica.
Al preguntarle a los colombianos si les gustan las negociaciones de paz, hist¨®ricamente, la mayor¨ªa apoya el di¨¢logo con los grupos armados: en 2023, el 65% prefiere las negociaciones para salir de la guerra. Ese apoyo mayoritario se mantiene incluso desde el Gobierno de ?lvaro Uribe, el expresidente que privilegiaba la salida militar a las negociaciones. Esto, inicialmente, ser¨ªa una buena noticia para el presidente Gustavo Petro y su pol¨ªtica de paz total, que est¨¢ dialogando con varias guerrillas y bandas criminales por todo el pa¨ªs.
Pero los colombianos creen menos en el di¨¢logo cuando les dicen con qui¨¦n es. De acuerdo con la encuesta, solo el 38% de los ciudadanos est¨¢ de acuerdo con negociar con grupos criminales como el Clan del Golfo. Eso, obviamente, var¨ªa por regi¨®n y qu¨¦ tan cerca est¨¢n los encuestados a la guerra: entre los bogotanos, alejados de esa realidad, solo 28% apoyar¨ªa sentarse con bandas criminales. Ese porcentaje sube entre los encuestados de la Amazon¨ªa y Orinoqu¨ªa, que conocen con m¨¢s crudeza el conflicto: el 55% ver¨ªa con buenos ojos negociar con estos grupos. Pero en general, a nivel nacional, las bandas criminales no tienen el visto bueno de la ciudadan¨ªa.
Por el lado de las guerrillas, la cosa tampoco es tan positiva. Solo el 6% cree en una soluci¨®n negociada con la guerrilla del ELN durante este a?o. Esa guerrilla, vale repetirlo, lleva varios intentos fallidos de negociaci¨®n con distintos gobiernos. Esos fracasos, y la actitud arrogante que ha tenido el ELN, pueden explicar el pesimismo, dice Miguel Garc¨ªa, coautor del informe y director del departamento de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de los Andes. ¡°Lo interesante es que la opini¨®n p¨²blica convive en una disyuntiva: entre el apoyo a la negociaci¨®n, pero al mismo tiempo es realista frente a posibilidad de efectividad¡±, dice Garc¨ªa, quien lleva varios a?os mirando las variaciones en la opini¨®n en temas de paz.
Pero si negociar es dif¨ªcil, la reconciliaci¨®n lo es tambi¨¦n. En 2016, cuando se firm¨® el acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC, m¨¢s del 70% de los colombianos cre¨ªa que la reconciliaci¨®n se iba a lograr cuando los victimarios pidieran perd¨®n, dijeran la verdad sobre sus cr¨ªmenes, y las v¨ªctimas fueran indemnizadas. El optimismo era bastante alto. La Comisi¨®n de la Verdad, que culmin¨® su gran informe de la guerra en 2022, y el tribunal Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), que ha hecho varias audiencias p¨²blicas de perd¨®n y verdad, han contribuido a esos prop¨®sitos. Pero a pesar de esos esfuerzos, el optimismo de reconciliaci¨®n no aument¨®. Al contrario, ha ido bajando en los ¨²ltimos a?os.
Hoy solo el 50% de los colombianos cree que el perd¨®n nos llevar¨¢ a la reconciliaci¨®n, casi un 23% menos que en 2016. Igualmente va bajando, a?o a a?o, el n¨²mero de personas que creen que la verdad o la indemnizaci¨®n nos lleven a la reconciliaci¨®n. ¡°A¨²n hay esperanza, pero quiz¨¢s las expectativas hace 6 o 7 a?os eran mucho m¨¢s altas para los colombianos¡±, explica Garc¨ªa. ¡°Muchos ven que los macrocasos de la JEP van lentos, y pueden sentir que hay expectativas incumplidas. Esto ocurre en un contexto en el que tanto la derecha como antiguos firmantes de paz han estado presionado a la JEP, as¨ª que el tribunal no est¨¢ en un contexto muy f¨¢cil ahorita¡±, a?ade.
La JEP, este tribunal especial que naci¨® en 2016, ha pasado por distintas crisis pol¨ªticas desde que naci¨®. Durante el gobierno del expresidente uribista Iv¨¢n Duque (2018-2022), quien quer¨ªa ¡®hacer trizas¡¯ el acuerdo, tuvo que defenderse de los sectores militares y de derecha que no quer¨ªan ver soldados juzgados a la par que exguerrilleros. Luego Petro salt¨® al poder y, parad¨®jicamente, las cr¨ªticas m¨¢s sonadas ¨²ltimamente son las de los antiguos miembros de las FARC.
¡°Nos preocupa es que vamos a morir debi¨¦ndole al pa¨ªs¡±, dijo uno de ellos recientemente. Critican al tribunal porque los procesos van lentos, y las amnist¨ªas tambi¨¦n. V¨ªctimas y victimarios se impacientan, y la JEP intenta mostrar que s¨ª tiene resultados, que s¨ª le apuesta a la reconciliaci¨®n. Esta semana, por ejemplo, presentaron un proceso de restauraci¨®n de bosques con el trabajo de exsoldados que cometieron cr¨ªmenes de guerra.
¡°Estos procesos de justicia tienen su propio ritmo¡±, dijo entonces el presidente de la JEP, Roberto Vidal, al ser cuestionado sobre la impaciencia de los ciudadanos. ¡°El pa¨ªs no se va a reconciliar de la noche a la ma?ana, eso toma tiempo, paciencia¡±, a?adi¨® el alcalde de Bogot¨¢, que acompa?aba a Vidal el d¨ªa del lanzamiento del proyecto de restituci¨®n. La opini¨®n p¨²blica, desgraciadamente, ha sido impaciente.
Una parte del informe del Bar¨®metro de las Am¨¦ricas le pone el foco a las opiniones hacia la JEP. Aunque el tribunal ha hecho audiencias p¨²blicas, estrategias en redes sociales para ser m¨¢s accesible, y eventos simb¨®licos por todo el pa¨ªs para hacerse conocer, la mayor¨ªa de los colombianos todav¨ªa no entiende bien c¨®mo funciona: solo el 29% dice entenderlo. Eso no ser¨ªa preocupante, si se tiene en cuenta que la mayor¨ªa de los colombianos tampoco entiende bien c¨®mo funcionan las comisiones del Congreso o las distintas cortes del sistema judicial. Pero esa ignorancia es m¨¢s preocupante si la JEP quiere liderar un proceso de reconciliaci¨®n nacional.
¡°El reto de la JEP es que ellos est¨¢n en el negocio de administrar una justicia distinta, restaurativa, y quiz¨¢s si empiezan a mostrar resultados baja la prevenci¨®n que hay en la opini¨®n p¨²blica¡±, dice Juan Carlos Rodr¨ªguez Raga, profesor de ciencia pol¨ªtica de la Universidad de los Andes y quien analiz¨® los datos del tribunal especial. ¡°Pero adem¨¢s lo que dice la literatura acad¨¦mica es que la gente, entre m¨¢s conoce a las cortes, m¨¢s las respalda. Y eso nos muestran los resultados: cuando la gente entiende lo que hace la JEP, m¨¢s la respalda¡±, a?ade.
La justicia restaurativa que promueve la JEP, como las negociaciones de paz, es bienvenida por un grupo grande de la poblaci¨®n, casi uno 50%. Pero si a los encuestados se les pone enfrente un caso hipot¨¦tico, que llama el exsoldado Carlos Soto, el panorama cambia. ?Y si fuera Soto el que cometi¨® un homicidio en medio de la guerra? ?Y si Soto confes¨® matar a alguien y luego se le da una detenci¨®n domiciliaria? ?Y si no va a la c¨¢rcel si se compromete a retirar minas antipersonales? Un poco m¨¢s de la mitad de los encuestados no est¨¢ de acuerdo con que el exsoldado Soto tenga esa oportunidad.
El gobierno de Juan Manuel Santos dec¨ªa que la paz era un sapo dif¨ªcil de tragar. En realidad, no es tan dif¨ªcil de tragar en la teor¨ªa: el di¨¢logo, la justicia restaurativa, la reconciliaci¨®n con verdad y perd¨®n, todo suena muy bien entre la gente. Es el d¨ªa en que hay que votar por el plebiscito negociado en La Habana, o el d¨ªa en que hay que juzgar al soldado Soto, o el d¨ªa en que hay que sentarse ante un exguerrillero a esperar una disculpa, que la paz es m¨¢s dif¨ªcil. A¨²n as¨ª, con sus frustraciones y su lentitud, la mayor¨ªa de los colombianos sigue respondiendo que es mejor intentarla.
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