Trump y su investidura de t¨¦ocrata imperial
Estamos ¡®ad portas¡¯ de una teocracia imperial que cuenta con el respaldo de millones de creyentes y fan¨¢ticos convencidos de ser el ¡°pueblo elegido¡±
La teocracia imperial es la quintaesencia del discurso de posesi¨®n de Trump. Por eso apela a la m¨¢s agresiva y nefasta versi¨®n de la pol¨ªtica, el imperialismo, investido de un mesianismo narcisista teocr¨¢tico con el que se autoproclama elegido por Dios para conducir a su pueblo y realizar misiones imposibles: ¡°En Estados Unidos lo imposible es lo mejor que hacemos¡± y anunciar falazmente ¡°la edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo¡±. As¨ª pretende ocultar lo que ¨¦l sabe mejor que nadie: la decadencia hist¨®rica irreversible de Estados Unidos. Y lo sabe, porque durante su primera presidencia comenz¨® el retiro de las tropas norteamericanas de Afganist¨¢n: ¡°La administraci¨®n del presidente Donald Trump acord¨® una reducci¨®n inicial de su nivel de fuerza de 13.000 a 86.00 para julio de 2020, seguida de una retirada total el 1 de mayo de 2021 si los talibanes manten¨ªan sus compromisos acordados en febrero de 2020¡å, se lee en Wikipedia [1]. Para mayor iron¨ªa y escarnio del orgullo imperial, el presidente Biden finaliz¨® la retirada de las tropas norteamericanas el 11 de septiembre de 2021, exactamente 20 a?os despu¨¦s del derribo de las torres de Manhattan. As¨ª, Estados Unidos sum¨® una derrota m¨¢s en la primera guerra del siglo XXI, la ¡°guerra contra el terrorismo¡±, como le sucedi¨® en Vietnam en 1975 al ser vencida ¡°la prepotencia del ej¨¦rcito m¨¢s poderoso del mundo¡±. Esos ¡°imposibles¡± los olvida Trump en su discurso y por eso se refugia en la ¡°revoluci¨®n del sentido com¨²n¡±.
¡°La revoluci¨®n del sentido com¨²n¡±
Seg¨²n ese ¡°sentido com¨²n¡±, el Estado norteamericano es una megaempresa imperial, comercial y militar, que con su arsenal at¨®mico podr¨¢ tramar y dominar al mundo entero. Cree que le basta amenazar, intimidar y luego negociar ¡°porque Dios me salv¨® para hacer que Estados Unidos volviera a ser grande¡±. Estamos, pues, ad portas de una teocracia imperial que cuenta con el respaldo de millones de creyentes y fan¨¢ticos convencidos de ser el ¡°pueblo elegido¡±. Un pueblo conducido por un predestinado celestial: ¡°No permitiremos que se aprovechen m¨¢s de nosotros¡±. Es tal el sentido com¨²n de su revoluci¨®n que proclama euf¨®rico: ¡°La ambici¨®n es la savia de una gran naci¨®n y, ahora mismo, nuestra naci¨®n es m¨¢s ambiciosa que ninguna otra. No hay naci¨®n como la nuestra¡Somos un pueblo, una familia y una gloriosa naci¨®n bajo el manto de Dios... Luchar¨¦ por ustedes y vencer¨¦ por ustedes. Vamos a ganar como nunca antes¡±. ?Habr¨¢ alguna diferencia de esta proclama de fanatismo imperial teocr¨¢tico con otras que declaran guerras santas y derriban torres contra los herejes y p¨¢ganos de Occidente?
Mentiras imperiales
?Qu¨¦ veracidad tiene un discurso que oculta el pasado ignominioso de pueblos originarios arrasados por la savia de la ambici¨®n y la violencia criminal del Ku klux klan, el mismo d¨ªa del natalicio de Martin Luther King? Es m¨¢s, anuncia: ¡°Juntos, pondremos fin a la epidemia de enfermedades cr¨®nicas y mantendremos a nuestros ni?os seguros, sanos y libres de enfermedades¡± cuando, seg¨²n un estudio de la revista Lancet, ¡°los fallos de la administraci¨®n de Donald Trump en sanidad son responsables de ¡°461.000 muertes innecesarias¡± en Estados Unidos antes de la pandemia y de decenas de miles m¨¢s por no haber actuado de manera efectiva contra el COVID-19 y la contaminaci¨®n del aire¡±[2]. Y para no dejar duda, nombra como secretario de Salud y Servicios Humanos a Robert Kennedy Jr.[3], radical activista antivacunas. Por eso su discurso est¨¢ plagado de flagrantes contradicciones, como proclamarse ¡°pacificador y unificador¡±, pero al mismo tiempo afirmar que ¡°Estados Unidos recuperar¨¢ el lugar que le corresponde como la naci¨®n m¨¢s grande, m¨¢s poderosa y m¨¢s respetada de la Tierra¡±, lo que sin duda es la m¨¢xima expresi¨®n de falta de sentido de realidad, veracidad y humanidad.
Tomando canales y rompiendo puentes
Y a continuaci¨®n amenaza con recuperar el canal de Panam¨¢: ¡°China est¨¢ operando el canal y no se lo dimos a China, se lo dimos a Panam¨¢. Vamos a tomarlo de vuelta¡±; cambiar discrecionalmente a su gusto el nombre del Golfo de M¨¦xico por el de Am¨¦rica. Para concluir: ¡°Seremos una naci¨®n como ninguna otra, llena de compasi¨®n, coraje y excepcionalismo¡±. Excepcionalismo demostrado en su posesi¨®n, rodeado de una elite de plut¨®cratas tecnol¨®gicos, encabezada por Musk, Zuckerberg y Bezos, creadores de realidades paralelas que difuminan el sentido com¨²n de humanidad con la manipulaci¨®n de algoritmos, prejuicios y delirios narcisistas, como los anunciados por Trump con su alucinante MAGA, que bien puede terminar siendo el final irreversible de su America First. Un excepcionalismo contenido en sus m¨¢s de 40 ¨®rdenes ejecutivas[4] que no solo violan flagrantemente la propia Constituci¨®n norteamericana, negando la nacionalidad a miles de hijos de inmigrantes ilegales nacidos en la ¡°tierra de la libertad¡±, sino el mismo derecho internacional p¨²blico y los compromisos asumidos con la humanidad y el planeta al desvincular de nuevo a Estados Unidos del Acuerdo de Par¨ªs y ahora de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.
Toda la raz¨®n le asiste al te¨®rico pol¨ªtico Yaron Ezrahi, no por casualidad israel¨ª, cuando advirti¨®: ¡°Los poderes m¨¢s arbitrarios de la historia siempre se escondieron bajo la pretensi¨®n de una l¨®gica impersonal: Dios, las leyes de la naturaleza, las leyes del mercado¡±, que son el nuevo credo y los art¨ªculos de fe de Trump, sus copartidarios, c¨®mplices y socios como Elon Musk, con su exultante parodia del saludo nazi[5], celebrado procazmente por Javier Milei en su cuenta X: ¡°No s¨®lo no les tenemos miedo. Sino que los vamos a ir a buscar hasta el ¨²ltimo rinc¨®n del planeta en defensa de la LIBERTAD. Zurdos hijos de putas tiemblen. La libertad avanza. VIVA LA LIBERTAD CARAJO¡±[6]. Cada d¨ªa es m¨¢s claro lo que significa X: negaci¨®n de humanidad, exaltaci¨®n de odio, prepotencia y brutalidad, ense?as de criminalidad en nombre de la libertad.
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