Otra viceministra que se va

La sorpresiva renuncia de Diana G¨®mez al viceministerio de la Mujer no gener¨® tanto ruido como cuando se han ido viceministros de otras carteras. Puede ser que el nov¨ªsimo Ministerio de la Igualdad no sea visto como algo trascendental dentro del Gobierno Petro, tal vez por nuevo o tal vez porque hasta el momento sus ejecutorias han sido m¨¢s bien discretas, por no decir nulas. Sin embargo, esa renuncia irrevocable dice mucho de lo que pasa dentro de esa cartera.

Antes hay que se?alar que la viceministra G¨®mez es una mujer de altos quilates y muy apreciada dentro del movimiento feminista que vio y so?¨®, con su nombramiento hace apenas ocho meses, la posibilidad de conseguir que las luchas de las mujeres de las regiones menos favorecidas de Colombia tuvieran finalmente un doliente, as¨ª como un despacho real dentro del gobierno para sacar adelante iniciativas que ayuden a cerrar brechas entre hombres y mujeres.

?Qu¨¦ fue lo que hizo que la viceministra abandonara el cargo so?ado por el movimiento feminista al que ella pertenece? ?Qu¨¦ pas¨® dentro del Ministerio para que saliera despavorida con una renuncia irrevocable?

Aunque en una carta que se conoci¨® la semana pasada, firmada por decenas de colectivos de mujeres que lamentan la salida de G¨®mez, hay pistas que ayudan a ilustrar la situaci¨®n, en realidad las cosas son mucho m¨¢s complejas.

La carta en menci¨®n recuerda un episodio que ocurri¨® a comienzos de marzo, durante la celebraci¨®n del d¨ªa internacional de la mujer, en el que Francia M¨¢rquez, vicepresidenta y ministra de la Igualdad, termin¨® desautorizando de manera grave a su viceministra en frente de un gran auditorio. Algo completamente bochornoso y m¨¢s en semejante jornada. Sin embargo, aunque esa no fue la gota que rebos¨® la copa, s¨ª pudo ser determinante para que la viceministra empezara a pensar en irse.

La realidad es que dentro del Ministerio de la Igualdad las cosas no est¨¢n funcionando como deber¨ªan. Los viceministros no han terminado de completar sus equipos. Toda contrataci¨®n de personal debe pasar por el escritorio de la ministra M¨¢rquez y ella es quien termina definiendo hasta las direcciones y coordinaciones dentro del ministerio. En pocas palabras, los viceministros no tienen autonom¨ªa y sienten que su jefe, m¨¢s que ayudar, se ha convertido en una suerte de lastre para poder desarrollar sus labores.

La viceministra se va y apenas pudo dejar algo armado, pues en ocho meses no la dejaron trabajar. Sus ideas y proyectos quedaron apenas en borrador y de ah¨ª la carta de los colectivos feministas pidiendo al Gobierno que se busquen caminos para avanzar en una senda productiva para las mujeres. Ojal¨¢ lo logren.

Pero lo m¨¢s importante ahora es evaluar si el Ministerio de la vicepresidenta est¨¢ haciendo lo que debe hacer. Si est¨¢ siendo eficiente y eficaz. De no ser as¨ª, terminar¨¢n d¨¢ndole la raz¨®n a aquellos que desde el comienzo dijeron que inventarse esa cartera era un sinsentido.

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