La carretera que amenaza el tesoro amaz¨®nico de Chiribiquete crece: m¨¢s de mil hect¨¢reas deforestadas este a?o
Desde 2023, la Sociedad Zool¨®gica de Frankfurt alert¨® que el trazo ilegal, a solo cuatro kil¨®metros del Parque, era una amenaza. Ahora reportan c¨®mo avanza la tala de bosques
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En la frontera nororiental del Parque Nacional Natural Chiribiquete, quiz¨¢ el lugar hist¨®rico y natural m¨¢s importante de Colombia, viven a quienes han llamado los ¡°protectores del Chiribiquete¡±. Ubicado entre los municipios de La Macarena (Meta) y Calamar (Guaviare), el resguardo ind¨ªgena Llanos del Yar¨ª ¨C Yaguara II, fue reconocido como tal en 1995. En 2018, tras la ampliaci¨®n del Parque Nacional, qued¨® colindando al este, cumpliendo no solo una funci¨®n amortiguadora, sino de protecci¨®n que les dio a los ind¨ªgenas su apodo. Pero ser un custodio de la naturaleza, en medio del Amazonas, tambi¨¦n se convirti¨® en un motivo de peligro y disputas por el territorio. En 2021, y tras varias amenazas, al menos 53 habitantes ¡ª una cifra significativa en una zona despoblada¡ª fueron desplazados por actores ilegales. Y a pesar del largo tiempo que el resguardo lleva cobijado bajo esta figura, a la fecha de hoy a¨²n hay un debate sobre hasta d¨®nde llega su pol¨ªgono. Aunque la resoluci¨®n que lo nombr¨® como resguardo habla de 146.500 hect¨¢reas, en la cartograf¨ªa que tienen instituciones como la Agencia Nacional de Tierras (ANT) se extiende hasta 212.769 hect¨¢reas.
Esta ¨²ltima fue la principal raz¨®n por la que Sociedad Zool¨®gica de Frankfurt (SZF), que lleva desde 2016 trabajando en Colombia, decidi¨® ponerle la lupa a este territorio. ¡°Empezamos a hacer unos recorridos en campo para verificar cu¨¢les eran esos l¨ªmites e, incluso, instalar unos puestos de control para evitar la deforestaci¨®n, que en 2021 no era mucha¡±, cuenta Ricardo Erazo Tapia, l¨ªder de sistemas de informaci¨®n geogr¨¢fica de SZF. Con el tiempo, al trabajo en campo, que se vio tambi¨¦n afectado por el conflicto, se sum¨® el de revisar satelitalmente qu¨¦ cambiaba en el resguardo y, desde entonces, la SZF ha hecho uno de los seguimientos m¨¢s juiciosos sobre una de las cientos de carreteras que abren una cicatriz en la Amazonia y que sirve para ejemplificar c¨®mo la regi¨®n se est¨¢ deforestando.
Las primeras se?ales se dieron ese mismo a?o, en 2021: la SZF encontr¨® una deforestaci¨®n promedio de 1,7 hect¨¢reas por d¨ªa dentro del resguardo. En 2022, la cifra hab¨ªa cambiado: entre enero y febrero, durante 45 d¨ªas, registraron una deforestaci¨®n que alcanz¨® las 22,3 hect¨¢reas diarias. En 2023, sin embargo, fue que se elev¨® una alerta cr¨ªtica. ¡°Vimos c¨®mo se estaba abriendo una carretera, que empez¨® como una l¨ªnea peque?ita, entre el caser¨ªo de Monte Bello, en el municipio de La Macarena, hasta Cachicamo, en el oriente del resguardo¡±, agrega Erazo.
El reporte de la SZF se convirti¨® prontamente en una noticia nacional. No solo se trataba de una carretera que atravesaba el resguardo, sino que su l¨ªmite por el oriente est¨¢ a tan solo 4 kil¨®metros de Chiribiquete. Los datos, adem¨¢s, daban pistas de lo r¨¢pido que se acelera el fen¨®meno de las carreteras ilegales en la regi¨®n. Si para el 20 de enero hab¨ªan identificado 887 metros deforestados para hacer la carretera, a mediados de abril ya se trataba de un trazado de 22,7 kil¨®metros.
En la Amazonia, y probablemente en cualquier espesa selva, existe una regla casi inquebrantable: cuando se abre una carretera se genera tambi¨¦n deforestaci¨®n asociada sobre los m¨¢rgenes. Y el caso del resguardo Llanos del Yar¨ª ¨C Yaguara II no es la excepci¨®n. Este lo que va de 2024, los expertos han visto c¨®mo el trazo dej¨® de ser una cicatriz lineal y se llen¨® de moretones, de hect¨¢reas arrasadas de bosque a su alrededor. De nuevo, las cifras que da Erazo evidencian lo r¨¢pido que avanza el tema. ¡°En noviembre de 2023, identificamos 170 hect¨¢reas deforestadas, y en enero y marzo de 2024 fueron 387 y 993 adicionales respectivamente¡±, comenta. ¡°Eso suma m¨¢s de 1.500 hect¨¢reas de deforestaci¨®n asociada a la carretera [es decir, sin lo arrasado por la carretera en s¨ª], y aunque no hemos verificado, ya en mayo podr¨ªamos estar hablando de otras 500 hect¨¢reas m¨¢s¡±.
Como lo comenta Esperanza Leal G¨®mez, la l¨®gica detr¨¢s de esto es simple. ¡°Desde La Macarena viene una din¨¢mica, un entramado de v¨ªas terciarias que lo que buscan es m¨¢s espacio para la ganader¨ªa y apropiaci¨®n de tierras¡±, se?ala. A la falta de ordenamiento territorial y a la baja de presencia estatal, se suma que estas v¨ªas son estrat¨¦gicas para las rutas que necesitan grupos como el Estado Central Mayor. ¡°Pero lo importante es ver tambi¨¦n eso qui¨¦n lo financia¡±, asegura.
La semana pasada, justamente, Rodrigo Botero, director de la Fundaci¨®n para la Conservaci¨®n y el Desarrollo Sostenible (FCDS), hizo una presentaci¨®n ante la Comisi¨®n Quinta de la C¨¢mara de Representantes que arroja datos para responder lo ¨²ltimo que se plantea Leal. ¡°Entre 2015 y 2022, los cr¨¦ditos de Finagro dirigidos a ganader¨ªa en el Guaviare aumentaron en un 331%, pasando de 7.000 a 32.000 millones¡±, ¡°m¨¢s del 30% de los proyectos en ejecuci¨®n o aprobados por el Departamento Nacional de Planeaci¨®n (DNP) est¨¢n orientados a la ganader¨ªa en el departamento¡± y ¡°de los 6 millones de animales que han entrado a Colombia, un 30% termina en el bioma amaz¨®nico¡±.
?Qu¨¦ hace el Gobierno financiando la ganader¨ªa en la Amazonia, lugar que en su mayor¨ªa es reserva forestal? ?Por qu¨¦ llevar vacas a medio de la selva? ?Hasta qu¨¦ punto est¨¢ el Estado financiando la deforestaci¨®n? Como explica la directora de la SZF, ninguna de esas v¨ªas terciarias y que se abren como dendritas desde las carreteras principales, es legal. De hecho, seg¨²n datos que tambi¨¦n dio Botero, solo en 2023 en la reserva forestal de la Amazonia se han construido 363 nuevos kil¨®metros de v¨ªas, sumando un total de 6.064 kil¨®metros.
Por eso, desde SFZ son conscientes que lo que han encontrado en el resguardo sigue un patr¨®n que f¨¢cilmente puede aplicarse a otras ¨¢reas de la regi¨®n. Hacer zoom ah¨ª, puede permitir entender mejor la dimensi¨®n de la crisis. Adem¨¢s, el lugar que ellos est¨¢n monitoreando no se trata de cualquier zona, sino de una que acuna, precisamente, al Chiribiquete, ese parque que guarda fragmentos de la historia de Colombia e, incluso de la humanidad. Ese pedazo de selva que almacena 454 millones de toneladas de carbono solo en la copa de sus ¨¢rboles, seg¨²n estimaciones que ha dado Parques Nacionales Naturales de Colombia.
Lo que pasa en el resguardo ind¨ªgena Llanos del Yar¨ª ¨C Yaguara II, es una muestra de la amenaza, de hasta donde podemos llegar. Como dec¨ªa Diana Uribe en uno de su podcast sobre el Chiribiquete, se trata de un lugar ¡°que no se debe tocar con los pies¡±. Y mucho menos con motosierras, excavadoras o tractores. ¡°Es un lugar tan fr¨¢gil como es inmortal¡±.
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