¡°Fue como huir de la muerte¡±: la argentina que se hizo abogada para luchar contra los agrot¨®xicos
Sabrina Ortiz estudi¨® derecho tras perder un embarazo que achaca a los qu¨ªmicos usados en las fumigaciones de los campos de soja cercanos a su casa. Y se puso al frente de una lucha legal contra una pr¨¢ctica que, dice, ha enfermado a su familia
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Sabrina Ortiz tiene 38 a?os y hace m¨¢s de una d¨¦cada encarna la lucha contra los agrot¨®xicos en Pergamino, una ciudad a 222 kil¨®metros de Buenos Aires, cuna de los agronegocios, donde se acumulan denuncias por fumigaciones con plaguicidas nocivos para la vida humana. En 2020, tras largas investigaciones, denuncias deso¨ªdas, enfermedades y amenazas, la Justicia argentina prohibi¨® el uso de los qu¨ªmicos a menos de 3.000 metros de las zonas urbanas de ese distrito y puso el foco sobre productores rurales y funcionarios por contaminaci¨®n ambiental y envenenamiento.
Una calle angosta de tierra separa la vivienda del barrio Villa Alicia, en la que Sabrina viv¨ªa junto a su marido y sus hijos, de los campos de soja que entre dos y cuatro veces por a?o eran fumigados con agroqu¨ªmicos. Cada vez que eso suced¨ªa, el olor a veneno invad¨ªa toda la zona y respirar era imposible. D¨ªas m¨¢s tarde, aparec¨ªan los s¨ªntomas en su familia y sus vecinos: brotes, desprendimientos de piel, inflamaci¨®n en la garganta, n¨¢useas... La mujer acumulaba reclamos y denuncias en el municipio, que eran descartados o ni siquiera se recib¨ªan. En 2011, luego de una fumigaci¨®n a¨¦rea, sufri¨® una grave intoxicaci¨®n y perdi¨® un embarazo.
All¨ª comenz¨® otra lucha. Sin obtener respuesta de m¨¦dicos ni abogados, Ortiz decidi¨® estudiar Derecho para impulsar ella misma las denuncias. ¡°Todos respond¨ªan a los intereses del agronegocio, nunca me acompa?aron. Los m¨¦dicos dec¨ªan que eran alergias, pero muchos son productores y comercializan los qu¨ªmicos, otros tienen miedo a represalias¡±, relata a Am¨¦rica Futura.
En paralelo, comenz¨® a juntar firmas y a reunirse con vecinas de otros barrios que atravesaban problemas similares. En una zona, por ejemplo, hay m¨¢s de 30 personas enfermas de c¨¢ncer. Entonces, se conform¨® una asamblea que impuls¨® una ordenanza para regular las fumigaciones. La norma, sancionada en 2014, prohibi¨® fumigar en los primeros cien metros cercanos al ejido urbano y estableci¨® otros 500 metros donde se podr¨ªan aplicar solo los productos menos nocivos.
Sin embargo, los controles fueron escasos: la reglamentaci¨®n no se cumpl¨ªa, las fumigaciones con agroqu¨ªmicos como el glifosato y Acetoclor, continuaban y las enfermedades se multiplicaban. Ortiz se recibi¨® de abogada en 2017 y en 2018 radic¨® una denuncia an¨®nima en la Justicia federal, que recay¨® en el juzgado de San Nicol¨¢s. El juez a cargo, Carlos Villafuerte Ruzo, impuls¨® la investigaci¨®n y orden¨® pericias y restricciones para aplicar plaguicidas. Fue la primera vez que se sinti¨® escuchada.
Salir de ¡°la l¨ªnea de fuego¡±
Para ese entonces, los hijos de Sabrina, Fiama y Ciro, ya sufr¨ªan m¨²ltiples enfermedades respiratorias y en las articulaciones. ¡°Les hac¨ªan estudios y no descubr¨ªan el origen, hasta que finalmente hicieron an¨¢lisis de agrot¨®xicos que indicaron que ¨¦l ten¨ªa 120 veces m¨¢s de lo que puede tolerar el cuerpo humano y ella, cien¡±, recuerda Ortiz. Ambos recibieron tratamientos de quimioterapia. ¡°Yo tuve dos ACV ¡ªaccidentes cerebrovasculares¡ª, los estudios comprobaron que tengo sustancias neurot¨®xicas en el cuerpo¡±, describe. ¡°Toda la familia ten¨ªa da?o gen¨¦tico¡±, a?ade. Esto implica que los qu¨ªmicos que respir¨® e ingiri¨® a trav¨¦s del agua contaminaada da?aron el cromosoma que contiene el ADN.
Un d¨ªa, su m¨¦dica le dio un ultim¨¢tum: ¡°Ten¨¦s que salir de la l¨ªnea de fuego¡±. Sabrina y su familia deb¨ªan irse del barrio, la salud de sus hijos se apagaba. ¡°Una noche de lluvia, mientras fumigaban, cargamos unas pocas cosas y nos fuimos. Ciro miraba para atr¨¢s llorando porque dejaba sus juguetes, fue como huir de la muerte¡±, recuerda.
En 2019, el juez Villafuerte Ruzo prohibi¨® las pulverizaciones y orden¨® que las fumigaciones terrestres se realicen a partir de los 1.095 metros del ejido urbano, y las a¨¦reas, a 3.000 metros. Las cifras se desprenden de una investigaci¨®n del GEMA, el Grupo Gen¨¦tica y Mutag¨¦nesis Ambiental de la Universidad Nacional de R¨ªo Cuarto (C¨®rdoba), que determin¨® que a partir de esa distancia se reduc¨ªa el riesgo de contaminaci¨®n.
Adem¨¢s, el juez proces¨® a tres productores, Fernando Cortese, Mario Roces y V¨ªctor Tirib¨®, por contaminaci¨®n ambiental de un modo peligroso para la salud, un delito que en Argentina prev¨¦ penas de tres a diez a?os de prisi¨®n. Esa causa ya se encuentra elevada a juicio oral. Seg¨²n Ortiz, horas despu¨¦s de un allanamiento en sus campos, Roces dispar¨® contra su vivienda, mientras que la hija de ¨¦ste fue a la casa de sus padres para amenazarla, un caso por el que tambi¨¦n entabl¨® una demanda. ¡°Les dijo que me iban a encontrar muerta en una zanja¡±, recuerda. La familia acusada no ha respondido a las solicitudes de comentarios por parte de Am¨¦rica Futura.
Cambios de ADN que pueden desencadenar c¨¢ncer
Delia Aiassa es genetista investigadora del grupo de GEMA. En su laboratorio privado analiz¨® las muestras de sangre de la familia de Sabrina Ortiz que probaron los elevados niveles de contaminaci¨®n. ¡°Hay muchos qu¨ªmicos que pueden romper el material gen¨¦tico¡±, detalla Aiassa en declaraciones a Am¨¦rica Futura. ¡°El organismo repara el da?o como mecanismo de defensa, pero si se mantiene en el tiempo, lo m¨¢s probable es que llegue un punto donde no pueda repararlo, las c¨¦lulas se da?en de forma permanente y se produzcan cambios en el ADN. Eso puede desencadenar alg¨²n tipo de c¨¢ncer¡±, explica.
La investigaci¨®n sum¨® un informe del Instituto Nacional de Tecnolog¨ªa Agropecuaria (INTA) que advirti¨® que las muestras de agua de tres barrios de Pergamino no eran aptas para el consumo humano. El estudio utiliz¨® como referencia c¨®digos sobre concentraciones de plaguicidas que admite la Uni¨®n Europea, ya que el 90% de los productos regulados por el C¨®digo Alimentario de Argentina no se utilizan en la actividad productiva. Adem¨¢s de glifosato, la prohibici¨®n alcanza a otros plaguicidas, herbicidas, insecticidas, fungicidas y productos fitosanitarios, como Triticonazol, Metolaclor, Clorpirifos, Imidacloprid y 2.4D.
El municipio de Pergamino apel¨® el fallo y solicit¨® anular los l¨ªmites para fumigar, aunque en 2020 una resoluci¨®n de la C¨¢mara Federal de Apelaciones de Rosario confirm¨® las medidas con el objetivo de preservar la salud humana. Ahora se espera que la Corte Suprema de Justicia dicte una sentencia definitiva. La Justicia orden¨® al Gobierno local repartir agua potable en los barrios afectados, Villa Alicia, La Guarida y Luar Kayad. Tras varias negativas, las autoridades aceptaron impulsar la compra.
El intendente de Pergamino, Javier Mart¨ªnez, en el poder desde hace casi ocho a?os, tacha de falsos los informes que prueban la contaminaci¨®n. Por el contrario, cita un estudio de la Autoridad del Agua de la provincia de Buenos Aires que indica que el agua era apta para el consumo humano. ¡°Ninguno de los valores determinados superaba los l¨ªmites permitidos¡±, le dijo a Am¨¦rica Futura. ¡°Nuestra Secretar¨ªa de Salud no comprob¨® que en esa zona haya aplicaciones de fungicidas o alg¨²n agroqu¨ªmico m¨¢s fuerte que tenga alguna incidencia en enfermedades mayor que en otras zonas del mundo¡±.
Mart¨ªnez quita peso al hecho de que dos exsecretarios de Ambiente Rural de su gesti¨®n est¨¦n siendo investigados por la Justicia por la falta de controles sobre los campos. ¡°Nosotros no creemos que haya existido incumplimiento de los deberes de funcionario p¨²blico. Hubo una exigencia sobre Pergamino que no existi¨® en otras ciudades¡±, argument¨® el intendente que cree que el caso ¡°va a quedar en nada¡±.
Por su parte, la agr¨®noma Virginia Aparicio le indic¨® a Am¨¦rica Futura que los informes del municipio se llevaron a cabo sin tomar como referencia los qu¨ªmicos que se utilizan en la actualidad, e insisti¨® en que se debe reducir el uso de plaguicidas: ¡°Hay herramientas, se pueden utilizar nuevas tecnolog¨ªas. El inter¨¦s m¨¢s importante deber¨ªa ser la salud humana¡±, dice. Para Aiassa, habr¨ªa que avanzar en modelos productivos similares a los que aplicaron pa¨ªses europeos de reducci¨®n de agroqu¨ªmicos y que ¡°no utilicen una cantidad exorbitante de sustancias t¨®xicas¡±.
A m¨¢s de una d¨¦cada del comienzo de su lucha, Ortiz sigue lamentando la falta de humanidad de las autoridades municipales. ¡°Nunca nadie se acerc¨® a ofrecer ayuda, sent¨ª que mi vida y la de mis hijos val¨ªa menos que nada¡±, dice. La abogada ahora espera que la Corte Suprema de Justicia mantenga la prohibici¨®n de fumigar. ¡°Hay pruebas de sobra, espero que falle a favor de la vida y la salud, no de las corporaciones¡±, apunta esperanzada. ¡°Este modelo arrebat¨® la vida de muchas personas. Me pude haber muerto en dos ocasiones, tengo dos manchas en la cabeza y a veces tengo temblores, pero estoy en este plano para algo¡±.
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