La ganader¨ªa respetuosa con el medio ambiente (y lucrativa) s¨ª existe
Un ganadero en Caquet¨¢ (Colombia) demuestra que los m¨¦todos regenerativos pueden ser competitivos. La alternativa se abre paso t¨ªmidamente en el pa¨ªs, mientras el sector pide certificados oficiales
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La finca de Fabi¨¢n Vargas parece m¨¢s un laboratorio que un terreno ganadero. En un balde azul sellado, descansan 100 litros de microorganismos de bosque que se activan con salvado de arroz, suero de leche y miel para nutrir al ganado; varias matas de pastos de porte alto crecen a la sombra de su porche; decenas de cucarrones van deshaciendo y oxigenando las zonas pisoteadas por las vacas y diferentes lombrices transforman el esti¨¦rcol de sus 60 cabezas de ganado en uno de los abonos m¨¢s cotizados de Caquet¨¢, en el sur de Colombia. ?El resultado? Ahorrarse millones de pesos en antibi¨®ticos, pesticidas e insecticidas y triplicar la leche que produce sin sacrificar el verde de su hacienda. ¡°La vaca no es mala por no dar tanta leche o contaminar. Es el due?o el que no sabe c¨®mo sacar el m¨¢ximo rendimiento¡±, cuenta con orgullo en una de las 42 parcelas en las que dividi¨® la finca de las vacas de orde?o. En este potrero, que hace 40 d¨ªas que no pisa ning¨²n animal, nunca dejaron de crecer pomarrosas, bayas y fonos.
Esa es una de las primeras diferencias que separan con un abismo la ganader¨ªa que practica Vargas y la de sus colegas en Caquet¨¢, uno de los seis departamentos amaz¨®nicos, de los m¨¢s azotados por la deforestaci¨®n. La divisi¨®n de la parcela, cuenta, ha sido clave para no volver el espacio en un terreno bald¨ªo e in¨²til en unos a?os, ya que el pisoteo constante de las vacas genera un proceso de compactaci¨®n del suelo, que impide que entre aire y agua. Vargas realiz¨® el proceso de divisi¨®n en porcentajes peque?os respetando las cuencas h¨ªdricas del lugar y la arborizaci¨®n. De esta forma, cuando deja que crezcan los ¨¢rboles en los potreros ¡ªque dan sombra y confort a las vacas¡ª est¨¢ implementando un trabajo de restauraci¨®n pasiva con especies nativas important¨ªsimo. ¡°Tambi¨¦n sucede que en los bosques secundarios se convierten en incubadoras de microorganismos y mesofauna [lombrices o cucarrones] que llegan de d¨ªa y de noche a alimentarse en los potreros. Tener una mayor biodiversidad beneficia tambi¨¦n a mis vacas¡±, narra.
Todo empez¨® en un aula de estudio. Hace 13 a?os, Vargas casi no hab¨ªa escuchado hablar de la ganader¨ªa regenerativa y mucho menos de los beneficios que da dejar de tumbar el bosque. Esto romp¨ªa todas las l¨®gicas que hab¨ªa aprendido de su padre y t¨ªos, ganaderos autodidactas. Pero un profesor en un curso t¨¦cnico empez¨® a desvelar uno a uno los secretos del campo que una gran mayor¨ªa de ganaderos desconoce: el correcto uso del suelo, las pasturas m¨¢s eficientes, el aprovechamiento de las cuencas... En las fincas de Caquet¨¢, hay una vaca por cada dos hect¨¢reas, mientras que en la finca de Vargas, el promedio es de cinco vacas por hect¨¢rea. Seg¨²n la Federaci¨®n Colombiana de Ganaderos (Fedeg¨¢n), est¨¢ tan mal utilizado el suelo, que el pa¨ªs tendr¨ªa la capacidad de devolver a la naturaleza 10 millones de hect¨¢reas sin que esto repercutiera negativamente la producci¨®n de carne y leche.
La eficiencia del suelo de Vargas es vital para no afectar m¨¢s territorio del necesario sin que sus animales est¨¦n hacinados. Esta mejora y el aumento de los nutrientes org¨¢nicos triplic¨® la producci¨®n de leche diaria. ¡°Pas¨¦ de cuatro litros a 12¡å, explica este se?or de gesto amable y sonrisa t¨ªmida. Gracias a su trabajo, Nestl¨¦, su principal comprador, aument¨® su tarifa en 70 pesos m¨¢s por litro (20 por practicar la ganader¨ªa regenerativa y 50 por la restauraci¨®n de suelos).
Si bien este peque?o incentivo sirve tambi¨¦n como sello de garant¨ªa de calidad, para Vargas no es suficiente. ¡°Yo quisiera hacerlo oficialmente. Tendr¨ªa que haber certificados nacionales, pero esos por aqu¨ª no llegan. Solo se los dan a los grandes¡±, lamenta. Para Jacobo Arango, cient¨ªfico senior de programa de forrajes tropicales del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), esta es una de las asignaturas pendientes del sector. ¡°En Colombia sigue haciendo falta ganader¨ªa profesional, tecnificada y eficiente. Y, para ello, hace falta un certificado que demuestre que es de verdad regenerativo y no solo un pu?ado de buenas intenciones o pseudociencia¡±, dice por tel¨¦fono. ¡°Tienen que existir formas de evaluar la salud del suelo, la riqueza de los recursos h¨ªdricos y el uso de las pasturas. Y hasta ahora no hay ning¨²n sello de regenerativa como tal¡±, a?ade.
Y la necesidad es urgente. En 2022, la deforestaci¨®n en el pa¨ªs borr¨® del mapa unas 123.517 hect¨¢reas, una gran parte de estas se debe a la ganader¨ªa extensiva. Si bien cuesta no ser esc¨¦pticos con esta actividad econ¨®mica, despegar la cultura de la ganader¨ªa de departamentos como Caquet¨¢ es pr¨¢cticamente imposible. Hace poco m¨¢s de un siglo que el Estado colombiano llam¨® a poblar este departamento. La mayor¨ªa de colonos llegaban con un par de mudas, el machete y una o dos vacas. ¡°Ese era el ahorro del campesino¡±, explica Julie Hern¨¢ndez, cofundadora de la organizaci¨®n Amazon¨ªa Emprende. ¡°Caquet¨¢ es como un adolescente que no se define entre la historia ganadera y el discurso de fuera que le dice aproveche la Amazonia de otra forma¡±.
Pero la regenerativa, dicen los expertos, puede ser el puente entre ambos mundos, dentro y fuera de Colombia, ya que la ganader¨ªa ocupa aproximadamente el 30% de la superficie terrestre libre de hielo. En Am¨¦rica Latina, la poblaci¨®n ganadera se ha duplicado en los ¨²ltimos 50 a?os, pasando de 201 a 418 millones de cabezas y de 461 a 560 millones de hect¨¢reas para pasturas. Para Carlos Gustavo Cano, director del grupo de investigaci¨®n Agronegocios e Industria Alimentaria y Turismo de Naturaleza (Aneia) de la Universidad de Los Andes y ex Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, la ganader¨ªa est¨¢ ¡°equivocadamente estigmatizada¡±: ¡°Hay que entenderla como agricultura con valor agregado, porque el trabajo empieza en el suelo. Y lo que hace este se?or [Vargas] y otros tantos son soluciones basadas en la naturaleza. La ganader¨ªa regenerativa existe, es vibrante y es promisoria si se hace bien, pero requiere de un conocimiento de tecnolog¨ªa permanente. Si en algo es intensivo es en conocimiento¡±.
En un rinc¨®n de la finca, Vargas destapa con mucho mimo unas telas que cobijan esti¨¦rcol de sus vacas, c¨¢scaras de pl¨¢tano y otras frutas y un pu?ado de lombrices nuevas que lo est¨¢n deshaciendo. Lo mira como quien se asoma a ver si las semillas que plant¨® ya germinaron y explica que lleva unos d¨ªas poniendo en marcha una nueva t¨¦cnica de abonos que ley¨® en uno de los 50 libros sobre ganader¨ªa sostenible que descansan en su biblioteca. ¡°Hay mucho que hacer, por eso mantengo probando y probando¡±, dice. ¡°Es una alegr¨ªa muy grande cuando ves los resultados de que el bosque y la ganader¨ªa juntas funcionan mejor¡±.
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