Ana Fal¨²: ¡°En un mundo hecho para hombres blancos es preciso feminizar la arquitectura¡±
La arquitecta y activista argentina, de visita en M¨¦xico, recibe el Premio Iberoamericano de Arquitectura y Urbanismo 2022 por su trayectoria y sus aportaciones al urbanismo feminista
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Ana Fal¨² (San Miguel de Tucum¨¢n, Argentina) es pionera en la arquitectura y el urbanismo feminista a nivel internacional. La arquitecta ha dedicado su carrera a la b¨²squeda de la inclusi¨®n e integraci¨®n plena de las mujeres y ni?as en la vida de las urbes, quienes ¡°suelen vivir al margen en las ciudades de Am¨¦rica Latina, dise?adas para los hombres blancos, j¨®venes y heterosexuales, donde el autom¨®vil es protagonista¡±, dice la tambi¨¦n activista feminista, referente en el campo de la planificaci¨®n urbana y las pol¨ªticas habitacionales desde una perspectiva de g¨¦nero.
¡°Hay que priorizar la mirada a quienes habitan los m¨¢rgenes. La arquitectura fant¨¢stica e ic¨®nica es necesaria, pero urge hacer una arquitectura de lo cotidiano, que mejore la calidad de vida del d¨ªa a d¨ªa. Un urbanismo que piense en el barrio; en dotarlo de servicios, en acercar todas las cosas que son necesarias para hacer la vida m¨¢s sencilla, con el fin de regalarle tiempo a las mujeres. Porque el tiempo es el bien m¨¢s escaso en la vida las mujeres¡±, afirma Ana Fal¨², en entrevista con EL PA?S. La investigadora y profesora de la Universidad Nacional de C¨®rdoba acaba de recibir el Premio Iberoamericano a la Trayectoria de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo ¡ª un premio que reconoce a profesionales comprometidos con el desarrollo de proyectos arquitect¨®nicos y su la contribuci¨®n a la b¨²squeda de h¨¢bitats alternativos para un futuro urbano m¨¢s optimista, sostenible y justo ¡ª. Es la segunda mujer en recibir este reconocimiento, despu¨¦s de la paisajista brasile?a Rosa Grena Kliass, quien jug¨® un papel fundamental en el reconocimiento y la expansi¨®n de la arquitectura en Brasil.
¡°Los complejos urbanos se planifican para familias, aunque en Am¨¦rica Latina entre un 30 y 40% de hogares est¨¢n a cargo de ¨²nicamente una mujer¡±, argumenta Fal¨², quien fuera directora regional de ONU Mujeres. Adem¨¢s, recuerda que la pobreza es predominantemente femenina. Las que viven en condiciones de precariedad son mayor¨ªa en el mercado laboral y muchas son cabeza del hogar. Tienen m¨¢s del doble de hijos que las ricas y viven en la periferia de ciudades fragmentadas, segregadas y complejas. ¡°Pensemos en urbes como Buenos Aires, Sao Paulo o M¨¦xico, en donde los traslados les toman entre dos y cuatro horas al d¨ªa a las m¨¢s pobres que residen en la periferia. Y en condiciones p¨¦simas, en un transporte que no es seguro, que las expone al acoso sexual¡±, dice en la conferencia inaugural de Mextr¨®poli, un ciclo de charlas con las voces m¨¢s relevantes de la arquitectura contempor¨¢nea bajo el lema ¡®Habitar al margen¡¯. Mientras habla en el Teatro Metropolitan, en Ciudad de M¨¦xico, pasan im¨¢genes de arquitectas destacadas e im¨¢genes de su trayectoria profesional. La clave es descentralizar, resume. ¡°Y tener en cuenta la vida cotidiana en esos barrios, la calidad de los servicios, de la calle, de las aceras. As¨ª como privilegiar a las personas sobre los veh¨ªculos. Las mujeres son las que m¨¢s usan el espacio p¨²blico, casi siempre con otros: ni?os, personas con discapacidad, mayores¡ Ese espacio p¨²blico tiene que estar pensado en clave feminista¡±, reclama.
Pregunta. ?Qu¨¦ es exactamente el urbanismo feminista?
Respuesta. Claro, ?qu¨¦ quiere decir esta cosa tan rara? El urbanismo feminista es pensar en las personas. Poner a las personas al centro del pensamiento arquitect¨®nico, del pensamiento sobre la ciudad. Poner las personas al centro quiere decir mirar la diversidad social. No omitir a nadie. Sobre todo, no omitir a las mujeres. Las mujeres que somos distintas de los varones, que no queremos ser iguales a los varones, queremos ser distintas, pero queremos tener igualdad de derechos. Queremos movernos en la ciudad. No tener miedo y poder usar el espacio p¨²blico, la calle... que la trabajadora que sale de noche de un hospital pueda cruzar tranquila la plaza para acortar distancias y tomar el transporte p¨²blico para volver a su casa despu¨¦s de la larga jornada de trabajo. Entonces, tenemos que pensar la ciudad desde ese lugar de la diferencia de sujetos que la habitan y de las diferencias de necesidades que tenemos las mujeres que todav¨ªa estamos atravesadas por la divisi¨®n sexual del trabajo.
P. Las mujeres estamos atravesadas por varias otras cosas en la ciudades de Latinoam¨¦rica, adem¨¢s de la divisi¨®n sexual del trabajo. Usted lo ha se?alado en muchas ocasiones.
R. S¨ª. Las mujeres somos, todav¨ªa, para el conjunto de la humanidad, las responsables de la reproducci¨®n social. Las responsables del cuidado. Somos las que, en la empat¨ªa social que hemos desarrollado desde tiempos inmemoriales ¡ªsi no, esta humanidad no ser¨ªa¡ª, llevamos a los ni?os bajo la nieve, la lluvia o el calor. Los amamantamos y los hacemos crecer, desde esa empat¨ªa que hemos construido. Hay una huella emp¨¢tica de las mujeres que ha permitido que la humanidad se reproduzca. A pesar de la beligerancia masculina, de las guerras y de las muertes. Hemos seguido teniendo hijos, cuidando la humanidad. Pero no solo queremos eso, queremos que esto sea compartido. No queremos que nos encierren en las casas para ser las cuidadoras y las reproductoras de la humanidad. No. Queremos igualdad de derechos y oportunidades, queremos trabajar de periodistas, de arquitectas, de profesoras.
P. ?De qu¨¦ m¨¢s se ocupa la arquitectura feminista? ?Qu¨¦ hay del trasporte p¨²blico en ciudades pensadas para el tr¨¢nsito de los autom¨®viles?
R. Repiensa los espacios; la ciudad, sus equipamientos, sus servicios. Los medios de transporte deben estar pensados en clave de colectivos. No individual. No el coche que va.... Si vos te par¨¢s en cualquier ciudad nuestra, vas a ver un mar de coches y quien lo conduce, mayormente, es un se?or. Mayor¨ªa hombres y mayor¨ªa una sola persona. Las mujeres van en el transporte p¨²blico porque las mujeres, esa mayor¨ªa de mujeres pobres de nuestra Am¨¦rica Latina, cuando hay en la casa una bicicleta o una moto o lo que fuera, la usan los hombres, no las mujeres. Entonces, pensar la ciudad desde ah¨ª. Pensar en las vidas de las personas. Poner las personas al centro de la planificaci¨®n del urbanismo. Pensar en sus necesidades, en sus demandas.
P. Durante la pandemia se cuestion¨® la proximidad de las personas, hecho que provocaba un contagio m¨¢s r¨¢pido del virus. ?Qu¨¦ opina de ese argumento?
R. Hablamos de compactar la ciudad, que no tiene nada que ver con lo que cuestiona la pandemia. No es la densidad lo que ha provocado m¨¢s muertes: es el hacinamiento, es la pobreza. Hay que distinguir. Tenemos que pensar en clave de proximidad, porque a una mujer que tiene ni?os o que tiene viejos a su cargo, porque no les hace falta ser madre a las mujeres para cuidar, siempre cuidamos a alguien: la t¨ªa, el t¨ªo, el vecino, el pap¨¢, la verdad. Somos mujeres cuidadoras, seguimos si¨¦ndolo. La pandemia lo ha puesto en evidencia. Entonces, c¨®mo hacemos m¨¢s amigable la ciudad, el barrio. Hay que trabajar el barrio, la cercan¨ªa del lugar de cuidado, de abastecimiento, la parada del transporte p¨²blico, la plaza equipada en funci¨®n de ni?as y ni?os, de viejos y j¨®venes. Iluminada. El trabajo colectivo. El vecindario activo. Cuando vos ten¨¦s un vecindario activo, vitalidad en el espacio p¨²blico y viene un rapero y la gente se junta, hay seguridad. Ahora, cuando el espacio est¨¢ con maleza, oscuro, nadie va porque tiene miedo. Es el c¨ªrculo vicioso de mayor miedo, mayor encierro, mayor degradaci¨®n del espacio p¨²blico.
?C¨®mo se puede cambiar desde los m¨¢rgenes? @ana_falu es referente en el campo de la planificaci¨®n urbana y las pol¨ªticas habitacionales desde una perspectiva de g¨¦nero y pionera en estos ¨¢mbitos a nivel internacional.
— Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (@bienal_biau) September 21, 2022
? Estas son algunas reflexiones: pic.twitter.com/cVpUoqO2w8
P. ?Qu¨¦ pas¨® con en los espacios privados durante la pandemia? Sobre todo el de las mujeres de Am¨¦rica Latina.
R. La vivienda, ese refugio, no existi¨® para la mayor¨ªa de los habitantes de nuestra Am¨¦rica Latina, que durante la pandemia fueron lugares de hacinamiento, con escasez o falta de agua. Si hubo un grupo afectado por la mala pol¨ªtica habitacional de los Estados en nuestra regi¨®n fueron las mujeres, porque las llevaron a los confines o m¨¢s all¨¢ de los confines. Distancias que les robaron el tiempo, ese bien que es tan escaso en la vida de las mujeres, que restringieron sus capacidades para trabajar, para generar ingresos, para estudiar, y que las redujeron a la esencialismo biol¨®gico del patriarcado: a las tareas de reproducci¨®n y de cuidado. El extractivismo urbano que empuja a la mayor¨ªa de las pobrezas afuera y que son a esas mujeres que tienen m¨¢s del doble de hijos que las m¨¢s ricas que est¨¢n a cargo como ¨²nicas responsables de sus descendientes. Las que no llegan a los cr¨¦ditos. Las que sufren violencia. Las que carecieron de conectividad durante la pandemia. Entonces mucho hemos avanzado, pero hay una gran deuda social con las mujeres. Hay que repensar en la vivienda como el lugar del cuidado, de cobijo, del trabajo. All¨ª donde la mujer escasamente tiene un rinc¨®n propio. Dar valor a las acciones que parecen menores, pero que son importantes para esa calidad de vida cotidiana.
P. La gentrificaci¨®n es otro gran problema, que desplaza a las personas a la periferia. Cada vez m¨¢s y m¨¢s. Para llegar a la Ciudad de M¨¦xico, por ejemplo, hay gente se tiene que desplazar dos horas o m¨¢s para llegar a sus actividades diarias.
R. Santa Fe es un gran problema en Ciudad de M¨¦xico. Yo creo que hubo una pol¨ªtica del Estado de sembrar viviendas en las afueras de la ciudad. Extender la ciudad y construir viviendas individuales. No pensaron en colectivo. Pensaron en casitas sembradas, lo que afect¨® a la vida de las mujeres. Fijate vos que la escuela, no s¨¦ aqu¨ª, pero en Argentina, son cuatro horas. ?Qu¨¦ puede hacer una mujer en cuatro horas que est¨¢ el ni?o o la ni?a en la escuela? Si tiene dos horas para desplazarse a los lugares de trabajo, a los lugares de estudio, a los lugares de recreaci¨®n. ?Qu¨¦ pueden hacer? Quedan encerradas, encerradas en la lejan¨ªa. Entonces, ?qu¨¦ hacemos? ?Le ponemos una bomba a esos barrios? O repensamos esos barrios, los densificamos, creamos nuevas centralidades, llevamos polos de trabajo, generamos servicios, los revitalizamos. Yo creo que tenemos que pensar juntos, todos. Y, quiz¨¢, a algunos va a haber que implosionarlos. O darles otro sentido. Hacerlos colonias de vacaciones. Porque digo, ?por qu¨¦ raz¨®n esta perversi¨®n del urbanismo, de la pol¨ªtica habitacional que lleva a la gente a las lejan¨ªas habiendo tanto vac¨ªo urbano? ?Saben por qu¨¦? Por el extractivismo que levanta el valor del suelo urbano. El suelo urbano es central para cualquier pol¨ªtica de inclusi¨®n. Hay tanto vac¨ªo urbano donde se podr¨ªan hacer edificios colectivos, cooperativos, que no tengan la propiedad del edificio, que sea una cesi¨®n de uso, que sea del Estado. Y esto hay muchos ejemplos en el norte de Europa, en los momentos del buen estado de bienestar.
P. ?C¨®mo puede aportar la arquitectura y el urbanismo a las mujeres y a las personas que habitan al margen?
R. La arquitectura no puede resolver todo, ni el urbanismo, pero pueden aportar en incluir las voces de las mujeres en su diversidad; de los grupos LGTB+; de los migrantes, de las etnias; de las distintas edades. Las voces de los sujetos omitidos; la dimensi¨®n de lo cotidiano. La proximidad como un atributo urbano central. Poner en valor los servicios, los equipamientos. Lo colectivo por sobre lo individual. La microf¨ªsica del espacio. Lo que promueve la vida colectiva, la seguridad que se consigue con espacios vitales, iluminados, equipados, que demanden un poco mantenimiento por sobre la ciudad hostil de los pinchos para que los que viven en la calle no puedan sentarse. Hay que poner en valor la vida cotidiana; los bienes comunes, esos bienes que son tan escasos y cada vez menos comunes. Repensemos la arquitectura y el urbanismo en clave de inclusi¨®n social y de inclusi¨®n de g¨¦nero.
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