El asesinato del director de La Modelo: ?a qui¨¦n se protege con los dineros del Estado?
El dinero del Estado se debe invertir en quienes m¨¢s lo necesitan. Proteger vidas es lo que cuenta y no creer que se sube de estrato por un esquema de seguridad
En un mundo ideal no se necesitar¨ªan escoltas ni carros blindados. En un pa¨ªs real y violento como Colombia, son parte del paisaje y son tambi¨¦n un s¨ªmbolo de estatus. A mayor esquema de seguridad, pareciera ser m¨¢s importante el personaje. Sin embargo, a veces los escoltas no est¨¢n donde deber¨ªan estar. No estaban, por ejemplo, con el director de la c¨¢rcel La Modelo cuando lo mataron. Tal vez los que deber¨ªan estar ah¨ª paseaban al perro de alguien, cargaban bolsas de mercado o tal vez hac¨ªan su trabajo como debe ser, protegiendo a una persona en riesgo. Pasa lo uno y lo otro. El asesinato del desprotegido director es motivo m¨¢s que suficiente para preguntarnos qui¨¦nes tienen hoy un esquema de seguridad del Estado.
?C¨®mo se asignan los esquemas de seguridad? Algunos vienen con el cargo, pero en la mayor¨ªa de casos se trata de atender solicitudes de quienes pueden tener alg¨²n nivel de riesgo. Los directores de las c¨¢rceles no tienen esquema asignado, lo cual sorprende porque se trata de personas que est¨¢n lidiando con peligrosos criminales que buscan proteger sus privilegios y seguir delinquiendo mientras est¨¢n en prisi¨®n. Si alguien, como el director de La Modelo, intenta poner orden y disciplina, es amenazado y asesinado. En el camino entre la amenaza y el crimen se deb¨ªa seguir un tr¨¢mite largo y engorroso para solicitar apoyo de la Unidad Nacional de Protecci¨®n (UNP). La solicitud estaba en proceso y no hab¨ªa llegado.
Es tal vez el momento de modificar procesos. Lo dijo el ministro de Justicia, N¨¦stor Osuna: ¡°Se hab¨ªa hecho el procedimiento usual, pero esto que ocurri¨® nos alerta. Hay que profundizar m¨¢s en la seguridad para todo el personal del INPEC¡±. Son varios los funcionarios de la entidad que han sido v¨ªctimas de delincuentes en los ¨²ltimos meses. No sobra atender de manera prioritaria tambi¨¦n la seguridad del ministro, quien viene plantando cara a la siempre ca¨®tica y aplazada crisis carcelaria con lo cual est¨¢ generando reacciones de mafias y delincuentes peligrosos.
Cuando se trata de recursos p¨²blicos, el debate nos compete a todos. Y no hablamos de poca inversi¨®n, aunque resulte escasa para proteger a tantos. Seg¨²n reporte de la UNP, para este a?o 2024 la entidad tiene m¨¢s de dos billones de pesos asignados. ($2.379.199.325.642 para ser precisos) y el director Augusto Rodr¨ªguez Ballesteros dijo, en entrevistas relacionadas con el asesinato del coronel (r) Elmer Fern¨¢ndez, que en este momento hay muchas personas que tienen esquemas que no necesitan. Tambi¨¦n hizo graves denuncias sobre las mafias que se tomaron la entidad y que, seg¨²n ¨¦l, han venido combatiendo sin poderlas liquidar del todo.
Lo que dijo es muy grave. Se refiri¨® en particular al ¨¢rea de evaluaci¨®n de riesgo de la UNP, en la cual se analiza cada caso para saber si la persona tiene riesgo y de qu¨¦ nivel: ordinario, extraordinario o extremo. Seg¨²n el director Rodr¨ªguez Ballesteros, ¡°algunos funcionarios corruptos, que ya est¨¢n denunciados en la Fiscal¨ªa, hacen que las matrices de riesgo de ciertas personas que pagan dinero se eleven para que se les entreguen esquemas robustos y hacen que las matrices de riesgo de otras personas que est¨¢n amenazadas gravemente se bajen con el fin de que la entidad tenga que quitarle los esquemas y poderlas asesinar¡±. Las denuncias sobre estos hechos, seg¨²n su versi¨®n, est¨¢n desde hace a?o y medio en la Fiscal¨ªa. Tambi¨¦n se ha denunciado el uso de veh¨ªculos blindados de la entidad para cometer delitos.
Adem¨¢s de esos cr¨ªmenes graves, hay otros obst¨¢culos para que los recursos no se inviertan en su totalidad como debe ser: algunos de los funcionarios a quienes se les asignan esquemas ¨Dporque la funci¨®n que tienen en el Estado lo amerita¨D se niegan a entregarlos cuando dejan los cargos. Dice Rodr¨ªguez Ballesteros que acuden a tutelas y todo tipo de estrategias para mantener la protecci¨®n, aunque no la necesiten. Lo mismo pasa con algunos periodistas.
Y es que no siempre se trata tanto del nivel de riesgo, como del nivel a secas porque si se escala en cualquier pir¨¢mide de poder las personas quieren tener escoltas porque s¨ª o porque no. El objetivo es hacerse notar, tener qui¨¦n despeje el camino, qui¨¦n abra la puerta, quite obst¨¢culos y hasta qui¨¦n ayude a cometer arbitrariedades con la excusa de la seguridad. Son muy frecuentes las quejas de los ciudadanos por la violaci¨®n de todo tipo de normas por parte de los esquemas de seguridad. Es f¨¢cil entender que no todos los que tienen seguridad del Estado la necesitan, mientras otros se juegan la vida a diario. Basta ver las condiciones en que estaban muchas v¨ªctimas de atentados y asesinatos que estaban en evidente riesgo y no contaban con protecci¨®n. El coronel Fern¨¢ndez es un ejemplo, no el ¨²nico caso.
Ni qu¨¦ decir de la situaci¨®n de fiscales y jueces que investigan y toman decisiones sobre la suerte de criminales. El riesgo es evidente. Combatir las mafias en la Unidad de Protecci¨®n, ajustar los procedimientos y los criterios para establecer qui¨¦n tiene riesgo y quien no, quitar los esquemas a quienes no los necesitan, son decisiones urgentes aunque muy dif¨ªciles, porque ya sabemos que quien logra tener carro blindado y escoltas se siente con derecho a tenerlos para el resto de la vida. No es as¨ª. Los riesgos van y vienen y el dinero del Estado se debe invertir en quienes m¨¢s lo necesitan en cada momento. Proteger vidas es lo que cuenta y no creer que se sube de estrato por un esquema de seguridad.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y aqu¨ª al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.