Abrir el tel¨®n para incomodarnos por el cambio que buscamos las mujeres
El mundo de las artes no es ajeno a la violencia de g¨¦nero. En un sondeo, el 37% de las encuestadas se identificaron como v¨ªctimas de violencia sexual, y el 42% declar¨® haber rechazado o denunciado alg¨²n caso de acoso laboral o sexual
Marcela estaba en el camerino antes de la funci¨®n, cuando Juan entr¨® e intent¨® tocarla sin su consentimiento. En cada ensayo, delante de sus compa?eros, Laura recib¨ªa comentarios humillantes por parte del director art¨ªstico. A ellos no les hac¨ªa ni les dec¨ªa lo mismo. Ana so?aba con tener el papel protag¨®nico. Carlos le dijo que lo obtendr¨ªa si acced¨ªa a tener relaciones sexuales con ¨¦l. El director de la obra pidi¨® que cambiaran a Camila, la ingeniera de sonido, por un ingeniero. Su trabajo para ¨¦l no era confiable. Todos le preguntaban a Ximena si era la novia del vocalista. Era la m¨¢nager de la banda. Carla le escrib¨ªa en las publicaciones, escuchaba todas sus canciones, iba a todos sus conciertos. ?l le empez¨® a pedir fotos de ella desnuda a trav¨¦s de redes sociales y a enviarle videos masturb¨¢ndose.
Cielo busc¨® a un director de teatro reconocido para presentar una danza y ceremonia tradicional de su pueblo. ?l s¨®lo respondi¨® cuando Cielo toc¨® las puertas de nuevo en nombre de un compa?ero de su cabildo.
No se trata de casos aislados. Seg¨²n la Encuesta regional sobre violencia y acoso en los espacios de trabajo en la industria audiovisual y de las artes esc¨¦nicas en Latinoam¨¦rica (2021), solo un 10,6% de las personas encuestadas afirmaron no haber vivido ninguna situaci¨®n de violencia o acoso laboral, mientras que el 69% percibieron conductas asociadas a los micromachismos. Adem¨¢s, el 37% de las encuestadas se identificaron como v¨ªctimas de violencia sexual, y el 42% declar¨® haber rechazado o denunciado alg¨²n caso de acoso laboral, sexual o violencia de g¨¦nero.
El panorama es aterrador. En la pr¨¢ctica cotidiana, las cifras aumentan, el problema persiste y muchas de las situaciones relacionadas con estas violencias siguen quedando atrapadas en la confusi¨®n, el silencio, la verg¨¹enza, el miedo, la impotencia, la rabia y, a veces, la soledad.
El mundo de las artes no es ajeno a lo que sucede en la sociedad frente a las violencias de g¨¦nero. En el sector de las artes esc¨¦nicas y las artes vivas ocurren las mismas violencias: f¨ªsicas, psicol¨®gicas, econ¨®micas, simb¨®licas y digitales. Adem¨¢s, a esto se suman las particularidades del ¨¢mbito laboral, donde, en un contexto de empleos temporales, alta informalidad y precarizaci¨®n, las desigualdades de las mujeres se profundizan. Solemos estar asociadas a ciertos roles y quedamos excluidas de puestos de direcci¨®n, que gozan de mayor prestigio y valoraci¨®n social. Vivimos asimetr¨ªas en los ingresos y, en muchas ocasiones, adem¨¢s, asumimos una mayor carga de labores de cuidado. Y si a?adimos un enfoque interseccional que considere variables como clase y raza, la vulnerabilidad aumenta a¨²n m¨¢s.
Por supuesto, las cosas est¨¢n cambiando, pero este cambio es lento y no lineal. A menudo hay retrocesos, fragilidad en los avances y una constante necesidad de seguir poniendo el tema en el centro de la agenda p¨²blica. Esto nos lleva a un llamado a incomodarnos y a retarnos como sociedad, con el fin de crear cambios plausibles y duraderos.
La eliminaci¨®n de las violencias que se viven en las artes requiere un cambio cultural profundo. Un cambio en el que lo simb¨®lico juega un papel importante, permiti¨¦ndonos brindar ese enorme potencial para sembrar y contribuir a la transformaci¨®n social a trav¨¦s de un sector donde lo sensible, las emociones, el cuerpo y la representaci¨®n son protagonistas.
Es crucial destacar los variados esfuerzos de mujeres y organizaciones de personas con orientaciones sexuales e identidades diversas, quienes durante a?os se han atrevido a denunciar, visibilizar y trabajar en la creaci¨®n de rutas y protocolos frente a las violencias y desigualdades de g¨¦nero. Este esfuerzo se ha concretado en cartillas, gu¨ªas y herramientas adaptadas a la realidad del sector cultural y art¨ªstico, especialmente en las artes esc¨¦nicas, la m¨²sica y el sector audiovisual, con el objetivo de lograr la prevenci¨®n y visibilizaci¨®n de las rutas de atenci¨®n ante diversas violencias.
Contar con este tipo de herramientas puede ser clave para desafiar nuestras pr¨¢cticas patriarcales cotidianas. As¨ª es como podemos seguir abriendo el tel¨®n para nombrar las cosas como son, saliendo de la abstracci¨®n. Es aqu¨ª cuando nos acercamos a encontrar medidas de prevenci¨®n, atenci¨®n y reparaci¨®n que realmente puedan aportar soluciones claras. Esto nos permitir¨¢ proponer nuevas formas, nuevas palabras, nuevos gestos, nuevos caminos para relacionarnos en entornos m¨¢s seguros, respetuosos y dignos.
En pa¨ªses como Per¨², Chile y Argentina se han publicado gu¨ªas para la prevenci¨®n de violencias de g¨¦nero en el sector cultural y esc¨¦nico en 2019, 2021 y 2023, respectivamente. En Colombia, desde 2022 se cuenta con la gu¨ªa para prevenir violencias de g¨¦nero en el sector audiovisual (Comisi¨®n F¨ªlmica de Bogot¨¢) y con el manual de Rec Sisters para prevenir el acoso y la discriminaci¨®n en ese mismo sector. Las publicaciones m¨¢s recientes en este ¨¢mbito incluyen la cartilla sobre violencias basadas en g¨¦nero en la m¨²sica, M¨²sicas Libres, de la colectiva de mujeres Resonantes, y la Gu¨ªa para la prevenci¨®n, atenci¨®n y reparaci¨®n de violencias de g¨¦nero en el sector de las artes esc¨¦nicas y artes vivas del Centro Nacional de las Artes del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia, ambas publicadas en 2024.
Abrir el tel¨®n para hablar de violencias de g¨¦nero sigue siendo importante, pero pensar c¨®mo comprometernos a hacerlo de manera distinta es vital. Contar con herramientas ¨²tiles es necesario. Incomodarnos es inevitable. Contradecirnos ser¨¢ parte del proceso. Pero necesitamos actuar con mayor determinaci¨®n y eso requiere valor: valor para mirarnos de frente, para asumir que, en la vida cotidiana, tanto en lo privado como en lo social y laboral, podemos hacer las cosas de manera diferente. Podemos identificar las distintas violencias, ver c¨®mo operan en cada momento y encontrar formas de prevenirlas y abordarlas. Buscamos un mundo m¨¢s amable y justo, pues un mundo libre de violencias no solo es posible, sino necesario.
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