Cursos de gastronom¨ªa gratis en M¨¦xico: as¨ª se cocinan oportunidades
Gastromotiva es una asociaci¨®n que imparte talleres de auxiliar de cocina a j¨®venes en situaci¨®n de vulnerabilidad
EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Am¨¦rica Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
A simple vista esta podr¨ªa ser una cocina como cualquier otra de un lujoso restaurante de la Ciudad de M¨¦xico: cocineros y cocineras que preparan platillos, mezclan ingredientes, los ah¨²man, emplatan. Se ven las muestras de lo que servir¨¢n a los comensales: crostini de habas y pecorino, bacalao a la provenzal, spring roll ahumado, fresas con mascarpone¡ Pero no, esta es una cocina diferente, una que cambia vidas. En la calle Rep¨²blica de Per¨², en el centro de la Ciudad de M¨¦xico, hay un espacio que busca transformar a trav¨¦s de la gastronom¨ªa la vida de j¨®venes que se encuentran en situaci¨®n de vulnerabilidad mediante cursos gratuitos y abrirles acceso a mejores oportunidades laborales.
Ah¨ª, en medio del traj¨ªn donde preparan la cena de fin de a?o para agradecer a quienes han apoyado a Gastromotiva, est¨¢ Janet Soto, de 41 a?os, quien fue alumna de la primera generaci¨®n del curso de auxiliar de cocina. Soto descubri¨® su gusto por la cocina desde ni?a. Ten¨ªa nueve a?os cuando su mam¨¢ le dejaba indicaciones escritas de lo que deb¨ªa preparar mientras ella sal¨ªa a trabajar. ¡°Mi gu¨ªa era el sabor de mi mam¨¢, lo probaba y si no sab¨ªa como el que siempre hac¨ªa mi mam¨¢, empezaba a idear qu¨¦ le hac¨ªa falta¡±, dice.
Al otro lado de la cocina est¨¢ Marat Aguilera, de 34 a?os, tambi¨¦n exalumno y ahora maestro del lugar donde una vez fue aprendiz. Tanto Soto como Aguilera ense?an. Los alumnos y alumnas les consultan, explican sus procedimientos de preparaci¨®n de los alimentos y les buscan la cara para tener su aprobaci¨®n. Estas son sus nuevas vidas, las que Gastromotiva, coinciden ambos, ayud¨® a construir.
Soto se fue de la casa de sus padres con su novio a los 17 a?os. ¡°A los 18 a?os me embarac¨¦ y comenc¨¦ una vida de mam¨¢, de ama de casa¡±, cuenta. A?os despu¨¦s, cuando su hija ten¨ªa nueve a?os y su hijo dos, su pareja la abandon¨®. ¡°Se fue y entonces mi vida cambi¨® radicalmente. Yo solo era ama de casa, ¨¦l era el proveedor econ¨®mico. Al no estar, era un caos emocional y econ¨®mico para mis hijos y para m¨ª. Unos a?os de depresi¨®n, de situaciones econ¨®micas complicadas¡±, asegura. Hubo un tiempo, incluso, que no ten¨ªa qu¨¦ darle de comer a sus hijos.
Durante esos a?os, Soto siente que hab¨ªa perdido esa conexi¨®n con la cocina hasta que entr¨® a preparar comida en comedores comunitarios y luego fue seleccionada para el curso de Gastromotiva. ¡°Hasta la mitad del curso yo iba temerosa, sin una idea ni un prop¨®sito de qu¨¦ era lo que iba a obtener. En el proyecto no solo te dan clases de cocina, t¨¦cnicas de bases culinarias, trabajan contigo todo, desde la autoestima, la confianza en ti¡±, dice. Y fue ah¨ª cuando sinti¨® que algo en ella hab¨ªa despertado. ¡°Me di cuenta de que cuando yo cocino aunque est¨¦ triste, cuando menos cuenta me doy ya estoy tranquila, ya me siento feliz y mis malos momentos ah¨ª se me pasan¡±. Supo que para ella cocinar es una manera de amar y de transmitir.
¡°Me hicieron cambiar mi mentalidad y mi sentir respecto a mi vida, fue cuando me di cuenta que s¨ª, yo era una mujer capaz de cocinar rico, que no necesitaba irme todo el d¨ªa todos los d¨ªas a trabajar para tener dinero y poder darle una buena calidad de vida a mis hijos¡±, asegura. Soto ha trabajado en varios restaurantes, estuvo durante cinco a?os en La Docena, un reconocido restaurante especializado en mariscos de la capital mexicana. Hoy, trabaja por cuenta propia, prepara platillos por encargo.
El fundador de Gastromotiva, David Hertz comenz¨® con esta idea en su casa en Brasil en 2004, con cinco personas m¨¢s. ¡°Quer¨ªa democratizar la educaci¨®n profesional para quien tiene muchas ganas, pero no tiene la oportunidad. Para m¨ª la desigualdad social es una falta de oportunidad de educaci¨®n¡±, afirma.
La historia de Marat Aguilera, uno de los m¨¢s de 500 estudiantes que han pasado por estos cursos, lo representa bien. Desde ni?o cuenta que desarroll¨® un gusto por la gastronom¨ªa cuando iba con su familia materna a San Pedro Atocpan, donde se dedican a la producci¨®n de mole al sur de la Ciudad de M¨¦xico. ¡°Es una de mis experiencias fundamentales para acercarme a la cocina¡±.
Desde joven quiso estudiar gastronom¨ªa, pero ¡°la carrera era car¨ªsima, incosteable para mi familia¡±. As¨ª que empez¨® a trabajar desde los 19 a?os preparando alimentos en cafeter¨ªas hasta llegar a ser subchef en un restaurante.
Cuando lleg¨® a Gastromotiva, Aguilera estaba pasando por un momento complicado. Cuenta que le achacaron un robo en un transporte p¨²blico que no cometi¨® y por ello pas¨® tres meses en la c¨¢rcel. ¡°Yo sal¨ª absuelto, pero aun as¨ª el proceso fue muy traum¨¢tico y muy complicado en mi vida. Perd¨ª mi trabajo, fue muy dif¨ªcil encontrar trabajo en todos estos lugares que te piden no tener antecedentes. No quer¨ªa ni salir a la calle, ten¨ªa miedo de salir. Esto fue como un a?o, entr¨¦ a terapia, no encontraba un trabajo estable, fue muy dif¨ªcil¡±, relata.
Pero en Gastromotiva, dice, encontr¨® a una familia, un espacio donde compartir, expresarse y sentirse escuchado. ¡°El trato siempre fue digno y entendiendo una situaci¨®n compleja¡±, asegura. Aguilera ahora es emprendedor. Tiene una pizzer¨ªa que se llama Canario Negro, al norte de la ciudad. Da empleo a otros y siempre busca practicar lo que aprendi¨®: no desperdiciar, la trazabilidad y sustentabilidad de los alimentos.
¡°La idea es que no todos salgan de ac¨¢ cocineros, la idea es que salgan de ac¨¢ buscando lo que hacen mejor. Pueden ser meseros, trabajar en la administraci¨®n de un lugar, pueden trabajar en otra ¨¢rea, pero la comida ayud¨® a que despertara su autonom¨ªa, su autoestima¡±, dice Hertz. Al final, lo que quieren es que cada estudiante pueda encontrarse a s¨ª mismo a trav¨¦s de la cocina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.