El FMI y el Banco Mundial pasan revista a Colombia: PIB al alza con optimismo mesurado

El a?o comienza su fase de repliegue y las expectativas de recuperaci¨®n econ¨®mica en Colombia se mantienen moderadas. La sombra abrumadora de la deuda p¨²blica o las tensiones inflacionarias a¨²n no despejan el camino para dar por liquidada la temporada de ralentizaci¨®n. El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han publicado en las ¨²ltimas semanas sus previsiones de crecimiento para este y el pr¨®ximo a?o. El Fondo proyecta que el pa¨ªs crecer¨¢ 1,6% en 2024, mientras que el Banco apuesta por un 1,5% anual. Ambos organismos multilaterales dibujan un cuadro de ritmo lento, con ciertos s¨ªntomas de debilidad que se extienden a la gran mayor¨ªa de pa¨ªses de la regi¨®n.

Al mirar de cerca el panorama, sin embargo, hay m¨²ltiples factores que marcan distancia. La economista en jefe adjunta del Banco Mundial para Am¨¦rica Latina y el Caribe, Marcela Mel¨¦ndez, recuerda que con una tasa de 1,6% anual, Colombia tardar¨ªa 11 a?os en alcanzar el PIB per c¨¢pita actual de M¨¦xico y 29 a Chile: ¡°Ese ritmo de crecimiento no nos da para lograr una transformaci¨®n real¡±, asegura a trav¨¦s de mensajes de WhatsApp. Con todo, la economista colombiana recuerda que Latinoam¨¦rica arrastra una d¨¦cada de estancamiento que ha lastrado los avances en progreso social, reducci¨®n de la pobreza y la desigualdad.

La econom¨ªa, sujeta a factores imprevistos y otras limitaciones, no es una ciencia exacta. Por eso, predicciones del BBVA elevan el crecimiento anual del PIB al 2%. Tras los desajustes legados por la pandemia, no ha sido f¨¢cil para los analistas trazar un relato preciso del comportamiento de la econom¨ªa. Los datos, con frecuencia, desaf¨ªan los estudios y las teor¨ªas previos. Nada que la f¨®rmula ¡°por debajo de las expectativas¡± no pueda enmendar. Pero vale la pena recordar que el FMI, apoyado en el modest¨ªsimo 0,7% anual del a?o pasado, hab¨ªa limitado el crecimiento al 1,1% en sus primeros informes del pasado abril.

Los cr¨ªticos han tratado de sopesar la gesti¨®n del Gobierno de izquierdas de Gustavo Petro, con la avalancha de alteraciones internacionales. Al impacto, sobre todo, de los conflictos en Europa del Este y Oriente Pr¨®ximo en los movimientos de los precios del barril de petr¨®leo, una de las mayores fuentes de ingresos del pa¨ªs. Para Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Colombia, todo parece indicar que la recuperaci¨®n ¡°va cogiendo tracci¨®n¡±. En su opini¨®n, los datos de la primera parte del a?o, sugieren que el aterrizaje ser¨¢ sutil. ¡°En el primer semestre, sumamos 1,5 de crecimiento. Y todo apunta que el segundo ser¨¢ un poco mejor. Por eso creemos que vamos a terminar con una cifra un poco mayor a la que menciona el Fondo Monetario Internacional¡±.

De tal forma que los escenarios var¨ªan ligeramente. Si los vaticinios del BBVA Colombia fueran acertados, el pa¨ªs estar¨ªa dos d¨¦cimas por encima de la media regional. La Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL), ¨®rgano de las Naciones Unidas, public¨® sus resultados en agosto y limit¨® el PIB anual en 1,8% para el conjunto de pa¨ªses que lo conforman. El resultado fue incluido dentro de su informe titulado Trampa de bajo crecimiento, cambio clim¨¢tico y din¨¢mica de empleo, un encabezado que anuncia los riesgos y falencias m¨¢s urgentes en el vecindario. De acuerdo con el trabajo, el primer peligro en ciernes ha sido el mal desempe?o de la inversi¨®n.

En el caso colombiano, Alejandro Reyes recuerda que es el ¡°gran reto¡±. Su lectura es la m¨¢s positiva de entre las tres fuentes consultadas. El experto subraya los signos de reactivaci¨®n en el consumo de bienes durables. Tambi¨¦n en la construcci¨®n, que despu¨¦s de meses sumida en resultados con n¨²meros rojos, empez¨® a levantar cabeza en el rengl¨®n de obras civiles. ¡°Es una econom¨ªa que viene de una senda de muy bajo crecimiento hacia mejores n¨²meros. Creemos que vamos a cerrar el a?o con una demanda interna que va a crecer por encima del PIB y eso es un dinamizador para 2025¡å.

Marcela Mel¨¦ndez, sin embargo, incide sobre las sombras. En concreto, la inseguridad. La f¨ªsica, en primer lugar, con la agudizaci¨®n de las tasas de criminalidad en las ciudades y el campo. Y luego, con la jur¨ªdica. Un aspecto que conecta con los altos niveles incertidumbre ¡°sobre los derechos de propiedad para alentar la inversi¨®n y la generaci¨®n de empleo¡±. Se refiere, quiz¨¢s, a la zona de turbulencia que atraviesa un pa¨ªs expectante por las reformas del presidente Petro. Pero sobre todo de su plan de recuperaci¨®n y hoja de navegaci¨®n en materia de hidrocarburos. La notable falta de alicientes para impulsar uno de los motores de la econom¨ªa colombiana, escudado en un contradictorio proyecto de transici¨®n energ¨¦tica, ha sembrado la desconfianza e inquietud.

No es para menos. Se trata de un sector que a¨²n representa casi la mitad de los ingresos por exportaciones. Lo cierto es que la inversi¨®n privada en Colombia, seg¨²n datos del banco Davivienda, habr¨ªa ca¨ªdo un 11% en el primer semestre de este a?o. ¡°Traemos problemas antiguos sin resolver¡±, concede Mel¨¦ndez, ¡°marcos regulatorios que dificultan la actividad productiva y un sistema de educaci¨®n que no est¨¢ produciendo gente con las habilidades y capacidades que se requiere¡±. Andr¨¦s Langebaeck, director de estudios econ¨®micos del Grupo Bol¨ªvar, recuerda por su parte que se trata del rengl¨®n clave para crecer: ¡°La inversi¨®n no solo contribuye al PIB del a?o vigente, cuando construyes, compras m¨¢quinas o haces carreteras, si no adem¨¢s aumentas la capacidad de producir a futuro. Es la ¨²nica competencia para reactivar la econom¨ªa y la que m¨¢s nos est¨¢ costando¡±.

Las inconsistencias estructurales e hist¨®ricas del mercado laboral, con una tasa de desempleo que bordea a¨²n los dos d¨ªgitos, y el d¨¦ficit p¨²blico son las dos ¨²ltimas tareas por resolver. A juicio de Andr¨¦s Langebaek, resulta alarmante que el recaudo de impuestos, uno de los grandes pilares de financiaci¨®n estatal, haya ca¨ªdo de nuevo a corte de agosto. Por eso Colombia se ha acostumbrado a vivir con un alto gasto p¨²blico financiado con deuda. ¡°Estamos quedados. Como pa¨ªs y como regi¨®n. No hemos sido capaces de generar las condiciones para aumentar la inversi¨®n, el capital humano. Basta revisar el desempe?o en las pruebas PISA. No hemos bajado las tasas de corrupci¨®n y eso es terrible porque los impuestos se van en pagar la corrupci¨®n y no en los proyectos que necesitamos¡±.