Sin intermediarios y con ofertas en TikTok: el mercado de la nueva generaci¨®n de agricultores
Alrededor de 2.000 comerciantes venden en Cochabamba (Bolivia) sus productos directamente a los consumidores. ¡°Sabemos c¨®mo han vivido nuestros padres, pero no queremos estar en las mismas condiciones que ellos¡±, dice uno de los fundadores
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Los martes y jueves, alrededor de las 2 de la ma?ana, cientos de camiones comienzan a llegar al Mercado Integraci¨®n del Sur. Cada uno de estos veh¨ªculos de carga pesada, con una capacidad de cuatro toneladas, es descargado y la oscuridad de la noche comienza a colorearse por lo que las cajas de madera que transportan contienen: los verdes y rojos brillantes de los morrones y los tomates; los ros¨¢ceos y marrones de la papa cubierta de tierra y los morados, naranjas y amarillos de la uva, el durazno y la manzana. Es la paleta de colores de los productos que han viajado cientos de kil¨®metros para llegar a su destino en la ciudad de Cochabamba, en el centro de Bolivia, salt¨¢ndose intermediarios y revendedores, con el objetivo de ofrecer la cosecha del productor al consumidor.
Desde hace casi dos a?os, este espacio de 5,5 hect¨¢reas, autogestionado por los productores agr¨ªcolas del sur de este departamento de la naci¨®n andina-amaz¨®nica, se ha convertido en una alternativa de comercio digno y reconocido para al menos 2.000 campesinos. Cada martes y jueves, cientos de ellos llegan desde diferentes zonas con cientos de variedades de frutas, verduras y tub¨¦rculos, como papa, oca o papaliza.
El mercado Integraci¨®n del Sur se conform¨® pensado como una alternativa para miles de productores que antes hac¨ªan llegar sus cosechas a la ciudad a otro espacio, ubicado en una zona perif¨¦rica y conocida como El Arco, uno de los puntos de venta m¨¢s importante de trabajadores agr¨ªcolas de esta regi¨®n. Sin embargo, por d¨¦cadas, en ¨¦l eran presa de los revendedores e intermediarios que impon¨ªan sus condiciones y precios sin valorar el sacrificio que para ellos representa producir, cosechar y llevar alimentos hasta las ciudades.
¡°Nosotros sabemos c¨®mo han vivido nuestros padres, pero no queremos estar en las mismas condiciones que ellos. Mand¨¢bamos la verdura y el minorista nos quer¨ªa pagar 25 o 20 pesos [un poco m¨¢s de 3 d¨®lares] por una caja que val¨ªa 60 [un poco m¨¢s de 8 d¨®lares]. Negociaban con el trabajo del pobre agricultor. Por eso yo puse el hombro, la fuerza y la voluntad de querer tener un mercado propio para mi gente. Ahora tenemos un terreno propio en el que podemos sentirnos felices de ser reconocidos por nuestra producci¨®n¡±, afirma Eduardo Nova, representante de los productores de la localidad de Saipina, a casi 300 kil¨®metros de distancia de donde se encuentra el mercado Integraci¨®n del Sur.
Negociaci¨®n conjunta del espacio y los precios
El abandono de El Arco y la autogesti¨®n de un mercado nuevo fue emblem¨¢tico. Seg¨²n especialistas, desde hace una d¨¦cada en la ciudad hay mercados campesinos, iniciativas que fueron pensadas para que los productores agr¨ªcolas puedan comercializar sus productos libremente, pero estos han sido ocupados en su totalidad por revendedores, quienes poco o nada favorecen a los productores. Seg¨²n Mariana Alem, que estudia las condiciones de los productores en Bolivia, de esta manera los agricultores se vuelven en una suerte de ¡°financiadores¡±, ya que los precios ¡°arbitrarios¡± muchas veces van en desmedro de su trabajo, es decir, los precios se mantienen muy bajos a costa de los productores.
Manuel Moreira Rocha, presidente de la Asociaci¨®n de productores, relata que cuando peregrinaban vendiendo por distintos lugares de la ciudad ¡ªdebido a la injerencia de los revendedores¡ª, eran v¨ªctimas de inseguridad, las inclemencias del tiempo por no tener un lugar con techo, adem¨¢s de aceptar condiciones injustas a la hora de realizar transacciones. Es por esta raz¨®n, seg¨²n cuenta, que el poder de negociaci¨®n en el precio es muy importante, porque trabajan con productos que se deterioran r¨¢pidamente y una gran mayor¨ªa de los agricultores debe regresar a cuidar sus parcelas. Adem¨¢s, muchas veces la ciudad no es tan amable con los camiones en los que traen sus productos, sobre todo si la venta congestiona rutas importantes en la ciudad.
Alem considera que este paso hacia adelante ¡°fue muy importante debido a la fuerza que genera no estar solo, ya que juntos pueden tener un espacio seguro y gran empoderamiento para negociar el precio que les corresponde¡±.
En Bolivia existen m¨¢s de 850.000 unidades productivas. M¨¢s de 700.000 de ellas son peque?os predios que articulan a m¨¢s de dos millones de agricultores familiares de origen campesino, ind¨ªgena originario e intercultural, cuya producci¨®n es diversificada y abastece a la canasta familiar, seg¨²n datos de la Coordinadora de Integraci¨®n de Organizaciones Econ¨®micas Campesinas Ind¨ªgenas Originarias.
El chef del Hotel Cochabamba, Miguel ?ngel Figueroa, cuenta que cuando estos productores dejaron de estar en El Arco, se dio a la tarea de buscarlos. Hoy contin¨²a siendo un buen cliente de esta feria popular, ya que le abastecen de todo lo que necesita y a veces en muy grandes cantidades. ¡°Tiene m¨¢s calidad comprar del productor al consumidor¡±, afirma, y enfatiza en la importancia de tener un contacto directo con los agricultores: ¡°No hay que perder la identidad y hay que apoyar a nuestros productores¡±.
En el mercado, un solo productor puede traer entre 300 a 400 cajas de tomates, alrededor de unas 15 toneladas de producto, pero al mismo tiempo hay otros que transportan menos para las personas que buscan hacer sus compras en menor cantidad. ¡°Si bien es una inversi¨®n de tiempo y dinero desplazarse hasta este lugar, se justifica por la calidad y variedad de los productos. Los precios son m¨¢s bajos que en el mercado campesino, por eso me gusta venir aqu¨ª¡±, afirma Mar¨ªa Perez, una ama de casa que se encuentra en busca de su despensa semanal.
En su apuesta por dar a conocer el espacio, los agricultores del Mercado Integraci¨®n del Sur est¨¢n activos en redes sociales como Facebook o, incluso, en TikTok, que la utilizan para dar a conocer las ofertas de la semana, productos de temporada y para que sus asociados tambi¨¦n puedan tener voz y contar sus historias, sobre el lugar de su procedencia y el tipo de trabajo agr¨ªcola que realizan. Uno de sus videos m¨¢s vistos, con m¨¢s de 45.000 reproducciones, tiene como protagonista a Rosa Castro, productora del municipio de Totora, quien en lengua quechua, da a conocer la papa y tub¨¦rculos que producen en su regi¨®n.
@integraciondelsurmercado Est¨¢s buscando verduras frescas venga a visitarnos a nuestro Mercado Integraci¨®n del sur #caseritoslovers??? #mercados #bolivia?? #cochabamba ? WARMISITAY by MilenaWarthon - MI LE NA WAR THON
El espacio que hoy ocupa el mercado es solo una peque?a parte, ya que tienen tres hect¨¢reas que a¨²n no han utilizado. Ahora est¨¢n proyectando construir una infraestructura que pueda albergar a m¨¢s asociados. Sin embargo, a pesar de la peque?a victoria de conseguir el espacio, la sequ¨ªa y las elevadas temperaturas que se han registrado el pasado a?o son un factor que preocupa a los agricultores. A pesar la zozobra, por parte de los Gobiernos locales y del Ejecutivo nacional solo obtienen apoyo simb¨®lico y promesas cuando acerca alg¨²n periodo electoral.
¡°Ser agricultor en Bolivia es un trabajo muy duro¡±, dice Moreira al mencionar el contrabando de productos agr¨ªcolas con los que no pueden competir por los precios bajos que los comercializan. De acuerdo con datos de la Aduana Nacional de Cochabamba, solo en dos operativos realizados en el pasado mes de abril, fueron decomisadas m¨¢s de 28 toneladas de harina y frutas de contrabando. El valor de toda la mercanc¨ªa superaba los 184.500 bolivianos o 25.000 d¨®lares. Seg¨²n la C¨¢mara Nacional de Industrias, la afectaci¨®n de este delito en el pa¨ªs en 2022 alcanz¨® un valor estimado de 3.331 millones de d¨®lares.
¡°El productor est¨¢ maltratado. Las fronteras se han abierto, el tomate y otras frutas y hortalizas entr¨¢ sin restricci¨®n del Per¨². Aqu¨ª el productor solo trabaja para el sustento diario y poder costear la educaci¨®n de sus hijos¡±, se queja Moreira. Pero eso no le quita la convicci¨®n de poder seguir persiguiendo y manteniendo un escenario ideal para los productores, uno que sea justo, sostenible y que no dependa de las promesas o favores condicionados a los pol¨ªticos de turno.
¡°Fuimos casa por casa para convencer a los productores. Hoy que todo ya est¨¢ hecho, mucha gente reci¨¦n quiere volverse socio, pero no tenemos espacio de momento. Es un sue?o que nuestros padres no pudieron cumplir y estamos felices¡±, concluye Moreira.
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