Mar¨ªa Eumelia nunca imagin¨® ser viuda: la colombiana que convirti¨® su dolor en un relato viral
El microcuento ¡®Superpoderes¡¯ narra c¨®mo la esposa de Ra¨²l tuvo que aprender las tareas de las que ¨¦l se hab¨ªa hecho cargo durante 45 a?os de matrimonio
Antes de que muriera su marido, Mar¨ªa Eumelia Garc¨ªa no sab¨ªa hacer cosas tan sencillas como retirar dinero del cajero, conseguir citas m¨¦dicas por internet o montar el ¨¢rbol de Navidad sin ayuda. La muerte de Ra¨²l en 2021, cuando ella ten¨ªa 66 a?os, la oblig¨® a aprender las tareas de las que ¨¦l se hizo cargo durante 45 a?os de matrimonio. As¨ª lo reflej¨® en su mircocuento Superpoderes: remodel¨® y vendi¨® su casa, tramit¨® su nuevo pasaporte y consolid¨® sus t¨¢cticas para esquivar ladrones por las calles de su ciudad. El relato, reflejo de la etapa m¨¢s reciente de un largo duelo, gan¨® a finales de noviembre el tercer puesto del concurso Medell¨ªn en 100 Palabras en la categor¨ªa para adultos. Despu¨¦s, se volvi¨® viral en redes sociales.
Este cuento gan¨® el tercer puesto en Medell¨ªn en 100 Palabras ? pic.twitter.com/YbMzlPXTor
— Ana Bustamante (@anamabuc) November 28, 2024
Hubo algo en el texto que conmovi¨® a muchos lectores. La poeta Ana Bustamante lo recomend¨® en X y decenas de usuarios respondieron que quer¨ªan mucho a Mar¨ªa Eumelia con solo leerla, que les recordaba a sus madres. Se?alaron que hay labores de la vida diaria actual que pueden ser muy desafiantes para las mujeres que, por las normas sociales del siglo pasado, dedicaron gran parte de sus vidas al cuidado de sus maridos e hijos. Pese a que algunos opinaron que el texto era demasiado sencillo, Bustamante enfatiz¨® que un cuento con im¨¢genes cotidianas tambi¨¦n es literatura. ¡°No solo lo grandilocuente y rimbombante lo es. En pocos caracteres se narr¨® toda una vida¡±, resalt¨®.
Mar¨ªa Eumelia cuenta, en una videollamada, que ella siempre pens¨® que morir¨ªa antes que Ra¨²l. Sin embargo, ambos se enfermaron de covid en enero de 2021. Se vieron por ¨²ltima vez cuando una ambulancia la vino a buscar a ella y ¨¦l la despidi¨® desde el balc¨®n de su casa. ¡°La enfermera subi¨® a buscar algo y me dijo que ¨¦l estaba llorando como un ni?o, que le hab¨ªa dicho que yo sab¨ªa que yo me iba primero¡±, relata. Despu¨¦s lo hospitalizaron a ¨¦l y la comunicaci¨®n se limit¨® a unos audios de WhatsApp. Ella mejor¨® r¨¢pidamente, pero estaban en torres separadas y no pudo visitar a su marido. Ra¨²l muri¨® el 10 de febrero, al d¨ªa siguiente de que ella regresara a casa.
Los meses siguientes transcurrieron entre la cama y la cocina. ¡°Me levantaba a comer algo y luego me volv¨ªa a acostar. Lloraba, pero me salvaba que pronto me dorm¨ªa de nuevo y no sent¨ªa mucho¡±, rememora Mar¨ªa Eumelia. Reflej¨® esa etapa del duelo en el microcuento La pelea: ¡°Llevo varios meses discutiendo fuertemente con mi esposo. Le reprocho sus cosas fuera de lugar, su abandono, no acompa?arme a las citas m¨¦dicas, no ayudarme a armar el ¨¢rbol de Navidad. En fin, no cumplir con lo que me prometi¨® hace 47 a?os: que estar¨ªamos juntos y me cuidar¨ªa. ?Esto no se hace Ra¨²l! ?As¨ª no voy a poder! ?No te perdono! Ra¨²l no me escuch¨®, es que no lo hace desde que muri¨® solo en la Le¨®n XIII, contrario a lo que planeamos. En esta casa vac¨ªa, nadie volvi¨® a responder¡±.
No recuerda c¨®mo, pero un d¨ªa sinti¨® que no pod¨ªa quedarse en su cama, que su esposo no iba a resucitar porque ella dejara de salir y que deb¨ªa continuar con su vida. Remodel¨® su casa como hab¨ªan planeado juntos, la vendi¨® y se mud¨® a un apartamento m¨¢s peque?o. Consolid¨® una rutina que incluye tres o cuatro sesiones semanales en el gimnasio, diligencias como reclamar medicamentos, y almuerzos con sus dos hijos y su nieta. Vive con una gata de dos a?os, Ramona, y ya no necesita dormir con las luces prendidas todas las noches. ¡°Todav¨ªa lo hago cuando me da un poquito de susto, de pronto un ruidito o algo. Pero es la gatica¡±, comenta.
Tambi¨¦n se entusiasm¨® con la escritura. Dice que La pelea, Superpoderes y otro microcuento sobre un reloj que le regal¨® a su madre surgieron antes de conocer la convocatoria de Medell¨ªn en 100 Palabras, la versi¨®n local de Santiago en 100 Palabras. Sus hijos la convencieron de mandar los textos y la ayudaron a corregir la ortograf¨ªa, algo que reconoce entre risas que todav¨ªa le cuesta. ¡°Comenc¨¦ a pararme cinco minutos cada vez que pasaba frente al auditorio de Comfama [uno de los promotores del concurso]. Dec¨ªa: ¡®Aqu¨ª voy a estar yo¡¯. Y lo logr¨¦¡±, relata. Ahora, su nueva meta es escribir un libro.
La escritora y periodista Yolanda Reyes, una de las tres jurados del concurso, explica por tel¨¦fono que Superpoderes los cautiv¨® por reflejar c¨®mo un duelo puede resignificarse. ¡°El cuento construye una mirada sobre el poder femenino que est¨¢ lejos del clich¨¦. Siempre el foco est¨¢ puesto en una generaci¨®n joven que es empoderada. Pero aqu¨ª es una mujer adulta a la que el marido le hac¨ªa todo y de pronto ella hace todo. Descubre sus capacidades y eso nos pareci¨® potente¡±. Para Reyes, el texto transmite una voz distintiva, algo que solo Mar¨ªa Eumelia contar¨ªa de esa forma. A la vez, es ¡°un pedazo de ciudad¡± que contribuye a construir el mosaico de diversidad que es Medell¨ªn.
Homenaje
Mar¨ªa Eumelia considera que su cuento es ¡°un homenaje¡± a su esposo. Disfruta de contar c¨®mo se conocieron a los 17 a?os cuando ambos viv¨ªan en el barrio Manrique Oriental. Recuerda, entre risas, que a su familia no le gustaba que ¨¦l bailara salsa en la acera de su casa para seducirla. Que ¨¦l comenz¨® a trabajar en una lavander¨ªa y luego en unos almacenes, hasta que lleg¨® a administrar uno. Que ella tuvo trabajos espor¨¢dicos en confecci¨®n de ropa y venta de productos por cat¨¢logo. Que lo esperaba para cenar, as¨ª ¨¦l regresara de trabajar a las diez de la noche. Que se llamaban con frecuencia y que ella le contaba de alg¨²n vestido que le hab¨ªa gustado en alguna vidriera. ¡°Una vez ten¨ªamos un bautizo y no ten¨ªamos plata para comprar ropa. Pero me llam¨® y me dijo: ¡®Venga que me gan¨¦ el chance [la loter¨ªa]. Venga para que compremos la ropa¡±.
Cuando habla de Ra¨²l, Mar¨ªa Eumelia siempre dice que ¡°se fue¡±, no que muri¨®. Aunque ha ¡°superado mucho la soledad¡± y tiene algunos amigos, reconoce que a veces se siente ¡°un poco sola¡±. Siente la ausencia de Ra¨²l cuando llega a su casa y come en una mesa vac¨ªa o ve telenovelas sin ¨¦l. No es la rutina lo que cambi¨®, es que ahora falta algo. ¡°Hac¨ªamos casi lo mismo que yo hago ahora. Pero ve¨ªamos la televisi¨®n juntos, hasta que nos d¨¢bamos cuenta de que el otro no estaba viendo nada, sino durmiendo¡±. Afirma, en pasado, que quiso much¨ªsimo a Ra¨²l. Y luego corrige: ¡°Lo quiero much¨ªsimo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.