Rodolfo, el jinete solitario
Con su muerte, su proyecto qued¨® hu¨¦rfano. No hay figura en lo regional o nacional que tome su discurso. Esa es la suerte de los caudillos que odian que los reflectores alumbren a alguien m¨¢s
Era necesario mover varios metros una estatua que pesaba varias toneladas. Bautizada Menguante, permanec¨ªa en un costado del parque Las Palmas, ubicado en el exclusivo barrio Cabecera, en Bucaramanga. Se buscaba visibilizar mejor la obra de arte contempor¨¢neo. Oculta entre ¨¢rboles, en el nuevo sitio conductores y peatones la apreciar¨ªan en detalle. Se trataba de una misi¨®n sencilla, a juicio del entonces alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hern¨¢ndez. No fue as¨ª. Todo el proceso termin¨® en conflicto. Gritos, groser¨ªa y frases denigrantes expresaban su frustraci¨®n.
Rodolfo para nada estaba acostumbrado a perder una batalla, menos a recibir como respuesta un no. Increp¨® y calific¨® de ineptos a los abogados que deb¨ªan elaborar el contrato para mover la escultura. Estall¨® en ira cuando le explicaron que el tr¨¢mite para ese fin tardar¨ªa a¨²n m¨¢s tiempo. Una vez m¨¢s se fue en contra del sistema de contrataci¨®n p¨²blica. Descalific¨® los tr¨¢mites legales para suscribir esta clase de servicios y termin¨®, a grito entero, comunicando su decisi¨®n.
¨DPues yo la muevo, entonces. Si ustedes no lo pudieron hacer, yo lo hago¡
No se trat¨® de una amenaza. Llam¨® a uno de sus asesores privados y orden¨® que se pagara de su bolsillo los 12 millones de pesos necesarios para mover el pesado Menguante. A las horas, la estatua estaba donde Rodolfo Hern¨¢ndez, amante del arte, quer¨ªa a su gusto que se ubicara. Una vez m¨¢s se impuso su verraca voluntad.
No era la primera vez que se le escuchaba gritar a Rodolfo Hern¨¢ndez en las oficinas de la Alcald¨ªa de Bucaramanga al entrar en conflicto con el paquid¨¦rmico sistema para contratar en el sector p¨²blico. Fueron m¨²ltiples los episodios en privado, p¨²blico, pero especialmente ante los medios de comunicaci¨®n, en los que despachaba su ira con las normas y proceso para contratar con recursos p¨²blicos.
Quienes lo conocieron dicen que nunca entendi¨® c¨®mo operaba el Estado y sus normas, porque siempre actu¨® con la l¨®gica del empresario del sector privado. Siempre. Oper¨® con el af¨¢n del due?o de una finca que imparte una orden y se cumple sin evasivas. Actu¨® bajo las reglas de que hace o se hace.
Quien no lo entendiera, simplemente no serv¨ªa, as¨ª se tratara de un gran proyecto o un capricho del mandatario. De all¨ª, una de sus medi¨¢ticas frases que ahora se reproducen en las redes sociales en referencia a un documento oficial donde deb¨ªa escribirse el nombre de su jefe de Gobernanza, Manuel Francisco Azuero, conocido ante los bumangueses como Manolo.
¨DUsted est¨¢ poniendo Manuel Francisco, eso no ponga eso, ponga Manolo, porque si no eso nadie entiende qui¨¦n es ¨¦l.
¨DIngeniero, lo que pasa es que el nombre de ¨¦l no es ese, ese es el apodo ¡ªrespondi¨® su secretaria.
¨DNo importa, Marc Anthony se llama Marcos Z¨²?iga y el hijueputa se puso Marc Anthony, entonces, si usted pone concierto con Marcos Z¨²?iga, ninguno va.
¨DIngeniero, toca que me lo autorice por escrito, h¨¢game el favor, con jur¨ªdica.
¨D?En d¨®nde dice que no se puede?
¨DEn la ley, la ley lo impide.
¨DBueno, me limpio el culo con esa ley, la voy a echar hoy.
Si bien no despidi¨® a la muy resignada secretaria, el af¨¢n de Rodolfo Hern¨¢ndez se sustentaba en que se ejecutaran obras, entre otras razones, para marcar distancia en su lucha ¡°contra esa clase pol¨ªtica corrupta, que se rob¨® a Bucaramanga¡± y que ¡°nunca hizo nada¡±.
La misma que lo llev¨® a ser un fen¨®meno pol¨ªtico en 2015, cuando obtuvo 77.272 votos a la Alcald¨ªa, y derrot¨® a los favoritos liberales, o cuando en la segunda vuelta presidencial alcanz¨® 10.580.412 sufragios. Rodolfo consideraba que deb¨ªa entregar resultados. Era su imagen la que estaba en juego. Era el que deb¨ªa salvar a la ciudad y, en su momento, al pa¨ªs de la cat¨¢strofe de la politiquer¨ªa. Solo ¨¦l. Nadie m¨¢s. Por eso mismo encerr¨®, literalmente, a cinco funcionarios para que le entregaran resultados. As¨ª lo hizo cuando llam¨® a su entonces secretario de Desarrollo Social, Jorge Figueroa Clausen, para que se le diera luz verde a un convenio con la Fundaci¨®n del Real Madrid para atender a menores de edad en Bucaramanga, incentivar en ellos el deporte y promover el no consumo de estupefacientes.
Los beneficiados ser¨ªan m¨¢s de 14.000 ni?os y j¨®venes. Se trataba de una noticia que tendr¨ªa impacto no solo en Bucaramanga o en Colombia, sino en Espa?a. Todo un banquete medi¨¢tico.
¨DMire, me hace el favor se sube a mi oficina con las abogadas ¡ªrecuerda Figueroa Clausen que le dijo el entonces alcalde.
Una vez estuvieron en el despacho cuatro abogadas y el secretario, sentenci¨®, en un tono muy serio:
¨DPasen a la sala contigua. Hay una nevera con comida. Hay ba?o. Hay sofacamas. Se me quedan los d¨ªas que sean necesarios all¨¢ adentro. Estoy mamado que todos los d¨ªas les pregunte por el convenio (con la Fundaci¨®n Real Madrid) y siempre hay un hijueputa pero. De all¨¢ no salen hasta que quede listo¡
En cuatro horas, recuerda Figueroa Clausen, termin¨® todo el tr¨¢mite legal y se convoc¨® una rueda de prensa para anunciar que Rodolfo Hern¨¢ndez logr¨® lo que se propuso. Una vez m¨¢s, como un jinete solitario logr¨® traer al Real Madrid a Bucaramanga. Salv¨® a la ciudad y su imagen de justiciero de la moral aument¨®. ?l, solo ¨¦l. Nadie m¨¢s. Por eso nunca tuvo un segundo, o un copiloto que levantara sus banderas. Por eso con su muerte, su proyecto qued¨® hu¨¦rfano. No hay figura en lo regional o nacional que tome su discurso. Esa es la suerte de los caudillos que odian que los reflectores alumbren a alguien m¨¢s. Tampoco se sabe si habr¨¢ dinero para su movimiento pol¨ªtico, Liga de Gobernantes Anticorrupci¨®n, al que por un tiempo se le consider¨® una empresa familiar.
Muchos consideran que el discurso de Rodolfo contra la corrupci¨®n lo hizo siempre desde el oportunismo electoral. Combati¨® a adversarios concretos como concejales, alcaldes, gobernadores o directores de partidos pol¨ªticos, y no al sistema corrupto.
No plante¨® respuestas concretas. As¨ª lo advierte el investigador de la Escuela Educaci¨®n de la UIS y magister en Psicolog¨ªa y Filosof¨ªa Gonzalo Ord¨®?ez, al explicar que Hern¨¢ndez fue ¡°muy vanidoso y narciso con su ¨¦xito pol¨ªtico¡±. De all¨ª que pudo insultar a sus colaboradores solo por quedar bien en ese af¨¢n populista, le costara lo que le costara. Por ejemplo, se salt¨® sus propios principios, como cuando hizo alianza pol¨ªtica para que sus fichas llegaran al Congreso de Rep¨²blica con el respaldo del condenado Mario Camacho Prada y Edgar El Pote G¨®mez, dos cuestionados dirigentes, en su momento del Partido Liberal, que siempre consider¨® corruptos.
A?os atr¨¢s los acus¨® de politiqueros, pero por obra y gracias de que la ¡°pol¨ªtica es din¨¢mica¡±, le serv¨ªan para instalar sus representantes en el Congreso en 2022. Esas mismas fichas que hoy no responden a sus principios, sino a los caciques liberales. Por eso mismo, muchos consideran que el legado de Rodolfo Hern¨¢ndez, al menos en la pol¨ªtica, ser¨¢ solo el recuerdo de sus an¨¦cdotas, sus gritos y las victorias para sus seguidores, que recuerdan c¨®mo un hombre logr¨® derrotar la maquinaria electoral, pero cuando pudo cambiar el rumbo de un pa¨ªs qued¨® atrapado en sus propios fantasmas.
La tarde del 13 de junio de 2024 fue una de las peores de su vida. El juez D¨¦cimo Penal del Circuito con funciones de conocimiento conden¨® al exalcalde de Bucaramanga y excandidato a la Presidencia de Rep¨²blica a 64 meses de prisi¨®n por el caso conocido como Vitalogic. Esta decisi¨®n atentaba de forma contundente contra su principal patrimonio pol¨ªtico y electoral: la defensa de la transparencia administrativa y la lucha contra la corrupci¨®n. La justicia lo encontr¨® responsable, en primera instancia, del delito de celebraci¨®n indebida de contratos.
Rodolfo Hern¨¢ndez muri¨® en el proceso de demostrar que era inocente. Fall¨® en su lucha contra la corrupci¨®n porque la politiquer¨ªa persiste. La corrupci¨®n no cesa. Su elegido como sucesor a la Alcald¨ªa de Bucaramanga, Juan Carlos C¨¢rdenas, se distanci¨® de su proyecto. Al final qued¨® como empez¨®, o como siempre quiso. Solo. Jinete solitario, como lo sentenci¨® Gonzalo Ord¨®?ez antes de ingresar a su sal¨®n de clase en la UIS. En la pol¨ªtica, su legado ser¨¢ la ¡°inutilidad del populismo¡±.
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