El gobierno reviviendo muertos

La semana que acaba de pasar cerr¨® con una llamativa publicaci¨®n de la Radio Televisi¨®n Nacional de Colombia (RTVC) en sus redes sociales. All¨ª se muestra al gerente de la entidad, el periodista de muchos kilates Hollman Morris, reunido con quienes fueran miembros del sindicato de una empresa que no existe hace veinte a?os: Inravisi¨®n. La micro nota es llamativa, aunque deja m¨¢s preguntas que certezas, pues en ella dice que el gerente se reuni¨® con ¡°compa?eros del extinto Instituto de Radio y Televisi¨®n para evaluar un posible retorno de RTVC a Inravisi¨®n, seg¨²n instrucciones del Presidente¡±.

?Qu¨¦ es el retorno a Inravisi¨®n? ?Es simplemente rebautizar la entidad p¨²blica que hoy maneja los medios p¨²blicos del Estado que comprenden dos canales de televisi¨®n abierta, sus respectivas se?ales de TDT, Radio Nacional de Colombia, Radi¨®nica, Emisoras de Paz y contenidos digitales? ?O es recuperar en t¨¦rminos administrativos, de personal y responsabilidad a la empresa que entr¨® en liquidaci¨®n en noviembre de 2004?

Si se trata de cambiarle el nombre, el asunto resulta m¨¢s bien sencillo, aunque no deja de ser caprichoso. ?Cu¨¢l es la necesidad de rebautizar una empresa que en 20 a?os ha logrado posicionar su nombre en el pa¨ªs, para volver a un nombre que permanece en la memoria de las se?oras y se?ores de 45 a?os hacia arriba, pero que para los m¨¢s j¨®venes no significa nada? Si el argumento es honrar a aquellos que perdieron su empleo hace cuatro lustros, pues ser¨¢ algo simb¨®lico, un hecho noticioso, pero nada cambiar¨¢ la vida de esas personas.

Ahora, si lo que piensan hacer es recuperar lo que fue Inravisi¨®n, valdr¨ªa la pena saber qu¨¦ estudios de viabilidad han hecho sobre el asunto, pues hay que recordar que cuando Inravisi¨®n se liquida es porque llevaba a cuestas un pasivo pensional impagable (600.000 millones de pesos de hace veinte a?os) y unos magros ingresos producto de las transferencias que el Estado le hac¨ªa llegar a trav¨¦s de la tambi¨¦n desaparecida Comisi¨®n Nacional de Televisi¨®n. En aquella ¨¦poca, por falta de plata, los equipos de Inravisi¨®n eran vetustos y las deficiencias en la operaci¨®n de los medios p¨²blicos eran evidentes. El cierre de Inravisi¨®n no fue un capricho: la empresa estaba quebrada, as¨ª nos digan lo contrario.

Es m¨¢s, llama la atenci¨®n que dentro de lo que Hollman Morris afirm¨® como norte para el regreso de Inravisi¨®n est¨¢ la meta de convertir esa casa de medios p¨²blicos en mucho m¨¢s que una gran casa productora de contenidos, tambi¨¦n debe ser un ¡°instituto que plantee cu¨¢l debe ser el papel de una radio y una televisi¨®n p¨²blicas en un mundo con redes sociales, infodemia y fake news¡±.

Estoy de acuerdo. Ese ser¨ªa un gran objetivo, pero antes del cambio podr¨ªa empezar por combatir las fake news que RTVC est¨¢ produciendo, pues en el comunicado que publicaron este fin de semana sobre el regreso de Inravisi¨®n aseguran que una sentencia de 2011 del Consejo de Estado declar¨® nula la liquidaci¨®n de Inravisi¨®n. Eso es falso. Ser¨ªa bueno que revisaran la sentencia del 16 de marzo de 2012 de la magistrada ponente Mar¨ªa Claudia Rojas Lasso, ah¨ª est¨¢ clarito: se deniegan las peticiones de nulidad sobre la liquidaci¨®n de Inravisi¨®n.