Las ciudades argentinas se al¨ªan con las empresas B en la b¨²squeda de un ¡°capitalismo m¨¢s humano¡±
Rosario alberga el Encuentro Nacional del Movimiento Global B, donde el sector privado pide ser parte del cambio hacia un desarrollo sostenible
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¡°Ley de humedales ya¡±, ¡°Basta de quemarnos¡± se lee en pancartas colocadas a la entrada de Rosario, la tercera ciudad m¨¢s importante de Argentina. La degradaci¨®n ambiental se ha hecho muy visible aqu¨ª en los ¨²ltimos a?os debido a los incendios que arrasan las islas del r¨ªo Paran¨¢: el humo asfixia y provoca problemas respiratorios a sus habitantes. En ese contexto de emergencia clim¨¢tica, con la ciudadan¨ªa movilizada a favor de la protecci¨®n del ecosistema ribere?o, la ciudad busca transformar el paradigma de desarrollo y apostar por un modelo econ¨®mico m¨¢s sostenible y equitativo.
¡°De 40 a?os para abajo, la conciencia ambiental es fuert¨ªsima¡±, asegur¨® el alcalde de Rosario, Pablo Javkin, durante el Encuentro nacional del movimiento global B celebrado en la ciudad el pasado viernes y que reuni¨® a actores clave para acelerar las nuevas econom¨ªas en Argentina. La falta de reacci¨®n del Estado nacional ha llevado a las grandes ciudades a tomar la delantera. Mendoza fue la primera ciudad argentina en poner en marcha y acompa?ar iniciativas ciudadanas para promover cambios y Rosario busca ahora seguirle los pasos.
En esa transici¨®n, hay un pu?ado de empresas que pide tener un rol clave. A diferencia de la mayor¨ªa de negocios, no miden el ¨¦xito s¨®lo por la rentabilidad econ¨®mica, sino tambi¨¦n por la contribuci¨®n positiva a la sociedad y el medio ambiente. Estas compa?¨ªas quieren ser tenidas en cuenta como agentes de cambio y exigen a los gobiernos leyes que las reconozcan y las favorezcan.
En Latinoam¨¦rica, cerca de 900 firmas han recibido hasta la fecha la certificaci¨®n internacional de empresas B que se otorga por su desempe?o social y ambiental. De esas, un total de 192 est¨¢n en Argentina, seg¨²n los datos de Sistema B, una organizaci¨®n sin fines de lucro que brinda herramientas para transformar modelos de negocio tradicionales en negocios de triple impacto (los que generan valor econ¨®mico, social y ambiental), y crear otros de cero con esta filosof¨ªa.
¡°En Sistema B consideramos que las empresas pueden y deben ser agentes de cambio que gu¨ªen el camino hacia una econom¨ªa m¨¢s equitativa, inclusiva y regenerativa, y asegurar el desarrollo sustentable de las comunidades, al mismo tiempo que de sus propios negocios¡±, asegura la copresidenta de la organizaci¨®n, Cecilia Peluso.
¡°Buscamos ser un puente para que cada vez m¨¢s empresas se atrevan a transitar el camino hacia un capitalismo m¨¢s humano, justo y sustentable. Estamos convencidos de que eventualmente este ser¨¢ el ¨²nico camino posible para hacer negocios¡±, asegura.
¡°?Qu¨¦ sentido tiene una econom¨ªa que crece financieramente pero, por su misma naturaleza, aumenta la inequidad, acaba los recursos de la tierra y profundiza la exclusi¨®n de las personas?¡±, interpel¨® el empresario Pedro Friedrich a los participantes del Encuentro nacional del movimiento global B. Su compa?¨ªa, Tonka, creada en los a?os noventa, vir¨® hacia las energ¨ªas alternativas hace una d¨¦cada y hoy fabrica y comercializa generadores y bombas solares y estructuras para paneles.
Ley BIC
Una de las principales demandas realizadas desde el sector empresario es la aprobaci¨®n de la ley de sociedades de Beneficio e Inter¨¦s Colectivo (BIC), que brinda reconocimiento legal a las compa?¨ªas que integran la creaci¨®n de valor econ¨®mico, social y ambiental.
Pa¨ªses como Per¨², Ecuador y Colombia ya cuentan con una ley BIC, pero en Argentina ninguno de los tres proyectos presentados ante el Congreso ha tenido tratamiento parlamentario. Los propietarios de empresas de triple impacto consideran que con ese reconocimiento legal ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil acceder a compras preferenciales por parte de instituciones p¨²blicas u obtener facilidades crediticias.
Estos actores reclaman tambi¨¦n un cambio cultural. ¡°Es dif¨ªcil porque al cliente lo que le importa es el precio¡±, asegura Peluso, due?a de la empresa de servicios de limpieza Limpiolux. Otros factores ¡ªcomo el impacto de la compa?¨ªa en el medio ambiente, el trato a los trabajadores, la calidad del servicio o la transparencia¡ª quedan en segundo plano en un pa¨ªs como Argentina donde casi la mitad de la poblaci¨®n trabaja en el sector informal y es habitual que las empresas ofrezcan descuentos si no se hace factura. Las empresas B son por ahora gotas de agua en el vasto caudal del Paran¨¢, pero conf¨ªan en que ser¨¢n cada vez m¨¢s a medida que crezca la urgencia ambiental.
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