La maestra que empez¨® yoga por su salud y encontr¨® una soluci¨®n para el bullying en las escuelas
Al implementar el yoga en sus clases, la argentina Mar¨ªa Celeste Rodr¨ªguez consigui¨® reducir los conflictos y mejorar el rendimiento de sus alumnos. La pr¨¢ctica se ha extendido a colegios de toda su ciudad
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Esta es la historia de una mujer que gener¨® un cambio en su vida. Como pensaba que esa transformaci¨®n pod¨ªa servirle a otros, la propuso en el aula donde daba clases, a sus colegas, luego en la escuela y, finalmente, en su ciudad. La docente se llama Mar¨ªa Celeste Rodr¨ªguez y da clases en la escuela p¨²blica Carlos Pellegrini de Federaci¨®n, una ciudad de 16.000 habitantes al noreste de la provincia de Entre R¨ªos, en el litoral argentino.
Luego de sufrir una trombosis venosa profunda en una de sus piernas, Rodr¨ªguez comenz¨® a practicar yoga para mejorar la circulaci¨®n sangu¨ªnea. Lo que comenz¨® como una recomendaci¨®n m¨¦dica termin¨® siendo el primer paso para un camino de autoconocimiento. ¡°Empec¨¦ a mirar adentro m¨ªo lo que antes miraba afuera. Cuando comenc¨¦ a sentir todo ese despertar en m¨ª, quise llevarlo a mis estudiantes¡±, dijo la docente.
Rodr¨ªguez present¨® un proyecto en su lugar de trabajo para incorporar algunas t¨¦cnicas del yoga en el primer grado. As¨ª fue como naci¨® El Rinc¨®n de la Paz. Los chicos fueron aportando algunas mantas para acostarse, almohadones y otros objetos que vinculaban con una sensaci¨®n de serenidad.
¡°Comenc¨¦ trabajando con mis alumnos de ese momento, que ten¨ªan seis a?os. Ante una situaci¨®n de conflicto en el aula o ante una emoci¨®n que no pod¨ªamos controlar, ten¨ªamos a disposici¨®n el Rinc¨®n de la Paz. Nadie los mandaba. Ellos ten¨ªan esa opci¨®n cuando necesitaban un momento de tranquilidad o de reflexi¨®n¡±, explica.
Antes de llegar a ese peque?o espacio, los chicos aprendieron a sentarse en ronda en el piso o en la mesa, algo desafiante para cierta mirada r¨ªgida de la educaci¨®n. Comenzaron a identificar las emociones, validarlas y poder contarlas. Un d¨ªa, incluso, los propios chicos mandaron a su ¡°profe¡± al rinc¨®n.
¡°Al d¨ªa siguiente de la muerte de mi abuelo, fui a trabajar como siempre y les cont¨¦ a los chicos que estaba triste por eso. Todos se pararon sin decirme nada y me llevaron a nuestro sitio. Fue algo hermoso porque les reson¨® a ellos que yo lo necesitaba¡±, recuerda.
Los padres de los chicos y sus compa?eros docentes comenzaron a valorar el trabajo de Celeste. Su idea se fue expandiendo: salt¨® del peque?o espacio del aula al recreo de una escuela con casi 700 alumnos. ¡°Luego naci¨® Yoga en el Recreo, con una peque?a instancia de meditaci¨®n y asanas (posturas de yoga). Los chicos, incluso los de m¨¢s edad, respondieron fant¨¢sticamente a las herramientas¡±, dice la maestra.
Tambi¨¦n hicieron un trabajo ¡°de amorosidad¡±, seg¨²n Rodr¨ªguez. Los chicos m¨¢s peque?os repartieron algunos papelitos con sus compa?eros mayores, con mensajes que dec¨ªan: ¡°Sos lindo¡±. ¡°Te quiero¡±. ¡°Me gusta tu sonrisa¡±.
¡°Tratamos que los chicos tengan el espacio para resolver los conflictos sin la intervenci¨®n siempre presente del docente, que puede condicionarlos. Uno como educador tiene que atreverse a generar proyectos que trasciendan los l¨ªmites impuestos por las disciplinas escolares. Si el ni?o vive, siente y piensa, debemos apuntar a una ense?anza centrada en el di¨¢logo. En este camino tuve m¨¢s ¡®no¡¯ que ¡®s¨ª¡¯. Sin embargo, decid¨ª seguir¡±.
De un aula a una ciudad entera
En 2018, Rodr¨ªguez fue elegida ¡°Maestra Ilustre¡± de Federaci¨®n, a ra¨ªz de la iniciativa; se trata de un premio que se otorga a s¨®lo un docente de cada uno de los 17 departamentos que tiene la provincia. ¡°El yoga mejora el rendimiento escolar del ni?o, ayuda a controlar el nerviosismo, reduce la agresividad, desarrolla la capacidad de atenci¨®n y concentraci¨®n e incrementa la capacidad de la memoria, adem¨¢s de fortalecer la autoestima¡±, dec¨ªa el documento que su escuela mand¨® al Ministerio de Educaci¨®n de la provincia para justificar su candidatura.
¡°El yoga impacta directamente en la convivencia de los chicos con sus compa?eros, dentro del aula y en los recreos. La actividad se institucionaliz¨® y se hizo extensiva a otros grupos de alumnos. Adem¨¢s de los recreos, Celeste comenz¨® a ir a otros grados para implementar el yoga en clases especiales, como educaci¨®n f¨ªsica¡±, dijo Mariana Grigolatto, directora suplente de la Escuela Carlos Pellegrini.
El acoso escolar ¡°merm¨® notablemente¡±, agrega Grigolatto, a partir de la implementaci¨®n de las t¨¦cnicas de yoga en su escuela. ¡°Hubo episodios y algunas peleas como en otras escuelas. Ahora, a ra¨ªz del yoga y del trabajo que hacemos sobre la convivencia pac¨ªfica, no tenemos problemas de bullying ni agresividad entre los chicos. Adem¨¢s, mejor¨® el rendimiento, principalmente en la lectura y en la concentraci¨®n¡±.
Gisela Stivanello, madre de una nena de 12 a?os que va a la Escuela Pellegrini, cont¨® c¨®mo solucionaron un conflicto en el aula. ¡°Ella es tan inteligente como t¨ªmida; le cuesta conectar, relacionarse y compartir con los dem¨¢s. En la escuela, sufri¨® un conflicto con una compa?era en particular. Al principio pens¨¢s que son cosas de nenes, pero pueden terminar en casos de bullying¡±, dice.
El tema lleg¨® a la sala de profesores, que busc¨® una soluci¨®n. ¡°Se habl¨® del tema en el aula, sin dar nombres. A mi hija le toc¨® una actividad de yoga con la nena del conflicto. El trabajo consist¨ªa en vendarse los ojos, tocarle la cara al compa?ero y, en funci¨®n de eso, adivinar qui¨¦n era. A partir de esa y de otras tareas, hubo un cambio de actitud. Y esa chica comenz¨® a hablar con mi hija y a intercambiar alguna actividad con ella¡±.
Celeste Rodr¨ªguez hoy es profesora de yoga, adem¨¢s de docente de escuela primaria. Da talleres de capacitaci¨®n a colegas que quieren implementar las t¨¦cnicas en sus aulas. ¡°Algo que no es sencillo porque los docentes deben, en primer lugar, animarse a hacer un trabajo con ellos mismos¡±. Hace poco, la convocaron de un colegio secundario, que tiene un curso especialmente problem¨¢tico. La intervenci¨®n en adolescentes no es tarea sencilla. ¡°Est¨¢n m¨¢s firmes los condicionamientos sociales, el enojo, el orgullo, los celos, la envidia¡ Cuesta m¨¢s pedir perd¨®n. No sucede enseguida como en los ni?os. Hablamos del problema de la reacci¨®n y de c¨®mo evitar los conflictos¡±.
El trabajo de Celeste cobra sentido al escuchar a una mam¨¢ que agradece su intervenci¨®n. O a la directora contar con orgullo del premio que gan¨® y del ¡°aporte beneficioso del yoga¡± para los ni?os. Ella habla con calma de cuestiones como el amor mutuo y el reconocimiento de un otro. ¡°El bullying se puede evitar si entendemos que todos somos importantes. Y que nadie puede sobrevivir sin ser cuidado. Necesitamos, cada vez m¨¢s, una convivencia sana. ?Sab¨¦s por qu¨¦? Porque yo vivo con vos y vos viv¨ªs conmigo. Intento llevar ese mensaje no s¨®lo en palabras sino en acciones¡±.
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