En busca de una nueva hoja de ruta del desarrollo global
Uno de los pilares del nuevo desarrollo global deben ser los instrumentos financieros: necesitamos que sean m¨¢s potentes, escalables y que se adapten a la heterogeneidad de regiones como Am¨¦rica Latina y el Caribe
En julio de 2024 se cumplieron 80 a?os de los acuerdos de Breton Woods, que dieron paso a la creaci¨®n del Banco Mundial y del FMI. El a?o que viene, la ONU tambi¨¦n se convertir¨¢ en octogenaria. Nacidos en ¨¦poca de postguerras, los organismos que dan forma a la arquitectura financiera y de cooperaci¨®n internacional han sobrevivido a varias transiciones existenciales e identitarias y, en este momento, con la Agenda 2030 a la vuelta de la esquina, se acercan a un nuevo punto de inflexi¨®n. Es momento de acelerar la acci¨®n.
En un mundo acechado por m¨²ltiples crisis, no podemos despreciar la experiencia acumulada por estos organismos, sino que debemos aprovecharla para encontrar nuevas soluciones. En el horizonte est¨¢n la necesidad de fortalecer el multilateralismo para amortiguar la creciente polarizaci¨®n global, y la urgencia de crear nuevos instrumentos financieros para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y establecer nuevos marcos de cooperaci¨®n m¨¢s all¨¢ del 2030. En Am¨¦rica Latina y el Caribe, por ejemplo, se estima que dos tercios de estos objetivos no se cumplir¨¢n por falta de financiaci¨®n.
Estos grandes retos, que tambi¨¦n enfrentamos organismos regionales como CAF -banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina y el Caribe-, son cruciales para construir un mundo m¨¢s equitativo, democr¨¢tico, seguro y respetuoso con el medio ambiente, algo que no se lograr¨¢ sin una colaboraci¨®n m¨¢s activa entre gobiernos, organismos multilaterales, sector privado y nuevos actores del sur global.
El presente y futuro de la arquitectura financiera y de cooperaci¨®n internacional los discutiremos la semana que viene en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde se presentar¨¢ el ¡°Pacto para el Futuro¡±, una iniciativa que busca renovar la cooperaci¨®n internacional, fortalecer el multilateralismo y crear un nuevo marco para abordar desaf¨ªos como la paz, la seguridad, los derechos humanos o las transiciones verdes, digitales y sociales. En este foro global, debemos asegurar que la voz de Am¨¦rica Latina y el Caribe est¨¦ bien representada.
La creaci¨®n de la nueva hoja de ruta para el cumplimiento de los ODS no es una cuesti¨®n t¨¦cnica, sino de voluntad pol¨ªtica. Y esta voluntad pol¨ªtica est¨¢ enfocada en un objetivo claro: evitar que las brechas de desarrollo se enquisten y generen m¨¢s desigualdades.
Las discusiones globales deben devolver la esperanza a la regi¨®n. Am¨¦rica Latina y el Caribe ha enfrentado todo tipo de crisis en los ¨²ltimos 15 a?os que han provocado un estancamiento del crecimiento, de la productividad y de las clases medias, un aumento de la pobreza, y todo ello ha llevado a una creciente desafecci¨®n en las democracias y un d¨¦ficit de confianza en las instituciones.
Uno de los pilares del nuevo desarrollo global deben ser los instrumentos financieros: necesitamos que sean m¨¢s potentes, innovadores, escalables y con m¨¢s impacto, y que se adapten a la heterogeneidad de regiones como la latinoamericana y caribe?a.
Por ejemplo, los fondos de deuda, el uso de garant¨ªas o los seguros contra cat¨¢strofes son soluciones viables para financiar proyectos como carreteras, redes de energ¨ªa y sistemas de agua potable. Estos fondos no solo proporcionan el capital necesario, sino que tambi¨¦n diversifican las fuentes de financiamiento y atraen una mayor cantidad de inversi¨®n para los proyectos. El canje de deuda por naturaleza, la emisi¨®n de bonos verdes y los certificados de biodiversidad son otros instrumentos valiosos.
La ¡°dataficaci¨®n¡± de los activos naturales tambi¨¦n es un enfoque innovador que convierte activos naturales en datos cuantificables, lo que facilita la identificaci¨®n de oportunidades para el desarrollo econ¨®mico mientras se preservan los ecosistemas. Esto optimiza la gesti¨®n de los recursos naturales y permite modelos de financiamiento que promueven la inversi¨®n en infraestructura verde y resiliente.
Los organismos multilaterales tenemos un papel crucial en apoyar la financiaci¨®n y la mitigaci¨®n de riesgos en proyectos de desarrollo y en atraer recursos financieros internacionales. Desde CAF, por ejemplo, trabajamos para movilizar el ahorro interno hacia todo tipo de proyectos de infraestructura, educaci¨®n, ambiente, salud o desarrollo territorial, lo que contribuye a una mayor integraci¨®n regional y a un entorno m¨¢s estable para la inversi¨®n en Am¨¦rica Latina y el Caribe.
Otro de los pilares de la nueva hoja de ruta del desarrollo es la gobernanza global. La creciente desconfianza en las instituciones se alimenta del aumento de las desigualdades, las crisis econ¨®micas y la falta de respuestas efectivas a problemas globales como el cambio clim¨¢tico, las pandemias y los conflictos armados. Por eso, es importante fortalecer la gobernanza en todas sus formas y niveles para habilitar las posibilidades de desarrollo.
En 2024 y 2025 se celebrar¨¢n grandes reuniones globales en las que CAF amplificar¨¢ la voz de Am¨¦rica Latina y el Caribe para que tenga m¨¢s incidencia en las tendencias de financiamiento al desarrollo de la pr¨®xima d¨¦cada. La inminente Asamblea General de las Naciones Unidas, la COP16 de Cali, el G20 de R¨ªo de Janeiro, la Cumbre Iberoamericana de Cuenca, la APEC de Lima, la COP30 de Brasil y la Cumbre de Financiaci¨®n Sostenible de Sevilla en julio 2025 tambi¨¦n ser¨¢n escenarios clave para actualizar los sistemas multilaterales y financieros.
Am¨¦rica Latina y el Caribe debe llegar a estas grandes citas con una posici¨®n firme para facilitar un mayor flujo de recursos para el desarrollo sostenible y ampliar el acceso que tienen los pa¨ªses iberoamericanos en materia de financiamiento.
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