Los apuros de Costa Rica para sostener su bandera ambiental

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¡°Los tiempos son dif¨ªciles, entonces lo haremos al paso, sin prisa, pero sin pausa¡­ al paso que las condiciones globales lo permitan, sin sacrificar demasiado el bienestar actual a cambio de un futuro lejano; pero tampoco sacrificando el futuro por la ganancia inmediata¡±. Esta es la frase que pronunci¨® el 24 de mayo en el Foro Econ¨®mico Mundial, en Davos, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, en su primer viaje desde que tom¨® el poder tras ganar las elecciones como proponente de fuertes cambios en este peque?o pa¨ªs centroamericano reconocido por su vocaci¨®n ambientalista. As¨ª contestaba a una pregunta sobre la propuesta medioambiental de su incipiente Gobierno ante otros funcionarios p¨²blicos e inversionistas que se supone valoran cada vez m¨¢s el perfil de sostenibilidad de sus destinos.

Y segu¨ªa: ¡°En Costa Rica tenemos desaf¨ªos hist¨®ricos con el manejo de nuestras cuencas de r¨ªos. Hemos invertido muy poco en alcantarillados y tenemos demasiada contaminaci¨®n, vamos a trabajar en eso. En manejo de s¨®lidos, no estamos reciclando, no hacemos suficiente econom¨ªa circular¡±. Por inusual que fuera el escenario, Chaves no ment¨ªa al se?alar problemas graves y a?ejos que se esconden debajo del escenario de los premios internacionales por los frutos medioambientales en los ¨²ltimos 40 a?os y por los aplausos a planes de Gobiernos anteriores contra el cambio clim¨¢tico.

El momento de la econom¨ªa global se ofrece complicado para el perfil medioambiental del pa¨ªs y Chaves es parte del momento. Aunque cuestiona la rentabilidad de una eventual exploraci¨®n petrolera en Costa Rica, ech¨® atr¨¢s los afanes del Gobierno anterior de prohibir esa actividad por ley. Ve aceptable la explotaci¨®n de gas natural. Descart¨® impulsar la ratificaci¨®n del Acuerdo de Escaz¨², un tratado internacional firmado en 2018 aqu¨ª en Costa Rica para la protecci¨®n de activistas ambientales, con el apoyo de Naciones Unidas. Gobierna con el respaldo expl¨ªcito de c¨¢maras empresariales que priorizan la ¡°reactivaci¨®n econ¨®mica¡±, un concepto que se repite como mantra despu¨¦s del golpe pand¨¦mico. La movilidad el¨¦ctrica no est¨¢ en su lista de quehaceres. El desempleo del 12% es uno de los m¨¢s altos de la regi¨®n y Chaves no va a comprometer el presente por un futuro, como dijo en Davos.

Sectores ambientalistas lo ven confuso, cuanto menos. Otros creen que es temprano para juzgar el flanco medioambiental del Gobierno, aunque admiten que no hay se?ales promisorias. No abundan las cr¨ªticas claras de dirigentes del sector ambiental, de oeneg¨¦s o de autoridades del pasado reciente. Nadie quiere entrar en peleas p¨²blicas con el Gobierno. ¡°Puede que haya mucha cautela, adem¨¢s de satisfacci¨®n de un sector del que viene el ministro Tattenbach (bosques privados) y expectativa por lo que traer¨¢ el nuevo Gobierno, m¨¢s all¨¢ de alguna improvisaci¨®n que hemos notado¡±, dijo a EL PA?S Henry Picado, portavoz de un grupo de asociaciones ambientalistas llamado Federaci¨®n Costarricense para la Conservaci¨®n (Fecon).

Por otra parte, un grupo conservacionista llamado Bloque Verde achaca al Gobierno una ¡°deriva autoritaria¡± por un plan de una reforma legal que quitar¨ªa a grupos ciudadanos (acad¨¦micos, sociales o cient¨ªficos) el derecho de participar en el proceso de las decisiones del Ministerio de Ambiente. Est¨¢ ¡°concentrando el poder en la figura del ministro, lo que deja en entredicho la voluntad del Poder Ejecutivo a fortalecer la democratizaci¨®n de la gobernanza ambiental¡±, dice la organizaci¨®n. Adem¨¢s advierte sobre posibles focos de conflictividad en el pa¨ªs donde nueve de cada 10 costarricenses respalda la idea de que la econom¨ªa pospandemia debe recuperarse de la mano con el medio ambiente, pero solo dos de cada 10 ha participado activamente en reuniones, convocatorias u organizaciones de su comunidad sobre cambio clim¨¢tico, seg¨²n una encuesta de la sede local de Naciones Unidas en 2021.

Otros grupos a¨²n esperan el nombramiento de un viceministro encargado de agua y mares (el 91% de la superficie del pa¨ªs), un cargo creado en la ¨²ltima d¨¦cada a tono con las tendencias recientes de protecci¨®n del recurso h¨ªdrico y de la vida en costas y en oc¨¦anos, como los dos que flanquean al istmo centroamericano, especialmente vulnerable ante los trastornos por el cambio clim¨¢tico. El ministro, un economista llamado Franz Tattenbach con experiencia en protecci¨®n de los parques nacionales terrestres, ya ha deslizado que ver¨ªa bien levantar una prohibici¨®n actual que rige para la pesca mediante peligrosos m¨¦todos de arrastre del fondo marino.

A¨²n as¨ª, reconocidas voces ambientalistas prefieren no hacer sonar a¨²n las alertas del momento, conscientes de que hay otros problemas que vienen de a?os atr¨¢s. Si bien el 99% de la producci¨®n de electricidad procede de fuentes limpias, del total de gasto energ¨¦tico un 75% se alimenta de combustibles f¨®siles importados, debido a una flota vehicular que por proporci¨®n per c¨¢pita es la tercera m¨¢s grande de Am¨¦rica Latina. Numerosos diagn¨®sticos y expertos se?alan tambi¨¦n deficiencias en el crecimiento urbano, en el uso de agroqu¨ªmicos y en la contaminaci¨®n de los r¨ªos, como dec¨ªa sin tapujos Chaves en Davos.

Costa Rica conserva ventajas sobre los promedios internacionales, pero la tendencia propia es adversa: entre 2011 y 2022 cay¨® el puesto 5 mundial al 68, entre 180 naciones evaluadas en el ?ndice de Desempe?o Ambiental, una medici¨®n que realizan investigadores de las universidades de Yale y Columbia, en Estados Unidos. El pa¨ªs ocupa la posici¨®n 167 en reciclaje y 157 en manejo de la concentraci¨®n de nitr¨®geno en suelo, asociada a fertilizantes. Entre las naciones de Am¨¦rica Latina, sin embargo, Costa Rica conserva la tercera mejor posici¨®n general, solo por debajo de Cuba (posici¨®n 60) y Chile (65).

Las fortalezas ambientales son amplias, reconoce el informe de 2021 de un centro de pensamiento e investigaci¨®n de las universidades estatales llamado Programa Estado de la Naci¨®n. Lo atribuye a d¨¦cadas de iniciativas p¨²blicas, participaci¨®n privada y de la sociedad civil, adem¨¢s de diversos esquemas de gesti¨®n de ecosistemas. Lo pueden constatar los miles de extranjeros que sustentan la industria ecotur¨ªstica y el 93% de la poblaci¨®n que dispone de agua bebible con solo abrir el grifo en su casa, aunque los riesgos son igual de evidentes.

¡°A pesar de que internamente los desaf¨ªos son profundos y la situaci¨®n es grave en muchas agendas, es innegable que, comparativamente, se obtuvo un reconocimiento en torno de los avances alcanzados en conservaci¨®n. Es imperativo cuidar lo que se ha construido y, ante todo, definir pol¨ªticas informadas y precisas que contrarresten los riesgos. El contexto actual, marcado por la pandemia causada por el covid-19 y la profunda crisis que ha generado, se ha convertido en un caldo de cultivo para el retorno de discursos antiambientales, y la generaci¨®n de nuevas tensiones que favorecen el descuido o el uso no sostenible de los recursos naturales protegidos o de la cobertura recuperada¡±, se?ala el informe Estado de la Naci¨®n 2021.

Ese mismo informe proyecta que la tendencia de urbanismo y de desarrollo agr¨ªcola provocar¨¢n en 2025 una p¨¦rdida de cobertura de ¨¢rboles superior a los 500 km2 (1,4% de la superficie actual), sobre todo en zonas de cultivos y de mayor rezago social, a pesar del repetido se?alamiento de Christiana Figueres, la costarricense referente internacional contra el cambio clim¨¢tico, quien no se cansa de advertir que las oportunidades de desarrollo del pa¨ªs residen justamente en esas condiciones ambientales particulares.