Bernardo Ar¨¦valo no tendr¨¢ luna de miel

Desde el inesperado ¨¦xito del Movimiento Semilla en la primera vuelta de junio, primero, y con el incremento de su persecuci¨®n a ra¨ªz de la contundente victoria de ese partido en la segunda vuelta de agosto, el Ministerio P¨²blico de Guatemala ha intentado socavar el Gobierno entrante del presidente electo Bernardo Ar¨¦valo de Le¨®n y la vicepresidenta Karin Herrera hasta cuatro veces antes de que asumiese el cargo este domingo, 14 de enero.

De manera similar, el padre del nuevo mandatario, el expresidente revolucionario Juan Jos¨¦ Ar¨¦valo Bermejo, quien estuvo en el poder durante 72 meses (seis a?os, entre 1945 y 1951), sostuvo 29 intentos de golpe. Aunque los tiempos son distintos, los anacronismos se mantienen: Ar¨¦valo de Le¨®n seguir¨¢ confrontado ac¨¦rrimamente contra fuerzas antidemocr¨¢ticas, cuyos vestigios se vinculan a la contrarrevoluci¨®n que data de la Guerra Fr¨ªa.

El presidente Ar¨¦valo de Le¨®n ya ha dicho que se reunir¨¢ con la fiscal general y jefa del Ministerio P¨²blico (MP), Mar¨ªa Consuelo Porras Argueta, para solicitarle que renuncie al cargo. Desde el 1 de septiembre pasado, la acus¨® p¨²blicamente de orquestar un intento de golpe de Estado para evitar que asumiera la Presidencia. El segundo periodo de la fiscal general concluye en 2026, por lo que se espera que la cronolog¨ªa de hostilidades del MP se extienda.

A¨²n as¨ª, las oportunidades que hoy emergen para poder revertir la autocratizaci¨®n en Guatemala no tienen precedentes. Colocarle esa barra de medici¨®n al Gobierno entrante para que asimile su rol de freno frente al retroceso democr¨¢tico ser¨¢ vital para exigir la rendici¨®n de cuentas desde la sociedad civil. La ventana de oportunidad para impulsar reformas es bien vista por la comunidad internacional, cuyo rol en el elenco de reparto en la defensa de la democracia en 2023 fue crucial. Esto se materializa en la amplia representaci¨®n de jefes de Estado, cubriendo el espectro ideol¨®gico iberoamericano, que asistir¨¢n a la toma de posesi¨®n.

El choque entre el organismo ejecutivo y judicial es el proleg¨®meno del Gobierno debutante del Movimiento Semilla, que ser¨¢ minor¨ªa con 23 diputados en el hemiciclo de 160 esca?os. La sobrepasan la de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) con 28 y la del partido Vamos con 39. Estos ¨²ltimos cuatro a?os se evidenci¨® que la alianza oficialista era mayormente conformada por ambas bancadas.

Un total de 96 diputados de la X Legislatura llegar¨¢n por primera vez al Congreso de la Rep¨²blica este 14 de enero. Adem¨¢s, ya que el universo de partidos pol¨ªticos representados es de 17 bancadas, la pregunta fundamental es: ?podr¨¢ el oficialismo, en apenas su segunda Legislatura, construir una coalici¨®n gobernante desde su posici¨®n minoritaria?

Ar¨¦valo no tendr¨¢ luna de miel. No ser¨¢ f¨¢cil complacer un electorado agotado de d¨¦cadas de ofertas partidistas clientelares y exigente de una agenda program¨¢tica transparente. Prueba de esto es que, desde antes de siquiera asumir el poder, el gabinete de Ar¨¦valo y Herrera ya hab¨ªa sido objeto de cr¨ªticas y alabanzas. Una antigua representante de la Asociaci¨®n de Generadores de Energ¨ªa Renovable, quien cuestion¨® la legitimidad de la lucha en defensa de los r¨ªos y aseguraba que las comunidades en resistencia a las hidroel¨¦ctricas en Guatemala eran financiadas por organismos internacionales, declin¨® la nominaci¨®n al Ministerio de Energ¨ªa y Minas luego de ser sujeta al oprobio de las redes sociales.

Tambi¨¦n es la primera vez que el gabinete demuestra una selecci¨®n basada paridad de g¨¦nero. Pero m¨¢s que ser una m¨¦trica aritm¨¦tica conveniente, el gabinete refleja cierta meritocracia inclusiva que subraya la calidad en comparaci¨®n a experiencias anteriores, principalmente durante la administraciones de los impopulares expresidentes Jimmy Morales (2016-2020) y Alejandro Giammattei (2020-2024). El Gabinete de Morales se fraccion¨® cuando inici¨® la lucha frontal contra Comisi¨®n Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig); mientras que con Giammattei, 13 de los 14 ministros no completaron los cuatro a?os. Antes de reflejar un progresismo moderado de primera vuelta, los nombramientos se?alan el centrismo reformador que marc¨® la segunda vuelta del Movimiento Semilla.

Principalmente, la cr¨ªtica de los sectores m¨¢s progresistas se basa en que sigue existiendo un sector marginalizado que exige mayor representaci¨®n: los pueblos ind¨ªgenas. Esta coyuntura les permiti¨® cobrar una voz y reafirmarse como actores pol¨ªticos, sujetos hist¨®ricos en Guatemala y protagonistas del cambio social transformacional. La decisi¨®n de los pueblos de llamar a la movilizaci¨®n para evitar que un grupo criminal profundizara un golpe de Estado no fue por defender a Ar¨¦valo o Semilla, sino para restablecer la incipiente democracia posconflicto y recuperar sus instituciones.

Eso le competer¨¢ a la nueva administraci¨®n, que comienza endeudada con la valent¨ªa y determinaci¨®n de los pueblos en una situaci¨®n de mucha volatilidad y de conflicto entre ¨®rganos del Estado. Su ¨¦xito no s¨®lo beneficiar¨ªa enormemente al estado de derecho en Guatemala, sino que tambi¨¦n enviar¨ªa un poderoso mensaje: la democracia liberal sigue siendo una opci¨®n viable en los pa¨ªses del norte de Centroam¨¦rica¡ª demostrando a los latinoamericanos que es posible desafiar el status quo manteniendo al mismo tiempo los valores democr¨¢ticos.