El fuego en el Delta del Paran¨¢ amenaza a los humedales, grandes mitigadores del cambio clim¨¢tico
Ganaderos han provocado incendios en 130.000 hect¨¢reas, seis veces la superficie de Buenos Aires. Organizaciones denuncian que esta pr¨¢ctica cuestiona la voluntad pol¨ªtica de proteger uno de los principales ecosistemas del pa¨ªs
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Ha pasado otra vez. El Delta del Paran¨¢, un territorio muy biodiverso que comprende la zona de Entre R¨ªos, Santa F¨¦ y el norte de Buenos Aires, Argentina, ha vuelto a arder como consecuencia de incendios provocados por ganaderos. Cada a?o, en enero y agosto, miles de hect¨¢reas se queman a conciencia para abrir espacio para el pastoreo del ganado, generando un sinf¨ªn de efectos negativos en el medio ambiente. Desde columnas de humo que se sienten a m¨¢s de 300 kil¨®metros de los focos e inundan el aire de part¨ªculas contaminantes hasta la muerte de especies y la destrucci¨®n de ecosistemas enteros. El que m¨¢s preocupa a los ambientalistas es el de los humedales, grandes esponjas naturales que absorben el agua tras las lluvias torrenciales, aminoran las ¨¦pocas de sequ¨ªa e incluso surten de agua potable a algunas localidades. Desde principios de a?o, van 130.000 hect¨¢reas afectadas, un equivalente a seis veces la superficie de la capital argentina.
Los incendios forestales en las islas del r¨ªo Paran¨¢ que se vienen registrando en el ¨²ltimo mes han calcinado ya m¨¢s de 10.000 hect¨¢reas, seg¨²n el Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario. Desde enero hasta esta semana, los expertos del Museo de Ciencias Naturales Antonio Scasso de San Nicol¨¢s registraron 9.232 focos de calor en la zona conocida como Piecas DP, que va desde la ciudad de Santa F¨¦ hasta Campana. Los identificados en las dos ¨²ltimas semanas representan casi un tercio del total.
En Rosario, la capital de la provincia de Santa F¨¦ y la ciudad m¨¢s afectada por la contaminaci¨®n en el aire, los vecinos se han echado a las calles a gritar ¡°basta ya¡±. Desde hace varios d¨ªas, se est¨¢n sucediendo multitudinarias manifestaciones para reclamar el ¡°cese de quemas intencionales¡± y el ¡°urgente tratamiento de una ley de humedales¡±. Una reivindicaci¨®n en la que la ONG Greenpeace lleva m¨¢s de una d¨¦cada trabajando. Leonel Mingo, l¨ªder de la campa?a de humedales en Latinoam¨¦rica de la organizaci¨®n, insiste: ¡°En Argentina no existe ninguna ley que proteja estos ecosistemas, que representan el 21% de nuestro territorio. Y este fen¨®meno no es nuevo, pasa todos los a?os, desde hace d¨¦cadas¡±. Para el activista, la norma deber¨ªa incluir tres puntos clave: un inventario de humedales, el cese de las actividades ganaderas hasta que se conozcan sus impactos sobre este ecosistema y que se contemplen los incendios como un delito penal. ¡°Es una atrocidad ambiental que estamos dejando pasar a?o a a?o¡±.
Aunque el escenario se repite cada seis meses, 2020 fue uno de los peores a?os. Las cifras difieren entre las oficiales y la de los grupos ambientalistas, pero se cree que rondaron los 500 kil¨®metros cuadrados. Fue el peor ejercicio despu¨¦s de 2008. Entonces, las hect¨¢reas calcinadas superaban las 70.000.
??En esta imagen satelital del 7 de agosto podemos observar las columnas de humo por ?incendios de los ¨²ltimos d¨ªas en el delta del Paran¨¢.
— SMN Argentina (@SMN_Argentina) August 9, 2022
??Se registr¨® reducci¨®n de visibilidad y olor a quemado en algunas ciudades, incluida Rosario y aleda?os. pic.twitter.com/9p88Lkk7KK
A pesar de que la demanda de una ley de humedales es cada vez m¨¢s fuerte, nunca encuentra respaldo. Seg¨²n Greenpeace, van m¨¢s de una veintena de proyectos de ley que acaban estancados o desestimados a mitad de camino. Mientras, las noches de enero y agosto se suelen te?ir de color rojo anaranjado y los niveles de toxicidad de las part¨ªculas que flotan en el aire quintuplican las que puede tolerar el cuerpo humano. Esta vez, el humo ha sido tan notorio que ha llegado a la capital. Buenos Aires est¨¢ a m¨¢s de 300 kil¨®metros del principal foco de los incendios, en Rosario, pero a poco m¨¢s de 20 kil¨®metros del final del delta del Paran¨¢, que es uno de sus pulmones verdes.
Fausto Galizzi es de Rosario y lleva tres a?os sufriendo los incendios por estas fechas: ¡°El olor a humo se siente desde que te levantas. Se mete en la casa y te pica la garganta. Estamos justo enfrente del humedal. Y entre Rosario y Entre R¨ªos, hay una ruta que pasa por 50 kil¨®metros de humedal y el fuego estaba casi sobre la carretera¡±, afirma. Este vecino de 32 a?os se ha manifestado para exigir que los Gobiernos ¡°encuentren la soluci¨®n¡±. Anal¨ªa Chumpitaz, vecina de la ciudad, a?ade: ¡°Todos los d¨ªas amanecemos con cenizas en nuestros patios y con el humo en nuestros pulmones. Y no es solo eso, es la muerte de miles de animales y plantas debido a la ambici¨®n de los ganaderos, los negocios inmobiliarios y la connivencia pol¨ªtica¡±. Miguel C¨¢naves, director de Gobierno Abierto de Rosario, tambi¨¦n coincide en que el problema es la inacci¨®n del ministerio y de la provincia de Entre R¨ªos: ¡°Venimos reclamando desde 2020 medidas concretas para perseguir a quienes queman. Desde la pandemia, estas pr¨¢cticas se repiten semana tras semana¡±.
Seg¨²n medios locales, se ha detenido ya a cuatro sospechosos que pudieron haber sido los causantes de algunos de los focos. Sergio Federovisky, viceministro de Ambiente, ha acusado a la Justicia en una radio nacional de ¡°no cumplir con sus funciones¡±, provocando que ¡°los culpables de los incendios crean que tienen impunidad¡± ante sus delitos. ¡°Indefectiblemente prender fuego en estas condiciones clim¨¢ticas tan adversas, con una sequ¨ªa que lleva cuatro a?os y la fuerte bajante del r¨ªo Paran¨¢, es criminal. Quien prende fuego en estas condiciones no puede desconocer en qu¨¦ contexto lo est¨¢ haciendo¡±, declar¨® en otra cadena.
El contexto es alarmante. El impacto de la Ni?a, las sequ¨ªas extraordinarias en varias regiones del pa¨ªs y el fuerte descenso del nivel de los r¨ªos hacen que los fuegos devoren ecosistemas ya endebles y deteriorados. Fernando Mi?arro, director de Conservaci¨®n de la Fundaci¨®n Vida Silvestre en Argentina, lamenta la p¨¦rdida de fauna. ¡°Los invertebrados y los reptiles, que tienen menos capacidad de movimiento, aparecen calcinados despu¨¦s de cada temporada de incendios¡±, explica por tel¨¦fono. ¡°Hacen falta pol¨ªticas de ordenamiento territorial de fondo que definan d¨®nde, c¨®mo y cu¨¢ndo llevar a cabo las actividades de ganader¨ªa. Cambiar las pr¨¢cticas productivas tiene que ver con tener una norma¡±, a?ade.
El Delta del Paran¨¢ alberga unas 700 especies de vegetales y 543 especies de vertebrados y su gran riqueza en aves, con 260 especies, representa el 31% de la avifauna de Argentina. Los expertos sostienen que la degradaci¨®n de estos espacios es similar a retirarle las venas al cuerpo humano y pretender que sobreviva.
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