Los latinos en Nueva York que se unieron a un reto para comer m¨¢s saludable y proteger el medio ambiente
A trav¨¦s de esta iniciativa han aprendido c¨®mo una alimentaci¨®n basada en plantas puede ser buena no solo para la salud del cuerpo humano, sino tambi¨¦n para la del planeta
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A los 67 a?os, la dominicana Carmen De La Cruz vaci¨® su refrigerador. En abril pasado, regal¨® los huevos y se deshizo de los quesos. Los cambi¨® por esp¨¢rragos, hongos, zanahorias. Hasta entonces, nunca le hab¨ªa gustado cocinar, pero eso cambi¨®. ¡°Hoy cada plato que preparo es un logro¡±, dice desde su apartamento en Midtown Manhattan, en Nueva York.
De La Cruz lleg¨® a esta ciudad en 1994 desde Santo Domingo con el sue?o de una vida mejor. Sin hablar ingl¨¦s, comenz¨® limpiando un centro m¨¦dico en el Bronx y luego fue su recepcionista por 22 a?os. ¡°No ten¨ªa tiempo para hacer ejercicio¡±. El sedentarismo afect¨® su salud y en 2022 una hernia lumbar apur¨® su retiro. Meses despu¨¦s, la muerte de su madre por c¨¢ncer la sumi¨® en una depresi¨®n tan profunda que sufri¨® un episodio de amnesia temporal. ¡°No supe de m¨ª¡±. Tras ello, al consultar por una inflamaci¨®n, le diagnosticaron prediabetes y colesterol alto, pero no sab¨ªa qu¨¦ hacer ni ad¨®nde ir. ¡°Para m¨ª fue terrible¡±.
Un d¨ªa, un correo del centro comunitario donde pasaba las tardes le ofreci¨® una salida inesperada: era la invitaci¨®n a ser parte de un ¡°Desaf¨ªo de plantas¡±, un reto de veinti¨²n d¨ªas para cambiar su alimentaci¨®n. El programa, dirigido a hispanohablantes en Estados Unidos, inclu¨ªa sesiones virtuales con expertos, recetas saludables con ingredientes t¨ªpicos de la cultura hispana, frutas y vegetales de temporada entregados a domicilio y visitas a ferias de agricultores locales. Desde la primera sesi¨®n, fueron claros: ¡°Si uno decide participar en el reto, no va a comer nada que venga del animal¡±. Carmen no dud¨®: ¡°Voy a seguir¡±, se dijo. ¡°Y me fui a limpiar mi nevera¡±.
Plant Powered Metro Nueva York (PPMNY) hab¨ªa lanzado su Desaf¨ªo de plantas en espa?ol para mejorar la salud de las comunidades latinas de la ciudad, afectadas desproporcionadamente durante la pandemia. Muchos latinos con enfermedades cr¨®nicas como obesidad, diabetes e hipertensi¨®n adoptaron una dieta basada en plantas para fortalecer su sistema inmunitario. Tras la iniciativa estaba Lianna Reisner, fundadora de PPMNY, quien buscaba replicar un desaf¨ªo del documental PlantPure Nation, donde su creador Nelson Campbell destacaba los beneficios de una alimentaci¨®n basada en plantas.
El programa comenz¨® con los pacientes latinos del m¨¦dico argentino Diego Ponieman, quien enfocaba su tratamiento en la prevenci¨®n de enfermedades por medio de una dieta m¨¢s basada en plantas. ¡°A medida que esta poblaci¨®n se alejaba de sus ra¨ªces, sus comidas y sus culturas, su salud se deterioraba y los ¨ªndices de enfermedades cr¨®nicas aumentaban¡±, dice Ponieman, hoy miembro de SOMOS Lifestyle Medicine, una red de m¨¦dicos certificados en estilo de vida en Nueva York.
Aunque comenz¨® en el mundo virtual por las restricciones de la pandemia, el programa evolucion¨® hacia una mentor¨ªa grupal con talleres en l¨ªnea que ¡°solo han crecido desde entonces¡±, dice Levine Reisner. Con una audiencia cautiva, la fundadora de PPMNY quiso educar sobre otras razones para comer plantas, ¡°buenas para el mundo, no solo para el cuerpo humano¡±, tras la sugerencia de la autora Victoria Moran, conocida por su libro ¡°Todo lo que necesitas saber para comer de manera saludable y vivir con compasi¨®n en el mundo real¡±.
¡°Una dieta basada en plantas pod¨ªa impactar en tantos niveles que parece imposible. Es saludable, amable con los animales, ayuda al planeta, combate el hambre. Cuando mencionas todo, la gente duda. Pero el poder de nuestras elecciones alimentarias es inmenso¡±, dice Moran.
Con el tiempo, participantes como De La Cruz no solo mejorar¨ªan su salud, sino que tambi¨¦n asociar¨ªan su dieta con menores emisiones de gases de efecto invernadero en comparaci¨®n con las que inclu¨ªan alimentos ultraprocesados o de origen animal. De La Cruz lo compara con reciclar: ¡°Aunque me dicen ¡®Oh, pero si t¨² lo haces y los otros no¡¯, no me importa; yo lo hago. Y quiz¨¢ otros me sigan despu¨¦s. Pero si cada uno puede cooperar cuidando el medio ambiente con este estilo alimenticio, yo estoy de acuerdo¡±, afirma.
Reconectar con las ra¨ªces
Al principio, enfocar el desaf¨ªo de ¡°comer para salvar el planeta¡± no era el prop¨®sito central, pero para Levine Reisner, dada la creciente participaci¨®n, se ha vuelto un momento crucial para que los participantes piensen m¨¢s all¨¢ de su bienestar personal y reflexionen sobre la salud ambiental.
¡°Cuando se habla de cambio clim¨¢tico, se mencionan los combustibles f¨®siles y el di¨®xido de carbono. Pero hay otros aspectos, como el metano, el ¨®xido nitroso, el uso de la tierra, la contaminaci¨®n y limpieza del agua¡±, explica la fundadora de PPMNY. ¡°Al abordar estos temas, ayudamos a las personas a entender que hay m¨²ltiples niveles de impacto. Y qu¨¦ milagro poder hacer algo bueno para nosotros y el planeta a la vez, a trav¨¦s de h¨¢bitos diarios. Aporta un elemento casi espiritual al cambio diet¨¦tico¡±.
Al comenzar el desaf¨ªo, De La Cruz cre¨ªa que su dieta era saludable: ensaladas de zanahoria, lechuga, tomate, junto a queso, huevos y pl¨¢tanos hervidos. Sin embargo, en las sesiones en espa?ol de PPMNY lideradas por la mentora dominicana Aifra Ruiz, con talleres de cocina y demostraciones pr¨¢cticas, descubri¨® la verdadera riqueza y variedad de vegetales y frutas necesarios para una nutrici¨®n equilibrada, siguiendo el consejo de Ruiz de ¡°comer con los colores de un arco¨ªris¡±.
Los encuentros incluyen sesiones sobre los beneficios de los alimentos de origen vegetal, impartidas por m¨¦dicos y dietistas especializados en estilo de vida, como la doctora chilena Francisca Soto, quien promueve la nutrici¨®n preventiva y cree que ¡°los profesionales y el sistema deben facilitar estos cambios a nivel colectivo y masivo¡±.
Los participantes del reto se apoyan en un chat de WhatsApp, activo en horarios espec¨ªficos, donde comparten fotos de sus platos y reciben consejos sobre c¨®mo mantener la dieta despu¨¦s del reto. Este espacio tambi¨¦n ha ayudado a personas como De La Cruz a explorar ingredientes menos familiares, como brotes, esp¨¢rragos y tofu, o a reemplazar los sofritos tradicionales por combinaciones de ajo, cebolla, or¨¦gano y pimientos.
De La Cruz cuenta que tras el ¨²ltimo reto los beneficios fueron inmediatos: no solo mejoraron sus biomarcadores, tambi¨¦n not¨® cambios f¨ªsicos. ¡°Me desinflam¨¦¡±, dice, y dej¨® de depender de pastillas para el estre?imiento. Su gastroenter¨®loga confirm¨® que ya no hab¨ªa grasa en su h¨ªgado, y su ginec¨®loga le coment¨®: ¡°Yo llevo diez a?os comiendo as¨ª¡±.
Adem¨¢s, el desaf¨ªo la llev¨® a descubrir los mercados de agricultores de Manhattan junto a su nueva comunidad. Las visitas, facilitadas por Ruiz y otros mentores, ayudan a sus participantes a ¡°reconectar con sus ra¨ªces¡±, recordando c¨®mo crecieron comiendo productos frescos o con ¨¢rboles frutales en sus patios. La autora Victoria Moran a?ade que las tradiciones culinarias latinas incluyen una rica variedad de alimentos a base de plantas, pero en Estados Unidos ¡°los alimentos se mezclan con otras cosas¡±, como el burrito mexicano, que ¡°en un entorno m¨¢s tradicional y menos americano, tendr¨ªa menos queso¡±.
De La Cruz admite que antes pasaba de largo por los mercados de agricultores, ¡°no ve¨ªa ning¨²n atractivo¡±. Pero ¡°ahora veo las cosas. Se ve la frescura¡±. Tambi¨¦n comenz¨® a conversar con los agricultores, reconociendo su importancia. ¡°Hay muchas cosas que yo no conoc¨ªa que se com¨ªan¡±. Ahora, al elegir alimentos frescos y de proximidad, siente que su dieta tiene un prop¨®sito mayor. ¡°Si todos aportamos un granito de arena, podemos ayudar al planeta¡±, afirma.
Hoy espera impaciente el pr¨®ximo reto que comenzar¨¢ a finales de septiembre. Aunque ya no necesita enviar fotos de sus comidas, sigue fotografi¨¢ndolas por gusto personal. ¡°Le saco a todo lo que voy a comer¡±, dice. ¡°Para m¨ª, es un logro aprender a cocinar mis comidas¡±.
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