Petro es reh¨¦n de Maduro
Si al presidente venezolano se le da la gana, puede hacer trizas lo poco que se ha avanzado en los procesos de paz con el ELN y las disidencias de las FARC
Fue hace casi un mes, el 15 de agosto, cuando Maduro le mand¨® al presidente Petro una amenaza velada con ese tonito grit¨®n y amenazante que ahora lo caracteriza: ¡°Soy el garante de la negociaci¨®n de paz, Venezuela es garante y jam¨¢s voy a dar opiniones de qu¨¦ debe hacer Colombia para superar la guerra que est¨¢ terrible (...) Jam¨¢s voy a decir: Colombia, su Gobierno, debe hacer esto y sacar en mis redes sociales un consejo (...) y seguiremos ayudando a Colombia en su proceso de paz sin intervenir en los asuntos internos¡±.
Para muchos esa frase no pasaba de ser una bravuconada m¨¢s. Otro de esos incontables delirios que desde el pasado 28 de julio se convirtieron en columna vertebral de los discursos de Maduro. ?Qu¨¦ seriedad va a tener un dizque presidente que habla de conspiraciones sat¨¢nicas contra su gobierno? ?Qui¨¦n le va a creer al mentiroso y ladr¨®n de elecciones? Por eso para muchos aquellas frases en respuesta a la propuesta de Petro para sacar a Venezuela del atolladero democr¨¢tico no tuvieron mayor trascendencia. Sin embargo, entrel¨ªneas Maduro estaba amenazando a Petro.
Hay que decirlo sin ambages: el presidente de Colombia hoy es reh¨¦n del dictador venezolano. Maduro lo advirti¨®: ¨¦l es el garante del proceso (o los procesos) de paz que adelanta Petro con el ELN y las disidencias de las FARC. Por ende, si a Maduro se le da la gana no solo hace trizas lo poco que se ha avanzado, sino que adem¨¢s podr¨ªa ser el l¨ªder de una nueva ofensiva de esos grupos armados contra Colombia.
No es sino ver qu¨¦ posici¨®n tomaron tanto el ELN, como Iv¨¢n M¨¢rquez, el l¨ªder de las disidencias, apenas se dio el robo de las elecciones en Venezuela: corrieron a reconocer al presidente electo Maduro y declararon leg¨ªtimas las elecciones. ?Para qu¨¦ m¨¢s? Maduro los apoya a ellos, ellos apoyan a Maduro y mientras tanto los colombianos padecemos a unos y otros.
Pobre Petro tan empe?ado en hacer la paz. Pobre Colombia. Una vez m¨¢s ese sue?o de alg¨²n d¨ªa lograr el silencio de las armas se va esfumando. Bueno, en realidad, hace muchas semanas esa ilusi¨®n desapareci¨®. El ELN y las disidencias no han hecho m¨¢s que demostrar desprecio al Presidente y menosprecio a la oportunidad que el pa¨ªs les otorga. Pero qu¨¦ m¨¢s se puede esperar de unos grupos guerrilleros que disque luchan por el bienestar de los pueblos, pero corren a arrodillarse ante un dictador. ?Son pat¨¦ticos!
Pero volvamos al presidente-reh¨¦n. El hombre que, como muchos, crey¨® que Maduro iba a respetar los resultados de las elecciones para luego llevarse tama?a decepci¨®n. ?Petro quiere seguir siendo amigo de ese monstruo totalitario? ?Petro quiere seguir avanzando en la b¨²squeda de la esquiva paz con unos grupos que de entrada dejan claro que no respetan la democracia?
Reitero: es triste que un nuevo intento por hacer la paz vaya camino al fracaso, pero si la moneda de cambio para conseguirla es agachar la cerviz ante el dictador vecino, es mejor que las fuerzas armadas se preparen para dar golpes contundentes a esas guerrillas. El pueblo colombiano y el venezolano merecen respeto, de ah¨ª que, por m¨¢s chantajes de Maduro, el deber de Petro es la defensa de esos pueblos hermanos. A menos que Maduro no solo sea garante de paz, sino el depositario de secretos delicados y graves de la campa?a a la presidencia de Petro. De ser as¨ª, el presidente colombiano no podr¨¢ escapar del abrazo del dictador.
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