Tyler Schwab, activista contra la explotaci¨®n sexual disfrazada de turismo: ¡°Me dan rabia los gringos que utilizan a las ni?as de Colombia¡±
El estadounidense, fundador de la ONG Libertas International, ha identificado a connacionales que llegan a Medell¨ªn para abusar de menores de edad
Hace pocos meses, Tyler Schwab (Afton, Wyoming, 33 a?os) iba rumbo a Nueva York para presenciar el juicio en contra de Angad Amit Beharry. Un ped¨®filo, estadounidense como ¨¦l, que le pagaba a una mujer venezolana por v¨ªdeos pornogr¨¢ficos grabados en Bello, Antioquia, en los que ella abusaba sexualmente de su beb¨¦. Libertas International (LI), la ONG que Schwab cre¨® en 2013, estaba apoyando a la peque?a sobreviviente y a su nueva cuidadora.
Ese es solo uno de los varios casos de explotaci¨®n sexual que Schwab rastrea en Colombia. Desisti¨® de sus estudios de Medicina para volcar su vida a la lucha en contra de la explotaci¨®n y el tr¨¢fico sexual de ni?as en Latinoam¨¦rica. En los ¨²ltimos a?os, ha concentrado los esfuerzos de LI en las sobrevivientes de Medell¨ªn, una ciudad en la que varios de sus ¡°paisanos¡±, como ¨¦l los llama, han explotado sexualmente a menores de edad tras la falsa cortina del turismo. Esta organizaci¨®n ha apoyado a m¨¢s de 80 ni?as en los ¨²ltimos dos a?os.
Adem¨¢s de brindar apoyo a las v¨ªctimas, LI ejerce presi¨®n para que los victimarios, en especial quienes provienen de EE UU, se enfrenten a la justicia. En un hotel del occidente de Bogot¨¢, Schwab habla con EL PA?S sobre el flagelo de la explotaci¨®n sexual de menores en Colombia y la lucha que queda por delante.
Pregunta. ?Por qu¨¦ lleg¨® a interesarse en la explotaci¨®n sexual de menores en Latinoam¨¦rica?
Respuesta. A los 19 a?os viv¨ª en la Rep¨²blica Dominicana como misionero. Ah¨ª vi muchas ni?as en las calles con extranjeros. Al principio ni entend¨ªa lo que pasaba, pero esas im¨¢genes se quedaron en mi cabeza. Decid¨ª volver, y al regresar entend¨ª la realidad. Fui a un prost¨ªbulo, donde encontr¨¦ a un proxeneta y a una ni?a de unos 14 a?os. Pagu¨¦ para hablar con ella. Me cont¨® que su familia pasaba hambre, y que ella hab¨ªa aceptado una oferta de un trabajo como mesera. Luego, dijo, la forzaron a que se acostara con hombres, pues el proxeneta la amenaz¨® con aprovecharse de su hermana menor si ella no lo hac¨ªa. El 80% de las ganancias iban a ese hombre.
Qued¨¦ muy impactado y quise hablarle al d¨ªa siguiente, pero la hab¨ªan cambiado de lugar. Nunca supe qu¨¦ pas¨® con ella. Estuve dos semanas hablando con v¨ªctimas en Dominicana. Algunas eran inmigrantes, hab¨ªa ni?os trans, otros de Venezuela, a algunos les hab¨ªan quitado los documentos. Eso me hizo saber lo que estaba pasando, y decid¨ª cambiar de vida. Quise tratar de apoyarlos.
P. Despu¨¦s de esos encuentros, ?qu¨¦ hizo?
R. Dej¨¦ mis estudios de Medicina y tom¨¦ una formaci¨®n sobre trata de personas. De ah¨ª comenc¨¦ a trabajar en prevenci¨®n, luego en intervenci¨®n y en cuidado posterior. Libertas International naci¨® formalmente en 2013. Empec¨¦ la labor en Rep¨²blica Dominicana y me empezaron a llamar con casos de Guatemala y Per¨².
Despu¨¦s me contact¨® una agente de HSI [la oficina de investigaciones del Departamento de Seguridad de EE UU, encargada de investigar delitos transnacionales]. Me dijo: ¡°tenemos un caso y te quiero presentar a una ni?a¡±. Me contaron que la hab¨ªan encontrado en un Airbnb con un tipo que ya estaba preso. ?l, V¨ªctor Galarza, violaba ni?as, las traficaba y compart¨ªa sus im¨¢genes en l¨ªnea. Fue condenado por ello en junio de 2022. Esa fue la primera sobreviviente que apoy¨¦ en Medell¨ªn. Cuando llegu¨¦ ah¨ª todo cambi¨®. Ese caso me dio mucha rabia y decid¨ª que quer¨ªa dedicar el 100% de mi tiempo a ayudar a las ni?as de Colombia que han sido v¨ªctimas de americanos.
P. ?Qu¨¦ caracteriza la explotaci¨®n sexual en Rep¨²blica Dominicana, Guatemala y Colombia?
R. Cada pa¨ªs tiene particularidades. Hay ¡°turismo sexual¡± en todos lados ¡ªaunque no me gusta ese t¨¦rmino porque no son turistas, son delincuentes, ped¨®filos que viajan. En Rep¨²blica Dominicana encontr¨¦ muchas familias que estaban vendiendo sus hijos; eso tambi¨¦n pasa aqu¨ª en Colombia. En Guatemala, hab¨ªa pandillas como la MS-13 y 18 que estaba vendiendo ni?as y mujeres.
En Colombia algunas ni?as han sido victimizadas por las FARC y el ELN, pero en Medell¨ªn encontramos sobre todo muchos gringos que se aprovechan de ni?as para violarlas. Las dejan con enfermedades sexuales, con traumas horribles, con videos publicados en l¨ªnea. Muchos vuelven a EE UU como si no hubiera pasado nada. Eso me llena de ira. Me dan mucha rabia los gringos que utilizan a las ni?as de Colombia, las que son victimizadas por mis paisanos.
P. Su organizaci¨®n cuenta 32 investigaciones abiertas a estadounidenses por casos de explotaci¨®n sexual en Medell¨ªn ?Por qu¨¦ cree que est¨¢n llegando a la ciudad?
R. Es una muy buena pregunta. He pensado mucho en eso, incluyendo el a?o pasado, cuando la Polic¨ªa de Colombia me dio un premio y en mi discurso solo pude pedir perd¨®n por mis paisanos. Colombia ha sufrido por las adicciones que tienen los gringos: las drogas y el sexo, incluso el sexo con menores. Me pregunto qu¨¦ tienen en la mente, y de verdad no s¨¦. Son ped¨®filos. Creo que no podemos llegar al punto de saber c¨®mo una persona puede viajar a otro pa¨ªs y pensar que, porque hay personas vulnerables, tiene derecho de hacer lo que quiera con ellas.
P. ?C¨®mo ve el manejo de las autoridades y la sociedad colombiana ante esta situaci¨®n?
R. Hemos tenido dificultades con algunos fiscales. Por ejemplo, hace poco una fiscal estaba pidiendo m¨¢s v¨ªctimas en un caso: necesit¨¢bamos cinco, porque cuatro no eran suficientes para abrir una investigaci¨®n. Eso me pareci¨® muy fuerte. Fue como escuchar que en Colombia las primeras cuatro violaciones son gratis, van por cuenta de la casa, y la quinta no. Ah¨ª hay un problema. Una v¨ªctima siempre es m¨¢s que suficiente.
P. A veces se habla de prostituci¨®n infantil, se cree que las menores no son explotadas porque acceden a tener relaciones ?Cree que en Colombia a veces no se reconoce a las v¨ªctimas, que incluso se las trata como victimar¨ªas?
R. Eso pasa mucho, incluso con ellas mismas, que muchas veces no lo reconocen. Pero hay que ir m¨¢s all¨¢, hay que abrir el coraz¨®n. Si un ni?o est¨¢ teniendo sexo, hay algo detr¨¢s. Por eso hay que cambiar la forma de hablar del tema.
P. La Fiscal¨ªa tiene registros de cerca de 8.000 menores que han sido v¨ªctimas de delitos relacionados con explotaci¨®n sexual en los ¨²ltimos cinco a?os...
R. Creo que es una cifra muy baja. Nosotros recibimos un caso nuevo cada 15 d¨ªas; en los ¨²ltimos dos a?os hemos atendido a m¨¢s de 80 ni?as solo en Medell¨ªn. Tambi¨¦n hemos manejado casos en Cartagena, Cali, Bogot¨¢, La Guajira o C¨²cuta. Adem¨¢s, hay casos de colombianas por fuera del pa¨ªs. Por ejemplo, hace dos a?os en Rep¨²blica Dominicana hubo un operativo gigante donde rescataron a 83 colombianas, y el a?o pasado hubo otra acci¨®n grande en Grecia. Sabemos de muchas ni?as son explotadas por el Tren de Aragua. Las cifras son bajas ante esta realidad.
P. En la mayor¨ªa de los casos que conoce Libertas hay ciudadanos de Estados Unidos implicados. ?Qu¨¦ ocurre?
R. Primero est¨¢ la adicci¨®n al sexo. La pornograf¨ªa nunca ha sido m¨¢s accesible; en EE UU se consume mucho. Adem¨¢s, hay grupos y redes para hablar de c¨®mo conseguir ni?as. Es cuesti¨®n de tiempo para que los depredadores viajen a otros pa¨ªses a cometer delitos. Muchos viven una doble vida: all¨¢ son polic¨ªas, maestros y profesionales; ac¨¢ son ped¨®filos y abusadores.
Creo que el racismo tambi¨¦n es un factor. Muchos piensan que una ni?a colombiana vale menos que una americana. Eso pas¨® en el caso de un maestro de Texas, quien ten¨ªa una ni?a en la casa y, seg¨²n ella, ¨¦l nunca la hab¨ªa tocado. Aqu¨ª consum¨ªa drogas y violaba ni?as, a las que hac¨ªa sentir como si se fueran a morir.
P. Usted muchas veces asiste a los juicios en contra de estos sujetos. ?Qu¨¦ observa en su comportamiento?
R. Ver el miedo en sus caras me impacta mucho. Son cobardes que buscan ni?as chiquitas para explotar, pero cuando esas ni?as tienen el apoyo de mujeres, periodistas, polic¨ªas o fiscales, ya no son tan fuertes como piensan cuando est¨¢n aprovech¨¢ndose de esas ni?as.
P. Uno de sus objetivos es presionar la justicia para las sobrevivientes, ?c¨®mo lo hacen?
R. Hemos encontrado polic¨ªas muy buenos en Colombia y EE UU, a los que de vez en cuando les hace falta plata para cumplir con el trabajo. Por ejemplo, si estamos en Medell¨ªn y los polic¨ªas con los que trabajamos est¨¢n en Bogot¨¢, colaboramos con los viajes para que puedan entrevistar a las ni?as y lograr una captura. Cuando se necesita un int¨¦rprete, lo pagamos, para que la captura se haga bien.
Mervin, nuestro director de justicia, toca la puerta de los fiscales aqu¨ª. En EE UU trabajamos con el Departamento de Justicia para asegurar que las ni?as son escuchadas en las cortes. Si no pueden ir, por lo menos que escriban una carta para que los jueces la lean. Tambi¨¦n luchamos por la restituci¨®n, queremos que los explotadores paguen por la terapia de las ni?as y algunos gastos que puedan tener. Por ejemplo, tenemos un caso en el que un se?or tatu¨® su nombre en la espalda de una sobreviviente. Queremos que ¨¦l pague por remover ese tatuaje. Eso es muy importante para las v¨ªctimas.
P. ?C¨®mo hacen para que las sobrevivientes rompan con las cadenas de la explotaci¨®n?
R. Nos enfocamos en construir y apoyar sus proyectos de vida, qu¨¦ quieren y qu¨¦ hace falta para lograrlo. El 90% de las ni?as que apoyamos no vuelven a esa vida. Las que lo hacen nos rompen el coraz¨®n, pero siempre queda la oferta de que pueden volver cuando quieran.
P. ?Qu¨¦ cambios debe poner en marcha Colombia para combatir la explotaci¨®n de menores?
R. Hay que golpear a los malos con condenas muy fuertes, quitarles toda la plata y mostrar su cara en todos lados. Tienen que saber que la Polic¨ªa y la Fiscal¨ªa los van a meter presos con una sola v¨ªctima y que van a ser nombrados como ped¨®filos de por vida. Que van a tener cero en sus cuentas bancarias y que vivir¨¢n en una c¨¢rcel colombiana por 30 a?os. En la parte preventiva, hay que invertir en educaci¨®n. En EE UU tambi¨¦n tenemos que preguntarnos qu¨¦ estamos haciendo y qu¨¦ podemos hacer para que eso no siga ocurriendo.
P. ?Qu¨¦ lo motiva para seguir en esa lucha?
R. A veces es duro. Cuando quitamos una cabeza, salen dos m¨¢s. A m¨ª me motivan las sobrevivientes. Sus mensajes de amor y cari?o muestran que nuestro trabajo sirve para algo.
P. ?Cu¨¢l es el siguiente paso para Libertas International?
R. Seguirnos expandiendo. Quiero apoyar a las personas que han sido v¨ªctimas de americanos en Cartagena, Cali, Bogot¨¢, en cualquier lugar. Tambi¨¦n llegar a pa¨ªses como Hait¨ª y M¨¦xico, pero siempre sin descuidar lo que hemos logrado en Medell¨ªn.
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