El celebrado cruce fronterizo de ¡®El Jefe¡¯, el jaguar que consigui¨® sortear el muro entre EE UU y M¨¦xico
La reaparici¨®n del animal ha sembrado optimismo para una especie al borde de la extinci¨®n, pero ambientalistas alertan sobre el peligro de la valla divisoria para la fauna
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Se desconoce d¨®nde estuvo, los senderos que atraves¨® o las tantas presas que habr¨¢n ca¨ªdo bajo sus poderosas garras durante este tiempo. Los que conoc¨ªan su existencia se preguntaban si habr¨ªa dejado descendencia tras su paso, o perdido la vida en alg¨²n punto remoto de los tantos kil¨®metros que acostumbraba a recorrer. Hasta que hace poco m¨¢s de una semana, las c¨¢maras registraron su regreso a M¨¦xico.
El Jefe, uno de los jaguares m¨¢s longevos de los que se tiene conocimiento en la regi¨®n fronteriza entre Estados Unidos y M¨¦xico, reapareci¨® en Sonora a principios de agosto. ¡°No sabemos cu¨¢ndo cruz¨®, si pas¨® todo el a?o en Arizona o en M¨¦xico¡±, cuenta Carmina Guti¨¦rrez, coordinadora de Investigaci¨®n del Proyecto Jaguar del Norte?, una de las ocho organizaciones de la iniciativa binacional Borderlands Linkages para la conservaci¨®n de esta especie a ambos lados de la frontera. ¡°Tampoco tenemos ni idea de qu¨¦ puntos del territorio atraves¨®¡±, matiza la bi¨®loga. ¡°Pero la reaparici¨®n de este ejemplar es una buena noticia, significa que todav¨ªa hay posibilidad de que la fauna se mueva entre un pa¨ªs y el otro¡± pese a los cientos de kil¨®metros de muros, bardas y vallas fronterizas que dividen ambos pa¨ªses, a?ade Roberto A. Wolf, director de la misma asociaci¨®n.
Avistado por primera vez por un cazador al sudeste de Tucson en 2011, la ¨²ltima vez que unos infrarrojos hab¨ªan registrado su presencia fue en el 2021, ya en territorio mexicano. La fotograf¨ªa la realiz¨® Profauna, asociaci¨®n en Coahuila que tambi¨¦n pertenece al grupo binacional. ¡°Desde hace a?os se han registrado de un lado y al otro de la frontera jaguares de gran tama?o. Lo que significa que el trabajo de conservaci¨®n en la regi¨®n est¨¢ dando sus frutos¡±, afirma su director, Sergio Marines, que celebra el ¨²ltimo avistamiento del ya famoso ejemplar.
El Jefe fue reconocido por el patr¨®n de manchas negras arrosetadas que los mayas, que se serv¨ªan de su pelaje como indumentaria de poder, interpretaron como estrellas del cielo nocturno. ¡°Las motas tienen un patr¨®n ¨²nico, son como nuestra huella dactilar, por lo que es f¨¢cil identificarlos¡±, explica Guti¨¦rrez, quien lleva m¨¢s de 20 a?os haciendo el seguimiento del tercer felino m¨¢s grande del mundo, despu¨¦s del tigre y el le¨®n. Y el de mayor tama?o en Am¨¦rica, donde habita 18 pa¨ªses. ¡°Tambi¨¦n es el carn¨ªvoro m¨¢s amenazado de la regi¨®n¡±, indica Daniela Medell¨ªn, bi¨®loga del Laboratorio de Ecolog¨ªa y Conservaci¨®n de Fauna Silvestre de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM).
¡°El jaguar se distribuye desde el norte de M¨¦xico hasta Argentina. En el sur de Estados Unidos hay alguno, pero la poblaci¨®n est¨¢ casi extinta¡±, se?ala Medell¨ªn, una de las responsables de llevar a cabo el ¨²ltimo censo nacional de jaguares en el pa¨ªs.
En M¨¦xico, se calculan unos 4.800 jaguares, concentrados la mayor¨ªa en la costa del Pac¨ªfico mexicano y al sudeste del pa¨ªs. La pen¨ªnsula de Yucat¨¢n es la regi¨®n con mayor poblaci¨®n; reservas como la de Calakmul y otras estatales, h¨¢bitat de este animal, constituyen las ¨¢reas forestales y mejor conservadas del pa¨ªs. ¡°Con m¨¢s de un mill¨®n de hect¨¢reas protegidas, en los ¨²ltimos 10 o 15 a?os, el n¨²mero de jaguares ha aumentado gracias a las estrategias de conservaci¨®n implementadas en colaboraci¨®n con gobiernos, organizaciones y propietarios de tierras¡±, asegura la bi¨®loga de la UNAM.
A pesar del aumento de su poblaci¨®n, este elegante felino enfrenta muchas amenazas. La principal es la presencia humana, que cada d¨ªa que pasa le arrebata m¨¢s territorio. ¡°Son animales que requieren una gran extensi¨®n para desplazarse. La media de un macho va desde los 90 kil¨®metros cuadrados hasta los 200. Pero pueden mucho m¨¢s¡±, destaca Medell¨ªn. ¡°Tenemos datos de rangos de movimientos de m¨¢s de 800 kil¨®metros cuadrados en una misma zona¡±, afirma Guti¨¦rrez.
El muro, un obst¨¢culo para la fauna
Adem¨¢s de la expansi¨®n de los asentamientos humanos, la construcci¨®n de carreteras y las actividades mineras, ¡°en nuestro territorio el problema m¨¢s grave es muy evidente¡±, afirma el director del Proyecto del Jaguar del Norte?, cuya sede est¨¢ situada en el espectacular paisaje de profundos ca?ones que descienden de los picos de las tierras altas y los valles de las monta?as de Tucson, en Arizona. Rodeado de escarpados acantilados y afloramientos de roca volc¨¢nica, la asociaci¨®n compr¨® en el 2003 un enorme rancho en la sierra Zetasora, ampliando hasta m¨¢s de 22.000 hect¨¢reas el terreno para la conservaci¨®n del felino. Este territorio se extiende hasta el paso fronterizo de mayor flujo migratorio clandestino que ha existido desde la d¨¦cada de los a?os 70: la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos, limitada en la actualidad por fragmentos de vallas, muros y bardas que fragmentan su h¨¢bitat.
¡°Y el de tantas otras especies¡±, afirma Miguel G¨®mez, administrador de la reserva. Como explica el guardi¨¢n del santuario, el muro no solo tiene consecuencias dr¨¢sticas en las vidas humanas, sino ¡°efectos devastadores para la fauna. Impide el paso y movimiento de animales carn¨ªvoros como osos, lobos, coyotes y diversos felinos, entre ellos, el puma y el jaguar¡±.
Desde hace siglos, las divisiones en la frontera han representado un problema para el mayor herb¨ªvoro que atraviesa esas tierras y que tambi¨¦n est¨¢ en peligro de extinci¨®n: el impresionante bisonte americano. ¡°A partir del siglo XVI, con el establecimiento de la ganader¨ªa en Am¨¦rica y la instalaci¨®n de cercos, cuando se originaron los grandes ranchos bovinos, la migraci¨®n del bisonte y de otros animales se vio interrumpida entre los pasos terrestres que unen Estados Unidos con M¨¦xico. ¡°En trabajos realizados con historiadores se refleja c¨®mo estos asentamientos impactaron especialmente en grandes mam¨ªferos y sus depredadores¡±, cuenta Marines. Profauna, la organizaci¨®n a la que se incorpor¨® con 17 a?os como voluntario y que ahora dirige, est¨¢ centrada en la conservaci¨®n del b¨²falo.
¡°Pero el calibre del muro fronterizo ya es un obst¨¢culo absoluto para el jaguar y para sus presas, como el berrendo o el venado¡±, matiza G¨®mez. El monstruo de infraestructura a la vista no es lo ¨²nico que impide el paso de tantos animales. ¡°La cimentaci¨®n de los muros bajo la tierra tambi¨¦n afecta a distintas especies de roedores, como los perritos de praderas, y fragmenta el ecosistema de aves¡±, agrega.
¡°El muro es un problema grav¨ªsimo que surge de pretender solucionar sin ¨¦xito una situaci¨®n muy compleja, provocando a su vez otro con efectos ambientales que requieren de una urgente soluci¨®n¡±, apunta Wolf cuando se le pregunta por el anuncio hecho por el presidente estadounidense Joe Biden, quien recientemente advirti¨® el cierre de diversas entradas para intentar frenar la inmigraci¨®n entre Arizona y Sonora, pasos de tr¨¢nsito de jaguares. ¡°No tengo la soluci¨®n para el complejo problema social que representa la migraci¨®n, pero construir una muralla as¨ª tampoco la aporta, y sus efectos para la biodiversidad pueden ser irreversibles¡±, manifiesta con preocupaci¨®n el director de Proyecto Jaguar del Norte?, una iniciativa que naci¨® del trabajo del bi¨®logo Carlos L¨®pez, hoy parte del consejo directivo de la organizaci¨®n. ¡°?l fue quien logr¨® la primera fotograf¨ªa de car¨¢cter cient¨ªfico que demostraba la presencia de jaguares de Sonora, una poblaci¨®n que sustenta su migraci¨®n a M¨¦xico¡±, relata Wolf. Aquel avistamiento, hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, impuls¨® iniciativas para la conservaci¨®n y repoblaci¨®n del felino en Arizona, donde se daba ya por desaparecido.
Los conflictos generados con los ganaderos son otra de las causas que casi provocan la extinci¨®n del jaguar del norte. ¡°Los cazan por supuesta depredaci¨®n, alegando que matan a su ganado. Pero normalmente las vacas que se comen murieron por otras razones y ellos solo aprovechan un plato ya servido¡±, razona G¨®mez. ¡°Todas las especies de carn¨ªvoros recurren a la carro?a: es m¨¢s f¨¢cil comerse un animal que ya est¨¢ muerto que salir corriendo detr¨¢s de uno con vida y gastar energ¨ªa¡±, aclara Wolf, quien tiene experiencia en solucionar conflictos con los rancheros. ¡°Otro grande riesgo es el uso del veneno, algo com¨²n, por ejemplo, en Chihuahua. Recuerdo un caso muy pol¨¦mico en el que envenenaron a un lobo que se hab¨ªa comido a una vaca. Lo peor es que se siguen usando venenos con efecto residual, que van pasando de un consumidor a otro de la cadena, afectando hasta a las ¨¢guilas¡±, apunta.
¡°Aunque la caza furtiva como trofeo ya casi no existe, porque nadie va a tener la osad¨ªa de vender su piel en un mercado, se siguen eliminando en gran medida por su supuesta depredaci¨®n¡±, coincide Marines, cuya organizaci¨®n trabaja con pobladores para concientizar sobre el problema. ¡°Si hay un buen equilibro de las presas naturales, el jaguar se va a enfocar en ellos y el ganado se va a mantener protegido¡±, sentencia el director de Profauna. ¡°En nuestra reserva se alimentan de fauna salvaje, sobre todo, de venado y jabal¨ª, pero pueden hacerlo de m¨¢s de 150 especies¡±, asegura Guti¨¦rrez.
Tras m¨¢s de dos d¨¦cadas estudi¨¢ndolos, la coordinadora del Proyecto del Jaguar del Norte? se ha vuelto una de las mayores expertas en el gran felino. ¡°El monitoreo a largo plazo nos permite aprender muchas cosas nuevas de ellos. La literatura hasta ahora se?alaba que, si bien viv¨ªan muchos a?os en cautiverio, en libertad no superaban los 12. Pero ya estamos comprobando que son m¨¢s longevos de lo que se cre¨ªa¡±, afirma la bi¨®loga. El Jefe, al que precisamente se le calcula esa edad, es un claro ejemplo.
Su retorno es otra evidencia que refuerza lo que llevan a?os tratando de justificar los grupos conservacionistas para protegerlo: ¡°Ya no es una teor¨ªa que el territorio entre los dos pa¨ªses es el paso de los jaguares. Su regreso es una noticia indicadora de que estos animales se mueven entre kil¨®metros y kil¨®metros de un lado y otro la frontera¡±, sentencia la experta, responsable de identificar en los ¨²ltimos 20 a?os hasta 176 individuos en la cadena monta?osa de la sierra Madre Occidental, donde se desconoce cu¨¢ntos realmente habitan.
Lo que tienen claro los bi¨®logos es que todos los jaguares en Arizona han nacido en M¨¦xico. ¡°Porque nunca se ha documentado una hembra en Estados Unidos. Pero la valla complica mucho hacer el seguimiento y demostrar la obviedad de que necesitan desplazarse por los territorios l¨ªmites¡±, se?ala Guti¨¦rrez.
En todos estos a?os la organizaci¨®n para la que trabaja la bi¨®loga solo ha conseguido interceptar a unos pocos ejemplares. Apenas cuentan tres los jaguares que fueron vistos de un lado y otro de la frontera y que, como El Jefe, consiguieron burlar un muro construido por el hombre que es letal para su propia especie y otras tantas.
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