Hacinados en alta mar por semanas: as¨ª funciona la controvertida exportaci¨®n de ganado vivo
Un barco procedente de Brasil con 19.000 bueyes repleto de heces y orina infest¨® Ciudad del Cabo y reabri¨® el debate sobre una pr¨¢ctica que el a?o pasado movi¨® casi 500 millones de d¨®lares en ese pa¨ªs
EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Am¨¦rica Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
Brasil es el mayor exportador de carne del mundo. Lo que muchos no saben es que esa carne llega a varios rincones del mundo en forma de animales todav¨ªa vivos. Decenas de miles de bueyes, sobre todo, parten cada a?o desde los puertos de Brasil y pasan semanas hacinados en alta mar antes de ser abatidos. La mayor¨ªa desembarcan en pa¨ªses de Oriente Medio, que quieren el ganado vivo para asegurarse de que se siga el rito halal, que exige que el animal est¨¦ orientado hacia la Meca y sea sacrificado por un musulm¨¢n, con un corte de cuchillo en la garganta. En febrero, uno de esos barcos sali¨® del sur de Brasil e hizo una parada para repostar en Ciudad del Cabo. La ciudad sudafricana se llen¨® r¨¢pidamente de un fuerte hedor que llam¨® la atenci¨®n de sus habitantes. La alcald¨ªa detect¨® que el origen estaba en el puerto. Una ONG local consigui¨® un permiso judicial para entrar en la embarcaci¨®n y verific¨® el deplorable estado en que se encontraban 19.000 bueyes, sobre todo por los niveles de suciedad. Veterinarios de la organizaci¨®n tuvieron que someter a ocho animales a eutanasia, mientras que otros fueron encontrados muertos. El 20 de febrero, el barco parti¨® rumbo a Irak, tal como estaba previsto, despu¨¦s de reabrir un viejo debate sobre la continuidad de esta pr¨¢ctica comercial.
La directora jur¨ªdica del F¨®rum Nacional de Defensa y Protecci¨®n Animal de Brasil, Ana Paula Vasconcelos, asegura por tel¨¦fono que el incidente del barco retrata lo que supone la exportaci¨®n de animales vivos. ¡°Era una escena de horror por la acumulaci¨®n extrema de heces y orina. Los animales estaban encima de sus propios excrementos, con animales muertos, enfermos y heridos (¡) es una actividad que tiene que parar inmediatamente porque es nociva para todo el mundo y adem¨¢s no se justifica ni siquiera financieramente¡±.
Brasil exporta ganado vivo desde hace m¨¢s de 20 a?os. La ley determina que, antes de empezar el viaje, los animales pasen al menos una semana en un recinto en el que se verifica su estado de salud y se realizan pruebas y controles veterinarios. Tambi¨¦n exige que, para el transporte terrestre, los animales no pasen m¨¢s de 12 horas en un cami¨®n, y en el caso de viajes en avi¨®n, que puedan estar de pie y con un m¨ªnimo de diez cent¨ªmetros sobre sus cabezas. En cambio, no se establecen requisitos espec¨ªficos para las traves¨ªas en barco, el tama?o de los corrales o el tiempo de duraci¨®n del viaje. Normalmente son varias semanas. Los activistas aseguran que la mayor¨ªa de los barcos son muy antiguos y no cumplen los requisitos m¨ªnimos de seguridad para los animales. La Confederaci¨®n de la Agricultura y Ganader¨ªa de Brasil (CNA), que agrupa a las principales empresas del sector, declin¨® participar en este reportaje.
Brasil es uno de los mayores productores de carne del mundo y el segundo mayor exportador de bovinos vivos, s¨®lo superado por Australia. El a?o pasado, export¨® animales por valor de 488 millones de d¨®lares, unas 198.000 toneladas. Es un aumento del 154% en comparaci¨®n con 2022. M¨¢s de la mitad de esos bueyes acabaron en Turqu¨ªa. Los otros pa¨ªses que m¨¢s importaron fueron Irak, L¨ªbano, Egipto y Jordania, seg¨²n informaciones del Ministerio de Agricultura y Ganader¨ªa, que asegura que se est¨¢ trabajando para ampliar los mercados compradores.
Mientras tanto, los activistas brasile?os est¨¢n dando la batalla desde hace tiempo para acabar con esta pr¨¢ctica. El a?o pasado, consiguieron que la Justicia la prohibiera, pero se trataba de una decisi¨®n provisional que no entrar¨¢ en vigor hasta que se pronuncie una corte de apelaci¨®n. El juez ped¨ªa en su sentencia que, ya que Brasil tiene la ¡°verg¨¹enza eterna¡± de ser el ¨²ltimo pa¨ªs de Am¨¦rica en abolir la esclavitud, que al menos no sea el ¨²ltimo en ¡°respetar efectivamente los derechos de los animales no humanos¡±. En paralelo, crecen las presiones para que se legisle sobre el tema. Ya existe un proyecto de ley prohibiendo el transporte de animales vivos, pero a¨²n no se ha votado, y el parlamento brasile?o, con una fuerte presencia de congresistas con intereses en el poderoso sector agropecuario, no ofrece un escenario muy halag¨¹e?o.
El debate reaparece cada vez que hay alg¨²n incidente. En los ¨²ltimos a?os, hubo al menos otros dos accidentes con ganado exportado vivo. En 2012, m¨¢s de 2.000 animales con destino a Egipto murieron asfixiados durante el viaje porque fall¨® el sistema de ventilaci¨®n del barco. En 2015, una embarcaci¨®n parti¨® del estado de Par¨¢, cerca del delta del Amazonas, rumbo a Venezuela. Llevaba a bordo 5.000 bueyes y 700 toneladas de petr¨®leo. Naufrag¨® muy cerca de la costa, dejando miles de cad¨¢veres bajo el agua, otros varados en las playas cercanas y un grav¨ªsimo problema ambiental.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.