Compromiso Valle o c¨®mo romper paradigmas para lograr un cambio social estructural
En medio del estallido social de 2021, empresarios y fundaciones de la capital del Valle del Cauca salieron a la calle para entender lo que ocurr¨ªa. En casi tres a?os y medio pasaron de ser cinco a 700 empresas, y han construido confianza, oportunidades y bienestar para las comunidades m¨¢s vulnerables
Cali, junio de 2021. La ciudad y sus alrededores llevan m¨¢s de dos meses paralizados. Hay 25 puntos fijos de bloqueo. Se cuentan varias decenas de muertos. La comida escasea, y el comercio y la industria est¨¢n paralizados. La violencia encabeza los titulares de las noticias nacionales. Los enfrentamientos entre manifestantes, la mayor¨ªa de ellos j¨®venes de barrios populares, y la fuerza p¨²blica son permanentes. El paro nacional, que hab¨ªan convocado las centrales obreras el 28 de abril para protestar contra las pol¨ªticas econ¨®micas del Gobierno de Iv¨¢n Duque, se hab¨ªa convertido en un largo e intenso clamor de descontento social en la ciudad.
En medio del caos que viv¨ªa Cali de norte a sur y de este a oeste, un grupo de empresarios tambi¨¦n se lanz¨® a la calle, pero con la intenci¨®n de entender lo que estaba pasando, de escuchar a los manifestantes, de destrabar la situaci¨®n.
Pedro Carvajal, presidente de la Organizaci¨®n Carvajal; Joaqu¨ªn Losada, presidente ejecutivo de Fanalca; y Juan Ram¨®n Guzm¨¢n, socio fundador y presidente de la Junta Directiva de Bivien, entre otros, con el apoyo Mar¨ªa del Rosario Carvajal, presidenta de la junta directiva de Unidad de Acci¨®n Vallecaucana, llegaron a algunos de esos puntos cr¨ªticos para hablar con los l¨ªderes de las protestas.
A estos encuentros tambi¨¦n asistieron la desconfianza, los prejuicios, el miedo, la estigmatizaci¨®n, la rabia, la desesperanza y el descontento de lado y lado. Hubo quejas, reproches, reclamos. Las diferencias sociales, culturales y econ¨®micas se hicieron todav¨ªa m¨¢s evidentes, con conversaciones que no fueron f¨¢ciles.
¡°Est¨¢bamos muy preocupados por la par¨¢lisis de la ciudad y de la econom¨ªa. Ven¨ªamos de la pandemia y hab¨ªa mucha tensi¨®n. Recuerdo que les dije a los l¨ªderes de la protesta que varias empresas ya llevaban 20 d¨ªas bloqueadas y uno de ellos me contest¨®: ¡®Pues, yo tengo 30 a?os bloqueado, sin oportunidades de estudio ni de empleo¡¯. Eso fue duro¡±, recuerda Guzm¨¢n, uno de los l¨ªderes empresariales m¨¢s reconocidos de la ciudad.
Desde el otro lado, Andr¨¦s Felipe Gonz¨¢lez, l¨ªder social de 33 a?os, uno de los fundadores del colectivo Prisioneros de Esperanza, en la Comuna 18 de Cali, le oy¨® decir a un empresario que por causa de los bloqueos ten¨ªa la nevera vac¨ªa. ¡°Le contest¨¦: ¡®Es que yo ni siquiera tengo nevera¡±.
As¨ª, poco a poco, comenzaron a escucharse, dialogar, conocerse, mirarse a los ojos, bajar la guardia, pero, sobre todo, a descubrir a los seres humanos que hab¨ªa detr¨¢s de las noticias. Sin embargo, a¨²n faltaba algo: la confianza.
Tras a?os de abandono y promesas incumplidas por parte de pol¨ªticos y autoridades, no era f¨¢cil que los manifestantes creyeran en las buenas intenciones. El parteaguas se dio cuando los empresarios compartieron con los j¨®venes en las ollas comunitarias. ¡°Fueron valientes al ir a los puntos de bloqueo, salieron de su burbuja, de su comodidad, vinieron a caminar el territorio con nosotros. Llegaron con sus hijos, con sus familias. Ah¨ª vimos que s¨ª hab¨ªa compromiso¡±, recuerda Gonz¨¢lez.
En esos encuentros, los empresarios comenzaron a conocer y entender de primera mano la situaci¨®n de hambre que viv¨ªan ¨Cy viven¨C distintos sectores de la ciudad. ¡°Vimos que la olla comunitaria era una reuni¨®n en la que la gente, adem¨¢s de alimentarse, se sent¨ªa acompa?ada. Y sobre todo, entendimos que los j¨®venes estaban pidiendo oportunidades, que no quer¨ªan nada regalado, solo oportunidades de estudio, empleo, generaci¨®n de ingresos, apoyo a sus emprendimientos. Ten¨ªamos que actuar¡±, acota Guzm¨¢n.
Les contaron a otros empresarios lo que estaban viendo, oyendo y sintiendo. Entonces, llegaron refuerzos y se sumaron voluntades. ¡°?ramos cinco empresas y hoy somos m¨¢s de 700 de todos los tama?os y sectores, empresarios unidos alrededor de un prop¨®sito: construir tejido social¡±, agrega Guzm¨¢n.
Se involucraron las fundaciones Sidoc (Sider¨²rgica de Occidente), Carvajal, Fanalca, Smurfit Kappa, Alvaralice y WWB Colombia. Tambi¨¦n llegaron la C¨¢mara de Comercio de Cali, la Andi, Comfandi y Propac¨ªfico, que ayud¨® a dar forma a Compromiso Valle.
¡°El Valle del Cauca es uno de los departamentos con m¨¢s fundaciones familiares y empresariales. Aunque pusimos nuestra experiencia de trabajo en sectores vulnerables, en este caso ten¨ªamos que hacer algo distinto y en conjunto que aportara a la soluci¨®n¡±, apunta Mar¨ªa Isabel Alvarado, directora de Unidad de Acci¨®n Vallecaucana.
¡°Decidimos poner unos recursos importantes y empezar por un tema vital: el hambre. Comenzamos a organizar comedores comunitarios. A los dos meses, ya ten¨ªamos 100, en diferentes sectores¡±, recuerda Guzm¨¢n.
Le sigui¨® el tema de empleabilidad, el m¨¢s dif¨ªcil. ¡°Les dijimos que si realmente quer¨ªan ayudar, deb¨ªan cambiar las pol¨ªticas de reclutamiento laboral, porque desde la convocatoria nos dec¨ªan que ah¨ª no cab¨ªamos. Muchos j¨®venes de nuestros barrios no han terminado el bachillerato, nunca han tenido empleo, no han cumplido horarios, han crecido en un ambiente de ilegalidad, y no tienen una camisa y una corbata para ir a una entrevista de trabajo¡±, revela Gonz¨¢lez.
Y as¨ª lo hicieron, flexibilizaron sus pol¨ªticas para lograr la inclusi¨®n. Luego vinieron las huertas urbanas, los proyectos de vida, el fortalecimiento de distintos emprendimientos. Tambi¨¦n descubrieron los liderazgos de barrio, de organizaciones comunitarias que estaban pidiendo participar no solo como beneficiarias, sino tambi¨¦n como ejecutoras de proyectos. Las fundaciones decidieron crear programas colectivamente con ellas.
¡°Encontramos muchos l¨ªderes sociales con mucho talento, con capacidad de hacer cosas, muchas veces m¨¢s que el estado y que las fundaciones, con una capilaridad muy profunda. Lo que necesitaban era visibilidad, reconocimiento e impulsar su potencial¡±, comenta Mar¨ªa Isabel Ulloa, directora de Propac¨ªfico.
Cuando se les pregunta por los logros en estos tres a?os y medio surgen decenas de historias conmovedoras, inspiradoras, dolorosas y exitosas que llenar¨ªan este espacio, pero que se resumen en cifras: 722 empresas vinculadas, 120.000 millones de pesos ejecutados, 73.000 participantes, 3.660 j¨®venes empleados por empresas vallecaucanas, 223 organizaciones de base, 2.300 personas apoyadas en liderazgo y 25.000 emprendimientos fortalecidos. Todo esto se ha logrado gracias a los seis ejes de trabajo de Compromiso Valle: seguridad alimentaria, transformaci¨®n de proyectos de vida, emprendimiento, empleabilidad, liderazgo s¨®lido y educaci¨®n.
Quienes aqu¨ª han hablado representando cada una de las patas de este proyecto expresan esos logros con potentes verbos: humanizar, confiar, cocrear, actuar, impactar, transformar, pero hay una frase en la que todos coinciden: ¡°As¨ª seamos diferentes, nos veamos diferentes, vengamos de sectores diferentes, ahora podemos trabajar juntos por lo fundamental¡±.
Y hay otra forma de medir ese liderazgo, que le ha dado una din¨¢mica distinta a Cali: Compromiso Valle se multiplic¨®. Ya hay Compromiso Magdalena; en noviembre se lanz¨® Compromiso Bogot¨¢, y est¨¢ en funcionamiento Compromiso Territorio en el Norte del Cauca y el Sur del Valle.
*Apoyan Ecopetrol, Movistar, Fundaci¨®n Corona, Indra, Bavaria y Colsubsidio.
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