La deforestaci¨®n se dispara, agravada por la salida de las disidencias de Iv¨¢n Mordisco de la paz total
La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, alerta sobre la p¨¦rdida de bosques en 2024
Una vez m¨¢s, la deforestaci¨®n en la Amazon¨ªa colombiana est¨¢ desbocada. El fen¨®meno, agravado por la en¨¦sima crisis en la negociaci¨®n con las disidencias de las FARC encabezadas por Iv¨¢n Mordisco, ha vuelto a disparar todas las alarmas. La propia ministra de Ambiente, ...
Una vez m¨¢s, la deforestaci¨®n en la Amazon¨ªa colombiana est¨¢ desbocada. El fen¨®meno, agravado por la en¨¦sima crisis en la negociaci¨®n con las disidencias de las FARC encabezadas por Iv¨¢n Mordisco, ha vuelto a disparar todas las alarmas. La propia ministra de Ambiente, Susana Muhamad, lanz¨® un S.O.S este mes sobre la posibilidad de un ¡°pico hist¨®rico¡± de p¨¦rdida de bosques, que ocurre justo en el peor momento de los di¨¢logos del Gobierno de Gustavo Petro con el autodenominado Estado Mayor Central, una organizaci¨®n dividida que se percibe m¨¢s afuera que adentro de la paz total.
En el primer trimestre, la deforestaci¨®n aument¨® 41% en la regi¨®n amaz¨®nica, de acuerdo con las alertas tempranas del Ministerio de Ambiente, una cifra que revierte los notables logros del 2023, cuando tuvo una ca¨ªda que se calcula entre 25 y 35%, a la espera de las cifras oficiales que se presentan entre mayo y junio. Es la menor cifra anual desde 2013. Al fen¨®meno de El Ni?o, con sequ¨ªas e incendios que favorecen las quemas de selva, se suma la ¡°coacci¨®n significativa¡± de las disidencias, que se traduce en el asesinato de ind¨ªgenas y campesinos, adem¨¢s de las amenazas y desplazamientos de las comunidades. Tambi¨¦n han impedido el acceso a las autoridades ambientales, lo que entorpece todo tipo de iniciativas.
¡°Es miserable, la presi¨®n psicol¨®gica que est¨¢n ejerciendo los grupos armados contra las comunidades¡±, se lament¨® la ministra Muhamad al lanzar ese grito de auxilio. ¡°Se est¨¢ poniendo la naturaleza en la mitad del conflicto y esto es una violaci¨®n al derecho internacional humanitario¡±, ha denunciado la funcionaria. ¡°Nuestra respuesta no ha sido abandonar la zona, ni los l¨ªderes, por el contrario, tenemos el respaldo de las comunidades y quiero decirles que cuentan con el Gobierno, en esto estamos juntos¡±. El presidente Petro se ha mostrado ante el mundo como un ambientalista convencido de luchar contra el cambio clim¨¢tico en uno de los pa¨ªses m¨¢s biodiversos del mundo.
Pero el Gobierno se ha topado con un formidable obst¨¢culo en el fragmentado Estado Mayor Central, que es el actor armado dominante en los departamentos de Meta, Caquet¨¢, Guaviare y Putumayo, que coinciden con el llamado arco de la deforestaci¨®n amaz¨®nica. En otras palabras, los lugares donde la deforestaci¨®n devora cada a?o enormes trozos de bosque. La conservaci¨®n de esos ecosistemas es clave para garantizar, entre muchas otras cosas, la regulaci¨®n del clima y la oferta de agua en la zona andina, incluyendo la distante Bogot¨¢ ¨Choy sometida a racionamientos¨C, a trav¨¦s de los llamados ¡°r¨ªos voladores¡±.
Los esfuerzos por detener la tala y la quema en la Amazon¨ªa est¨¢n ligados a la b¨²squeda de la paz total con distintos grupos armados, y en especial con el EMC. Tambi¨¦n se relacionan con la implementaci¨®n de los aspectos m¨¢s ¡®verdes¡¯ del acuerdo de paz firmado con las FARC a finales de 2016, que incluyen frenar la frontera agr¨ªcola, reintegrar excombatientes en econom¨ªas rurales sostenibles, los proyectos de sustituci¨®n de cultivos il¨ªcitos o los proyectos de desarrollo rural en los municipios m¨¢s golpeados por la guerra. Todos esos prop¨®sitos se ven gravemente entorpecidos por las acciones del EMC, que en muchas regiones ha ordenado o prohibido la tala para marcar el ritmo de los di¨¢logos y presionar al Gobierno.
Cuando estaba en armas, la guerrilla de las FARC tend¨ªa a restringir la deforestaci¨®n en las ¨¢reas donde operaba, en gran medida porque las tupidas copas de los ¨¢rboles dificultaban que el Ej¨¦rcito identificara sus campamentos desde el aire. Desde su desarme, la deforestaci¨®n aument¨®, promovida por nuevos y viejos actores armados, a menudo en una feroz competencia entre ellos, explicaba en su momento el International Crisis Group (ICG). El fen¨®meno est¨¢ empujado por la ganader¨ªa, el acaparamiento de tierras, la miner¨ªa ilegal y los cultivos de coca, entre otras causas. Los bosques y selvas tropicales que revisten la mitad del territorio colombiano nunca han dejado de estar bajo asedio.
En los primeros acercamientos, el Gobierno le pidi¨® a las disidencias encabezadas por Iv¨¢n Mordisco frenar la tala como un gesto de buena voluntad. El descenso fue notorio, pero esos d¨ªas parecen lejanos. Para empeorar las cosas, la semana pasada el propio Gobierno confirm¨® la fractura del EMC, reconoci¨® que solo est¨¢ negociando con menos de la mitad de sus hombres y que Mordisco abandon¨® el proceso. El principal problema se presenta en el departamento del Cauca, pero no es del todo clara la compleja geograf¨ªa de esa repartici¨®n de posturas, ni qui¨¦n manda realmente en el grupo armado. ¡°No hay que jugar con la paz, si es guerra es guerra¡±, reaccion¨® el presidente Petro ante una noticia sobre la operaci¨®n militar que dej¨® 15 disidentes muertos en Argelia (Cauca).
En los departamentos del arco de deforestaci¨®n amaz¨®nico operan frentes que se mantienen en la mesa, otros que se apartaron de la negociaci¨®n e incluso uno ¨Cel frente Carolina Ram¨ªrez, que ha sido de los m¨¢s problem¨¢ticos¨C que est¨¢ dividido al respecto, como mostraba un reciente informe de la fundaci¨®n CORE. ¡°La divisi¨®n tambi¨¦n puede tener consecuencias en la gobernanza ambiental de las disidencias en la Amazon¨ªa¡±, advierte el centro de pensamiento, con consecuencias por ahora imprevisibles. ¡°Para nosotros no es bueno que haya fracturas en estas organizaciones y que se multipliquen los interlocutores¡±, admit¨ªa esta semana Camilo Gonz¨¢lez Posso, el jefe negociador del Gobierno, en una entrevista. La deforestaci¨®n tambi¨¦n se juega en la fr¨¢gil mesa de di¨¢logos con las disidencias.
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