Las disidencias del Estado Mayor Central se ensa?an con los pueblos ind¨ªgenas
Las crisis del di¨¢logo con la facci¨®n de Iv¨¢n Mordisco se han producido luego de que un frente masacr¨® adolescentes ind¨ªgenas en Putumayo y otro asesin¨® a una lideresa en Cauca
Las disidencias de la extinta guerrilla de las FARC se alejan cada vez m¨¢s de la paz total. La mayor¨ªa de sus estructuras ya se levantaron de la mesa de di¨¢logos con el Gobierno. ¡°La ofensiva contra el EMC en el Cauca es total¡±, declar¨® el presidente Gustavo Petro en el arranque de esta semana, ante la serie de ataques perpetrados por los hombres comandados por Iv¨¢n Mordisco en el suroccidente del pa¨ªs. El autodenominado Estado Mayor Central, incluso en medio de las atropelladas negociaciones, ya le hab¨ªa declarado la guerra a la guardia ind¨ªgena, en un ejemplo ilustrativo de c¨®mo se ha ensa?ado contra los pueblos ancestrales.
Ha habido m¨¢s de un grito de auxilio. Este mes, la Asociaci¨®n de Cabildos Ind¨ªgenas del Norte del Cauca (ACIN) envi¨® una carta a Andr¨¦s Pati?o, el comandante del bloque occidental de las disidencias, en la que alertaban del aumento de la violencia del grupo armado. ¡°Solo en los ¨²ltimos cuatro a?os en el norte del Cauca su organizaci¨®n ha sido responsable de 374 asesinatos contra Kiwe Thegnas [guardias ind¨ªgenas], autoridades y comuneros, dejando heridos a decenas m¨¢s¡±, le recriminaban al comandante. El norte del Cauca, donde habita la mayor¨ªa del pueblo nasa, colinda justamente con el sur del Valle del Cauca y es un corredor para las rutas del narcotr¨¢fico por su salida al Pac¨ªfico, lo que ha convertido la zona en un polvor¨ªn. En la misiva de ocho p¨¢ginas, cuestionan la voluntad de paz del EMC, que ha librado una guerra ya no solo contra el Estado, tambi¨¦n contra los ind¨ªgenas.
Las evidencias se acumulan. Fueron justamente los ataques de los disidentes a ind¨ªgenas en distintos lugares los que provocaron las dos crisis m¨¢s visibles en los di¨¢logos con el ahora dividido Estado Mayor Central. En marzo, integrantes de la columna Dagoberto Ramos dispararon contra la comunidad nasa de Toribio que los increp¨® por reclutar a un menor, lo que provoc¨® la muerte de la lideresa Carmelina Yule. Ese crimen llev¨® a la suspensi¨®n del cese bilateral del fuego en los departamentos de Cauca, Nari?o y Valle del Cauca. El proceso ya hab¨ªa atravesado otra profunda crisis en mayo de 2023, cuando el Frente Carolina Ram¨ªrez de las disidencias asesin¨® a cuatro adolescentes ind¨ªgenas que hab¨ªa reclutado forzosamente en el selv¨¢tico departamento del Putumayo, una masacre que tambi¨¦n llev¨® a Petro en su d¨ªa a suspender el cese al fuego que hab¨ªan pactado desde el A?o Nuevo.
¡°La explicaci¨®n corta y sencilla es que ni el EMC ni el Frente Carolina Ram¨ªrez son organizaciones pol¨ªticas que tengan como ideario la reivindicaci¨®n de los pueblos¡±, dice Carlos Negret, conocedor del conflicto y defensor del Pueblo entre 2016 y 2020. En esa medida, la autoridad ind¨ªgena y particularmente los mecanismos de autoprotecci¨®n como la guardia ind¨ªgena, y en general la organizaci¨®n ind¨ªgena, se convierten en un obst¨¢culo para los grupos armados, explica. ¡°En muchos territorios, como en el Cauca, los cabildos son los que est¨¢n exigiendo el cumplimiento de las normas de la guerra; son los que buscan a los menores para desvincularlos de los grupos; son los que se oponen a la siembra de minas antipersonales; incluso han llevado a cabo capturas de miembros de los grupos, y en los casos de las personas ind¨ªgenas las han procesado bajo la jurisdicci¨®n especial ind¨ªgena¡±, detalla. ¡°Entonces estas estructuras se han ensa?ado en su contra porque su autoridad representa un riesgo para sus intereses¡±.
Los ind¨ªgenas, hist¨®ricamente violentados y discriminados, han sido tambi¨¦n golpeados por la guerra. Cerca de 400.000 ¨Cde casi dos millones¨C han sido afectados por las confrontaciones y la violencia perpetrada por grupos armados en Colombia, la inmensa mayor¨ªa forzados a desplazarse, de acuerdo con las cifras de la Unidad de V¨ªctimas. Entre 1982 y el 2017 hubo 742 masacres en territorios ind¨ªgenas, seg¨²n el Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica.
Las comunidades buscan hacer valer su autonom¨ªa frente a los armados desde hace d¨¦cadas. Las autoridades ind¨ªgenas del Cauca denunciaban en 2013 en otra carta a la c¨²pula de las entonces Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia que la guerrilla hab¨ªa promovido ¡°un plan sistem¨¢tico de exterminio f¨ªsico y cultural del movimiento ind¨ªgena colombiano¡±. Esas tensiones se mantuvieron con el desordenado archipi¨¦lago de disidencias que se apartaron del proceso de paz de 2016 y despu¨¦s pretendi¨® agruparse bajo la sombrilla del Estado Mayor Central. En el Cauca, pero tambi¨¦n en otros territorios. Al Frente Carolina Ram¨ªrez, por ejemplo, que ba?a de sangre la frontera con Ecuador, lo caracteriza una fuerte presi¨®n y reclutamiento sobre los pueblos ind¨ªgenas del Caquet¨¢.
Mientras las disidencias empu?an fusiles, la guardia ind¨ªgena suele estar compuesta por hombres y mujeres desarmados que se encargan de la defensa colectiva de sus territorios y portan bastones de mando como s¨ªmbolo de autoridad. En otros tiempos, los grupos armados los respetaban, pero ante la fragmentaci¨®n que ha caracterizado los siete a?os transcurridos desde la firma del acuerdo de paz con las FARC, el panorama es confuso. En medio del asesinato de todo tipo de l¨ªderes sociales y ambientalistas, tambi¨¦n han ca¨ªdo con frecuencia miembros de la guardia y gobernadores ind¨ªgenas.
El movimiento ind¨ªgena del Cauca ha sobrevivido a los embates m¨¢s crueles de la conquista, de la colonia y de la rep¨²blica, recuerda Estefania Ciro, investigadora del centro de pensamiento A la orilla del r¨ªo. ¡°Es inadmisible que un actor que se precia de ser revolucionario, tenga como objetivo militar a los m¨²ltiples pueblos ind¨ªgenas del Cauca¡±, valora. Todas esas relaciones, conflictos, interacciones, alianzas y rompimientos con las organizaciones ind¨ªgenas tienen una larga historia. ¡°La guerra se traslada y se hace en esos territorios, y los pueblos ¨¦tnicos del pa¨ªs son pobladores de esos territorios¡±, enfatiza. En el caso de la Amazon¨ªa, los grupos armados buscan involucrar a sus j¨®venes en la guerra porque necesitan tambi¨¦n de todos los conocimientos sobre rutas, r¨ªos, caminos que saben sus pobladores, como ocurri¨® tambi¨¦n en el genocidio cauchero, apunta.
Despu¨¦s del acuerdo de 2016, muchas comunidades ind¨ªgenas ¨Cel ejemplo m¨¢s claro es el de los nasa, pero no el ¨²nico¨C decidieron que nunca m¨¢s iban a permitir a los armados entrar en sus territorios, con m¨¢s retenes, y eso los convirti¨® en un blanco militar, observa Elizabeth Dickinson, investigadora del International Crisis Group. Las autoridades ind¨ªgenas incluso erradicaron cultivos il¨ªcitos. ¡°Esa resistencia representa para los grupos armados una amenaza existencial¡±, se?ala. La estrategia del Estado Mayor Central es entrar, romper el tejido social e imponer su propio control, pero las comunidades ind¨ªgenas tienen un tejido social particular, m¨¢s fuerte. Un obst¨¢culo formidable que muchas veces les ha costado quedar atrapados en el fuego cruzado.
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