Del plebiscito a las presidenciales: las votaciones paralelas de las dos Colombia
Los feudos de voto de la derecha y la izquierda del pa¨ªs han coincidido en las ¨²ltimas elecciones, haci¨¦ndose con los a?os m¨¢s clara la divisi¨®n territorial entre los dos lados de la polarizaci¨®n colombiana
En octubre de 2016 el electorado colombiano se parti¨® en dos mitades casi id¨¦nticas: en el plebiscito sobre los acuerdos de paz firmados con la guerrilla de las FARC, el rechazo le gan¨® a la aprobaci¨®n por apenas 50.000 votos. Pero ese resultado tan cerrado a nivel nacional se produjo gracias a importantes diferencias regi¨®n a regi¨®n: las periferias al norte, occidente y sur del pa¨ªs votaron masivamente por el ¡°s¨ª¡±; el interior cafetero, andino y el oriente hasta la frontera con Venezuela se decantaron n¨ªtidamente por el ¡°no¡±. Seis a?os despu¨¦s, basta sumar los votos de los dos candidatos m¨¢s alejados del centro y de la izquierda para obtener un patr¨®n casi id¨¦ntico.
Cierto es que mientras Fico Guti¨¦rrez viene de la derecha tradicional del pa¨ªs, Rodolfo Hern¨¢ndez es un candidato mucho m¨¢s dif¨ªcil de clasificar en los ejes ideol¨®gicos tradicionales, de los que ¨¦l mismo trata de alejarse para asumir una posici¨®n que pretende definir por un consenso amplio contra la corrupci¨®n. Cierto es tambi¨¦n que los or¨ªgenes de ambos (Antioquia y Santander respectivamente) ayudan a profundizar las diferencias regionales. Pero en ¨²ltima instancia el patr¨®n sigue ah¨ª, casi calcado.
No es solo, ni mucho menos, una apariencia exclusivamente basada en la comparaci¨®n de ambos mapas. El resultado se vuelve n¨ªtido al poner las 1.122 entidades locales que componen la geograf¨ªa colombiana en un gr¨¢fico de doble eje: el porcentaje de voto por el ¡°no¡± del plebiscito en el horizontal, y la suma de Fico y Rodolfo en el vertical. El aumento entre uno y otro es casi proporcional.
El reflejo inevitable de esta relaci¨®n es la que existe entre la proporci¨®n de votos por el ¡°s¨ª¡± en ese mismo referendo y los obtenidos por la suma del izquierdista Gustavo Petro y el centrista Sergio Fajardo en esta elecci¨®n: de nuevo, aumentos cerca de la proporcionalidad total.
Lo interesante no es s¨®lo la existencia de este patr¨®n regionalizado, sino el hecho de que ha ido ganando intensidad elecci¨®n tras elecci¨®n. As¨ª, podemos tomar los votos a ?scar Iv¨¢n Zuluaga en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2014, cuando era el candidato de unidad para la derecha tradicional frente a la posible (y finalmente confirmada) reelecci¨®n de Juan Manuel Santos. La suma de Fico y Rodolfo tambi¨¦n es mayor all¨¢ donde a Zuluaga le fue mejor, pero la dispersi¨®n de la nube de puntos (de municipios) es mayor. La conexi¨®n no es tan intensa entre 2014 y 2022.
Pero si en lugar de coger la segunda vuelta de Zuluaga en el 2014 anclamos la comparaci¨®n temporal con los sufragios obtenidos por Iv¨¢n Duque en la anterior primera vuelta, la de 2018, la relaci¨®n se vuelve mucho m¨¢s estrecha, como denota la mayor cercan¨ªa de cada punto a la l¨ªnea de tendencia media, as¨ª como la inclinaci¨®n de la misma, pr¨¢cticamente en 45 grados. Es decir: cada punto adicional sacado por Duque en 2018 significar¨ªa uno para la suma de Hern¨¢ndez y Guti¨¦rrez cuatro a?os despu¨¦s.
Hay al menos tres razones por las cuales esta relaci¨®n se podr¨ªa haber vuelto m¨¢s intensa, y no son necesariamente excluyentes entre s¨ª. La primera es la progresiva definici¨®n de la polarizaci¨®n, tanto ideol¨®gica como afectiva, que no era tan n¨ªtida en 2014 y que ha tenido casi una d¨¦cada para decantarse. La segunda es su correlato clientelista: los mercados de votos a cambio de beneficios, que son en Colombia m¨¢s horizontales y difusos que n¨ªtidos y piramidales, han tenido tiempo de alinearse con esa misma polarizaci¨®n, reforz¨¢ndola. Por ¨²ltimo, la suma de nuevos votantes (desde la abstenci¨®n o desde la minor¨ªa de edad) en todo el pa¨ªs habr¨ªa a?adido a este doble proceso ideol¨®gico y clientelar para solidificar la divisi¨®n territorial.
Hay, sin duda, otras formas de mirar a la Colombia pol¨ªtica. El propio Hern¨¢ndez est¨¢ tratando de impulsar su campa?a fuera de esta plantilla. Pero hasta ahora parece encajado en ella, as¨ª sea porque su rival, Gustavo Petro, mantiene su mitad del pastel electoral colombiano casi intacta, atada a la polarizaci¨®n territorial. As¨ª, aunque resulte imposible adivinar qu¨¦ pasar¨¢ despu¨¦s de 2022, parece poco probable que la segunda vuelta de estas elecciones presidenciales se salga de los l¨ªmites marcados en la ¨²ltima d¨¦cada.
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