Expulsados por el mar: los primeros refugiados clim¨¢ticos reubicados de Am¨¦rica Latina
Am¨¦rica Futura acompa?a a algunas de las 300 familias del archipi¨¦lago Guna Yala desplazadas por el cambio clim¨¢tico en su traslado a una barriada en la monta?a construida por el Gobierno de Panam¨¢. 365 islas del Caribe pueden desaparecer para 2050. Los refugiados advierten: ¡°No vamos a ser los ¨²nicos¡±
EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Am¨¦rica Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
Jos¨¦ L¨®pez deja por un segundo de dar instrucciones para quedarse en silencio. Observa c¨®mo sus vecinos van metiendo sus pertenencias en una barca que cada vez se hunde un poco m¨¢s. Tres colchones, la base de la cama, un congelador, tanques de agua repletos de ropa de ni?o, parlantes¡ ¡°Media vida cabe en una barca¡±, dice. Su trance es fugaz. Pronto vuelve el bullicio de una comunidad en plena mudanza. La isla de Cart¨ª Sugdub, la m¨¢s poblada del paradis¨ªaco archipi¨¦lago paname?o de Guna Yala, est¨¢ de trasteo y al muelle principal ir¨¢n llegando durante toda la ma?ana decenas de bolsas etiquetadas con el nombre del due?o y el n¨²mero de la casa que estrenar¨¢ en tierra firme. Don Braulio ya empac¨® los juguetes de sus ni?as y do?a Loitza espera a terminar el desayuno para limpiar y embalar la parrilla. Entre las callejuelas de la isla van y vienen j¨®venes cargados con maletas listas desde la noche anterior, mientras las mujeres los dirigen desde las veredas con una sonrisa agridulce de quien no quiere pero tiene que hacerlo. ¡°Nadie se va de una isla porque s¨ª¡±, zanja L¨®pez.
Las razones del lanchero son muchas. Quiere vivir en una casa seca que no se inunde cada tres o cuatro meses y que sus hijos no tengan que tener cuidado al acercarse a la orilla. Pero, sobre todo, quiere que la ni?a que nacer¨¢ en menos de un mes no se acostumbre a un territorio que tiene los d¨ªas contados. Seg¨²n los estudios del ministerio de Ambiente de Panam¨¢, para 2050 ninguna de las 365 islas del Caribe ser¨¢ habitable por la r¨¢pida subida del nivel del mar a causa del calentamiento global. Por eso, el Gobierno ha desplazado esta primera semana de junio a unas 300 familias costeras de la etnia guna hacia Isber Yala, una barriada de 300 casas id¨¦nticas de 40 metros cuadrados. Las viviendas hechas con PVC y concreto [hormig¨®n] fueron construidas en 14 hect¨¢reas que parad¨®jicamente se deforestaron en una zona monta?osa para la construcci¨®n. Con nostalgia y, sin desprenderse del todo de Cart¨ª, L¨®pez teme por las decenas de vecinos que no quieren moverse y por la adaptaci¨®n de sus ni?os en una zona tan diferente a la que se cri¨® ¨¦l y muchos de sus ancestros. ¡°Haremos todo lo posible para que no se pierdan nuestras costumbres. Pero desde aqu¨ª todo es m¨¢s dif¨ªcil¡±, reconoce en su casa nueva.
Esta es la primera vez que un Estado latinoamericano se hace cargo de la reubicaci¨®n de una comunidad completa de refugiados clim¨¢ticos, seg¨²n ha confirmado el Fondo de Poblaci¨®n de las Naciones Unidas (UNFPA). Tras m¨¢s de 20 a?os de estudios, el Gobierno de Laurentino Cortizo ha invertido 12,2 millones de d¨®lares en crear la infraestructura necesaria para albergar a m¨¢s de 1.300 personas que desde este mes han empezado a vivir en tierra firme, a una hora de camino por carretera y lancha hasta su isla originaria. Las mudanzas comenzaron a¨²n sin agua ni luz en la barriada y con el ce?o fruncido de los m¨¢s cr¨ªticos que, como Atilio Mart¨ªnez, historiador guna, no se ir¨¢n. ¡°El Gobierno construy¨® cajas de f¨®sforos que no tienen en cuenta nuestras tradiciones ind¨ªgenas¡±, dice desde la hamaca de su casa. ¡°No nos tuvieron en cuenta. Nos sacan corriendo de aqu¨ª como si se fueran a hundir ma?ana. No es as¨ª ni vamos a ser los ¨²nicos¡±. Como Mart¨ªnez, muchos vecinos temen que con el traslado se pierda su cultura y sus ra¨ªces y lamentan la mirada ¡°occidental¡± del proyecto de desplazamiento.
La comarca de Guna Yala lleva d¨¦cadas adapt¨¢ndose a la subida del nivel del mar. Entre otras cosas, han ampliado la isla con relleno de corales y cemento y han ido arrimando las casas de la orilla al centro. Aunque no todos hablen de cambio clim¨¢tico, est¨¢n en la primera l¨ªnea de sus efectos y hasta tienen una expresi¨®n para nombrarlo: neg bonniguana, que quiere decir ¡°nuestra casa com¨²n se est¨¢ enfermando¡±. Si bien en la Bah¨ªa de Panam¨¢ (Pac¨ªfico) el nivel del mar aumenta 1,5 mil¨ªmetros por a?o, en el Caribe los datos de la estaci¨®n de mareas de la Universidad de Hawai revelan aumentos de seis mil¨ªmetros anuales, seg¨²n el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI). Este fen¨®meno sumado al azote de los fuertes e impredecibles eventos clim¨¢ticos naturales de El Ni?o y La Ni?a y a la r¨¢pida expansi¨®n urbana han acelerado el deterioro de las costas. En ciertas zonas de la isla de L¨®pez, el mar empieza a menos de dos palmos de las casas.
Para Do?a Elvira Hadman, de 76 a?os, hoy es un d¨ªa como cualquier otro. Se levant¨® con la luz del sol para desayunar y coser molas [un textil tradicional] con su amiga Iguaibidili Robinson, de 58. Ambas solteras y sin hijos, pasan los d¨ªas en la vereda de esta amplia casa hecha con madera y ca?as. Ninguna tiene intenci¨®n de mudarse. ¡°Aqu¨ª nacieron mis padres y mis abuelos. Si se hunde la isla, que se hunda. Yo no me voy a ir¡±, dice Hadman tras una carcajada. Para Iniquilipi Chiari Lombardo, cofundador de Tv Ind¨ªgena y uno de los l¨ªderes m¨¢s j¨®venes de la comarca, que decenas de isle?os no tengan pensado mudarse es resultado de un fallo del Gobierno. ¡°Falt¨® educaci¨®n sobre el cambio clim¨¢tico. Muchos piensan que es mentira y hay otros que no se van porque quer¨ªan casas con mucho m¨¢s espacio para sembrar ya que iban a tener que renunciar a la pesca¡±, comenta. ¡°Cuando llegaron con la llave en mano, lo aceptaron sin pensarlo dos veces, pero falt¨® involucrar a los liderazgos locales, falt¨® sensibilizaci¨®n...¡±.
La reubicaci¨®n de Cart¨ª Sugdup ser¨¢ una suerte de prueba de los otros 63 desplazamientos isle?os que el Estado paname?o planea llevar a cabo ¡°muy pronto¡±. Ligia Castro de Doens, directora de Cambio Clim¨¢tico del Ministerio de Ambiente de Panam¨¢, calcula que este a?o puedan trasladar otras tres islas de la comarca y posteriormente el resto. ¡°Son todas comunidades pobres, ind¨ªgenas y afrodescendientes y calculamos que eso costar¨¢ 1,2 billones de d¨®lares. Es mucho dinero, pero hay que hacerlo antes de 2050. Para entonces no quedar¨¢ ninguna isla en pie¡±, alerta. Para los guna, esta es la cr¨®nica de una muerte anunciada.
¡°Los pa¨ªses vecinos miran de cerca a Panam¨¢¡±
La iniciativa paname?a est¨¢ siendo observada con mucha atenci¨®n por otros pa¨ªses latinoamericanos con problemas parecidos. La doctora Sabrina Juran, asesora regional en Poblaci¨®n y Desarrollo de Naciones Unidas, considera que este tipo de desplazamientos ¡°podr¨ªan volverse inevitables¡±. ¡°La situaci¨®n en Guna Yala act¨²a como un plan piloto que podr¨ªa ser replicado en otros pa¨ªses. Las lecciones aprendidas aqu¨ª ser¨¢n cruciales para guiar estrategias de adaptaci¨®n requeridas en la regi¨®n y m¨¢s all¨¢¡±. As¨ª lo indican los datos. Seg¨²n estimaciones de la ONU, hay m¨¢s de 41 millones de latinoamericanos que viven en zonas bajas y costeras que enfrentan riesgos similares a los de esta comarca. Son m¨¢s del 6% de habitantes de la regi¨®n.
Es por ello que, tras la entrega de las primeras llaves, el presidente en funciones lanz¨® un mensaje claro a los dem¨¢s mandatarios. ¡°Pese a que Panam¨¢ es uno de los siete pa¨ªses carbono negativos, hace este esfuerzo y nos gustar¨ªa que tambi¨¦n lo hagan los pa¨ªses desarrollados que, a fin de cuentas, con la emisi¨®n de gases de efecto invernadero han provocado la crisis clim¨¢tica que estamos viviendo¡±, manifest¨® Cortizo. Esta se convertir¨ªa en la ¨²ltima de sus medidas durante su mandato, que culmina el 1 de julio. A pesar de las bajas emisiones de CO? del pa¨ªs, Panam¨¢ cuenta con un nivel de vulnerabilidad al cambio clim¨¢tico ¡°severo¡± al a?o 2030. Aqu¨ª, pr¨¢cticamente uno de cada 10 paname?os viven a menos de 10 metros sobre el nivel del mar.
¡°Va a desaparecer la tradici¨®n¡±
A pesar de los grandes esfuerzos del Gobierno paname?o, este nuevo asentamiento ¡ªque tambi¨¦n cuenta con una escuela, centro m¨¦dico, una casa de la chicha y una cancha de f¨²tbol¡ª ha despertado las cr¨ªticas de los nuevos vecinos que lamentan que la infraestructura no tuviera nada que ver con la arquitectura ind¨ªgena y que la reubicaci¨®n se diera en un territorio monta?oso, a m¨¢s de un kil¨®metro del mar; el principal medio de vida de la comunidad guna. Varios ambientalistas reclaman tambi¨¦n al Gobierno que se talaran 14 hect¨¢reas de bosque para el proyecto.
Mientras la casa de Jos¨¦ L¨®pez se vac¨ªa, su vecino est¨¢ construyendo una vivienda mucho m¨¢s resistente sobre seis robustos pilotes. Rogelio Garc¨ªa pasa y sacude la cabeza, algo molesto. ?l tampoco se ir¨¢ de su isla. Pero sospecha que los dem¨¢s se arrepentir¨¢n. ¡°All¨¢ van a tener que pagar luz y agua, van a perder la cultura, los ni?os no van a querer volver... Tal vez en vez de echarnos podr¨ªan haber pensado en hacer mejores casas como las de este vecino¡±, dice se?alando la construcci¨®n frente a ¨¦l. ¡°?De verdad que la ¨²nica soluci¨®n es sacarnos?¡±, se pregunta. Una duda que tambi¨¦n comparte Raisa Banfield, arquitecta y antigua vicealcaldesa de la Ciudad de Panam¨¢. ¡°La emergencia clim¨¢tica no obliga solo a salvar a las personas de la subida del nivel del mar, sino a mantener sus modos de vida y su cultura¡±. La ambientalista teme tambi¨¦n que esto sea parte de un plan de las cadenas hoteleras para adue?arse de las hermosas islas de arena blanca y cocoteras. ¡°Si ya hemos visto estos movimientos antes en tierra firme, ?por qu¨¦ no iba a pasar en alta mar con semejante para¨ªso?¡±, se cuestiona por tel¨¦fono.
Atencio L¨®pez, asesor legal del Congreso General Guna, tampoco esconde ese temor y recuerda que en 2020 iniciaron un proceso judicial frente a la CIDH en el que denunciaban la privatizaci¨®n del territorio guna. Aunque las islas llevan casi 20 a?os en conversaciones, el Gobierno opt¨® finalmente por a?adir esta comunidad a un plan nacional de vivienda social, pensado para personas vulnerables y empobrecidas; no para desplazados clim¨¢ticos de etnias como la guna. ¡°No se nos ha tenido en cuenta. Corremos el riesgo de que desaparezca la tradici¨®n guna¡±.
Esta etnia ¡ªoriunda de Colombia¡ª lleg¨® a la costa paname?a huyendo de la malaria y conflictos armados hace m¨¢s de 120 a?os. A pesar de ser isle?os, siempre han enterrado a sus muertos a las orillas del r¨ªo, en el continente. Sus cuentos y canciones pivotan alrededor de un mismo deseo: volver a tierra firme. ¡°Siempre hemos mantenido un cord¨®n umbilical con la selva y los r¨ªos¡±, explica Atencio L¨®pez. ¡°Estamos volviendo a donde los ancestros nos dijeron que volver¨ªamos. Ellos nos avisaron de que ser¨ªa por la furia del fuego y del agua. Sab¨ªa que volver¨ªamos, pero nunca imagin¨¦ que se refirieran a eso, a la emergencia clim¨¢tica¡±.