Am¨¦rica Latina y el Caribe: mucha agua, pero mal aprovechada

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Desde hace a?os, el principal recurso para la vida se ha convertido en un bien escaso. El agua, que cubre el 70% de la superficie del planeta, escasea en cada vez m¨¢s en hogares, y su gesti¨®n compromete a la agricultura irrigada, la industria, la miner¨ªa, la producci¨®n hidroel¨¦ctrica, e incluso ocasiona conflictos entre sectores debido a la competencia por el recurso. Y esta situaci¨®n ser¨¢ todav¨ªa m¨¢s extrema como consecuencia del cambio clim¨¢tico.

No estamos hablando de amenazas futuras ni de escenas de ciencia ficci¨®n. En Colombia, por ejemplo, las condiciones hidrometeorol¨®gicas de este a?o han generado un desabastecimiento de agua en varias ciudades del pa¨ªs, incluyendo su capital, Bogot¨¢, cuyos embalses operan a una capacidad de menos del 50% como consecuencia de las sequ¨ªas. Recientemente, tambi¨¦n se registraron grandes inundaciones en R¨ªo Grande do Sul, en Brasil, prolongadas sequ¨ªas en Montevideo o lluvias torrenciales y sequ¨ªas en Ecuador, entre otros.

En una situaci¨®n parecida han estado, est¨¢n o estar¨¢n otros pa¨ªses de la regi¨®n como Argentina, Bolivia, M¨¦xico, Uruguay o Chile¡­ pero tambi¨¦n Europa. De hecho, se calcula que el 17% de la poblaci¨®n europea corre un alto riesgo de escasez h¨ªdrica para 2050, y que tres cuartas partes de la poblaci¨®n de Espa?a enfrenta un riesgo alto por la falta de agua si no se toman medidas. Ciudades como Sevilla, Granada, C¨®rdoba y Murcia sufrir¨¢n el mayor riesgo de escasez de Europa.

Am¨¦rica Latina y el Caribe cuenta con m¨¢s de un tercio de los recursos de agua dulce de la tierra, lo que nos sit¨²a en una situaci¨®n a priori ventajosa y como una regi¨®n que puede aportar soluciones globales al problema. Pero nuestro problema no est¨¢ tanto en la disposici¨®n, sino en el acceso: tenemos mucha agua, pero est¨¢ mal distribuida, o distribuida de manera heterog¨¦nea, lo que provoca escasez en algunos lugares y durante determinados periodos. Esto, a su vez, est¨¢ limitando el desarrollo integral de la regi¨®n.

Para cerrar las brechas de acceso y seguridad h¨ªdricas ser¨¢ imprescindible abordar el problema de manera integral y poner el foco en las ¨¢reas urbanas, que concentran el 70% del PIB regional y son hogar del 82% de los latinoamericanos y caribe?os. Las ciudades juegan un papel dinamizador de la econom¨ªa y, por eso, deben constituirse en polos del desarrollo social inclusivo y ambientalmente sustentable. Seg¨²n un an¨¢lisis reciente del Monitor Ciudadano de Desarrollo Sostenible (MCDS) de CAF y Citibeats, basado en 2,9 millones de publicaciones en redes sociales y blogs, la seguridad h¨ªdrica emerge como la principal preocupaci¨®n en la regi¨®n.

Una l¨ªnea de atenci¨®n prioritaria debe centrarse en mitigar los efectos adversos de la mala gesti¨®n del agua, es decir en abordar el d¨¦ficit de infraestructura, capital humano, institucional, financiero y de gobernabilidad. Es imprescindible que las ciudades aumenten su capacidad de resiliencia h¨ªdrica, tanto para planificar, prevenir, como para dar respuesta y poder recuperarse ante amenazas de origen h¨ªdrico, lo que conlleva retos econ¨®micos, sociales y ambientales.

Como parte de esta problem¨¢tica, la regi¨®n no alcanza a cerrar la brecha de acceso seguro al agua para m¨¢s de 160 millones de personas; en saneamiento, el reto es todav¨ªa mayor, ya que pr¨¢cticamente el doble de dicha cifra no cuenta con acceso seguro, y la falta de ambos servicios tiene efectos severos en la salud, pero, adem¨¢s, condiciona la educaci¨®n, la equidad de g¨¦nero, las oportunidades de empleo y el desarrollo ulterior de las poblaciones. Por ello, no contar con agua y saneamiento, es tambi¨¦n un indicador de exclusi¨®n y desigualdad.

La regi¨®n necesita reforzar la infraestructura verde y promover nuevas soluciones basadas en naturaleza. A este desaf¨ªo se suma la necesidad de gestionar mejor los recursos naturales y los eventos extremos, en especial los asociados al agua, como las cada vez m¨¢s frecuentes inundaciones (en la regi¨®n se produce en promedio una inundaci¨®n cada quince d¨ªas) y las sequ¨ªas de 2020 a 2022 han sido cuatro veces m¨¢s da?inas que las ocurridas de los veinte a?os previos.

La resiliencia h¨ªdrica requiere una aproximaci¨®n sist¨¦mica e integrada que atienda los riesgos referidos. Las ciudades no pueden verse como espacios aislados, sino que la gesti¨®n del agua debe concebirse desde el enfoque de cuenca: las acciones que se realicen en la parte alta de la cuenca pueden afectar a la cuenca media y baja, y viceversa. A manera de ejemplo, una represa de grandes proporciones que se construya en la parte baja de una cuenca puede generar remansos indeseables hacia aguas arriba.

Para acelerar las soluciones de seguridad h¨ªdrica en la regi¨®n, CAF y el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica de Espa?a celebrar¨¢n en Madrid los d¨¦cimos Di¨¢logos del Agua, que abordar¨¢n la resiliencia h¨ªdrica en las ciudades y analizar¨¢n enfoques e iniciativas que plantean la gesti¨®n del agua m¨¢s eficiente y ambientalmente sustentable, en la que se integran la econom¨ªa circular del agua, las soluciones basadas en la naturaleza, el uso de aguas no convencionales, as¨ª como la innovaci¨®n tecnol¨®gica, la mano con la digitalizaci¨®n y la inteligencia artificial, entre otros.