La idea de demoler la Casa de Nari?o
Petro ha usado una falacia ret¨®rica al justificar la idea de que se requiere un nuevo palacio, ya que el actual edificio permite a los funcionarios ocultarse en las ¡°penumbras fr¨ªas¡± para hacer ¡°quien sabe qu¨¦¡±
¡°Por m¨ª lo tumbaba¡±, afirm¨® el presidente Petro desde su atril en Casa de Nari?o luego de criticar el estilo arquitect¨®nico que hace medio siglo eligieron para la ampliaci¨®n de esa que, desde hace m¨¢s de 100 a?os, es residencia y despacho oficial del jefe de Estado de los colombianos.
Dijo el presidente ¨C y no le falta raz¨®n ¨C que esa construcci¨®n la imagin¨® la oligarqu¨ªa local pensando en imitar la arquitectura aristocr¨¢tica francesa cuando, en realidad, ese edificio deber¨ªa celebrar que la nuestra es una rep¨²blica democr¨¢tica. Tambi¨¦n dijo que seguramente esa afirmaci¨®n iba a ser destacada en los medios de comunicaci¨®n y henos aqu¨ª.
Reitero que no le falta raz¨®n al presidente Petro al criticar nuestro palacio presidencial porque efectivamente la Casa de Nari?o es un edificio de pretensiones neocl¨¢sicas m¨¢s bien exiguo e inc¨®modo para muchos de sus trabajadores, adem¨¢s de oscuro y poco pr¨¢ctico para albergar todos los que deber¨ªan estar cerca del primer mandatario. Sin embargo, hay que precisar que aquellos que hicieron la ampliaci¨®n del edificio hace 50 a?os lo que buscaron fue darle uniformidad a la construcci¨®n tomando como punto de partida el dise?o del Palacio de la Carrera que fue la construcci¨®n llevada a cabo, en apenas un pedacito de esa cuadra, a principios del siglo XX en los predios donde se ubic¨® en el siglo XVIII la casa natal de Antonio Nari?o.
Luego de criticar la edificaci¨®n el presidente lanz¨® algunas ideas sobre su palacio ideal: ¡°har¨ªa algo democr¨¢tico y popular, con patios abiertos, donde la gente fluya y pueda ver a los funcionarios¡±. Otra idea estupenda. Basta con ver el conjunto de inmuebles del Parlamento alem¨¢n para comprender la simbolog¨ªa de lo que pasa por la cabeza del presidente. Reitero: la idea no es mala.
Pero luego vino la falacia ret¨®rica al justificar la idea de un nuevo palacio se?alando que el actual edificio permite a los funcionarios ocultarse en las ¡°penumbras fr¨ªas¡± para hacer ¡°quien sabe qu¨¦¡±.
No y mil veces no. Los pasillos oscuros, las oficinas m¨ªnimas, los escondrijos insospechados no tienen la culpa del devenir de Colombia. Unas paredes y un techo no mandan sobre el presidente y su Gobierno. Es el presidente quien manda y quien debe asumir responsabilidades. Cosa que pareciera no entender el primer mandatario cuando ¡°quien sabe qu¨¦¡± cosas han pasado con varios funcionarios nombrados por ¨¦l y poco o nada ha dicho al respecto.
Las pilatunas de Olmedo L¨®pez en la Unidad de Gesti¨®n del Riesgo no han merecido a¨²n el absoluto rechazo del presidente. Pero ¨¦l lo puso ah¨ª, no la Casa. Los desafueros en RTVC tampoco han merecido un comentario del mandatario, aunque ¨¦l nombr¨® a la gerente. ?No es acaso ese un mal ejemplo? ?Asumir responsabilidad en los errores o en los ¡°quien sabe qu¨¦¡± es algo que no corresponde a un jefe de Estado? ?Es mejor condenar la mala arquitectura que la mala conducta?
En ese mismo evento, el presidente asegur¨® que a la ministra de Ciencias la quieren fuera del Ministerio porque es ¡°negra¡±. Tal vez sean los fantasmas esclavistas de la Casa de Nari?o los que le soplaron eso a Petro, porque si en un patio abierto se encontrara con los cient¨ªficos del pa¨ªs entender¨ªa que los argumentos para que ella salga son muchos y muy delicados. Es una l¨¢stima que en casos as¨ª el presidente Petro prefiere encerrarse en los pasillos fr¨ªos con sus amigos y hacer caso omiso a una porci¨®n del pa¨ªs democr¨¢tico que pide ayuda.
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