Ser mujer y sobrevivir en Ecuador
A la angustia de un robo o el acoso ahora sumo el temor de ser asesinada
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Ser mujer en Ecuador nunca ha sido f¨¢cil. La violencia de g¨¦nero es algo que se vive d¨ªa a d¨ªa, todos los d¨ªas. Va desde los comentarios machistas, pasando por el acoso, las agresiones psicol¨®gicas, f¨ªsicas y llega hasta el asesinato. El 60% de la poblaci¨®n a¨²n acepta y est¨¢ de acuerdo con la violencia que reciben las mujeres en distintas ocasiones, seg¨²n ONU Mujeres. As¨ª, nos vemos enfrentadas todos los d¨ªas a vivir en un pa¨ªs con una profunda crisis de seguridad en donde el maltrato est¨¢ normalizado y con ¨¦l, la impunidad.
Recuerdo que toda mi vida he crecido y vivido con miedo. De salir sola a la calle, de tomar el autob¨²s muy tarde porque pod¨ªa pasarme algo o de sufrir acoso en diferentes espacios. Sin olvidar el temor a que me roben el tel¨¦fono, la computadora o mi mochila. Mientras escribo esto, soy cada vez m¨¢s consciente de que toda mi vida he estado alerta.
En 2021 viaj¨¦ fuera del pa¨ªs para estudiar un m¨¢ster. Regres¨¦ hace tres meses y todo hab¨ªa cambiado. Ecuador se convirti¨® en el pa¨ªs con m¨¢s muertes violentas de la regi¨®n. Volver se ha convertido en un reto. Siento que he regresado a otro pa¨ªs: uno m¨¢s inseguro, hostil y violento. En el que esa violencia se ha recrudecido y se ceba, a¨²n m¨¢s, con las mujeres.
Hasta el 15 de noviembre de 2023, 277 mujeres fueron asesinadas por razones de g¨¦nero en Ecuador, seg¨²n datos de la Alianza Feminista para el Mapeo de los Femicidios en Ecuador, una organizaci¨®n encargada de realizar este monitoreo. De ese n¨²mero, 113 fueron femicidios cometidos por su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo.
Ahora, por primera vez en Ecuador, los femicidios cometidos a manos del crimen organizado superan a los ocurridos dentro de la pareja, 155 durante el a?o pasado. La violencia machista est¨¢ relacionada con la violencia generalizada que atraviesa el pa¨ªs. En especial para quienes viven en la provincia costera del Guayas y su capital Guayaquil, donde ocurren el 27% de los femicidios y donde esta semana hemos podido ver en directo la violencia que lacera Ecuador.
Antes viv¨ªa con miedo s¨ª, pero siento que ahora eso se ha exacerbado m¨¢s. A la angustia de un robo o el acoso ahora sumo el temor a salir. Me aterra la idea de que pueda ser parte de esas ¡°v¨ªctimas colaterales¡± asesinadas en medio de enfrentamientos entre bandas. Y que, en realidad, son v¨ªctimas directas de la violencia. ?Es normal sentir tanto horror? No, en absoluto. Pero es una realidad a la que nos vemos enfrentadas todos los d¨ªas, sin excepci¨®n.
Sin olvidar que esto lo escribe una mujer que vive en la capital, Quito. Porque ser mujer en entornos rurales es a¨²n m¨¢s complicado porque viven diferentes formas de discriminaci¨®n, violencia y brechas. Tampoco quiero olvidar a quienes viven en ciudades tomadas por la violencia. En las que las mujeres viven casi de milagro en contextos de peligro constante. Tampoco quiero olvidar a los otros grupos vulnerables: ni?as, ni?os y personas del colectivo LGBTI. En 2023, 14 mujeres trans fueron asesinadas en nuestro pa¨ªs.
Ahora, soy m¨¢s precavida. Intento no tomar autob¨²s, ni taxi pasadas las 18.00. La ciudad est¨¢ pr¨¢cticamente desierta pasadas las 19.00. Cuando camino por una calle abandonada siento nervios. Much¨ªsimas veces prefiero ir por el camino largo, donde hay personas, que por el corto donde no hay nadie. Ni pensar en una caminata por la tarde sola. Mejor quedarme en casa o salir antes de que anochezca. ?Y si nos sucede algo? Estamos en la indefensi¨®n. Como lo que le sucedi¨® a Nicole Ramos, que fue brutalmente golpeada por su agresor cuando ella lo insult¨® por tocarle el trasero mientras caminaba. Fue golpeada a la vista de todos los que pasaban.
Reclamar por lo que nos corresponde siempre ha sido un acto de coraje. La defensa de los derechos de las ni?as y, nosotras, las mujeres es un asunto de justicia social y de derechos humanos en un pa¨ªs en el que es asesinada una mujer cada 27 horas. No hay da?o o agresi¨®n, de cualquier tipo, que despu¨¦s de tantos a?os no nos deje una marca.
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