La paradoja de Brasil: el pa¨ªs mejora y el Gobierno de Lula resbala en los sondeos
Un test clave para entender los reveses que est¨¢ sufriendo el nuevo Gobierno van a ser las elecciones municipales de octubre
Los analistas pol¨ªticos de las varias tendencias se despepitan para entender la paradoja de un pa¨ªs como Brasil, que est¨¢ mejorando en todos sus ¨ªndices econ¨®micos, mientras el nuevo Gobierno de Lula resbala en todos los sondeos de opini¨®n. Tanto en el estudio de Genial, como en el de Quaest, de Atlas o el de Ipec, la corrosi¨®n de la popularidad de Lula es evidente. En la encuesta Quaest, la diferencia entre aprobaci¨®n y desaprobaci¨®n es la menor de la serie hist¨®rica. En la Ipec, la curva de desaprobaci¨®n del Gobierno es ascendente.
Otra se?al roja es que la aprobaci¨®n del Ejecutivo empieza por primera vez a caer entre el electorado hasta ahora m¨¢s fiel a Lula, como las mujeres, los j¨®venes y los m¨¢s pobres. Y eso a pesar de que estos ¨²ltimos est¨¢n teniendo una serie de mejoras sociales evidentes ?Qu¨¦ est¨¢ pasando? Analizando las interpretaciones que aparecen sea en los editoriales de los medios nacionales de prensa como en las de las redes sociales, la popularidad de Lula se derrumba en temas como seguridad p¨²blica, corrupci¨®n pol¨ªtica, control de gastos p¨²blicos y pol¨ªtica exterior. En estos temas, la aprobaci¨®n incluso entre los que hab¨ªan votado en Lula, baj¨® de un 76% a un 43%. Al mismo tiempo, en lo concerniente a la divisi¨®n de la sociedad tras el descalabro del Gobierno de extrema derecha golpista, seg¨²n el sondeo de Quaest, dicha divisi¨®n pas¨® de un 64% a un 83%.
Quiz¨¢s la desaprobaci¨®n del Gobierno sea a¨²n m¨¢s parad¨®jica en las relaciones internacionales, las m¨¢s mimadas por Lula, que ha pasado la mitad de su tiempo en recorrer el mundo llevando la imagen de un Brasil que pretende ser la cabeza de una nueva iniciativa global. De hecho, en los ¨²ltimos sondeos la aprobaci¨®n de la pol¨ªtica exterior del Gobierno baj¨® de un 49% a un 28%.
En la pol¨ªtica exterior, la piedra en la que al parecer tropez¨® el nuevo Ejecutivo progresista de Brasil ha sido una cierta condescendencia de Lula con reg¨ªmenes dictatoriales, desde Venezuela a Ir¨¢n, as¨ª como su apoyo a Putin en la guerra de Ucrania y el resbal¨®n con Israel al comparar la guerra contra Ham¨¢s con el Holocausto de Hitler que mat¨® a seis millones de jud¨ªos. Esto le est¨¢ costando la p¨¦rdida de apoyos de los evang¨¦licos que tienen a Israel como el pa¨ªs mesi¨¢nico de la tierra prometida por Dios. De hecho, el presidente de Israel acaba de invitar a Bolsonaro a visitar a Israel en guerra. Un Bolsonaro que era cat¨®lico y quiso rebautizarse como evang¨¦lico en las aguas del Jord¨¢n.
Y mientras por un lado Brasil busca protagonismo en la pol¨ªtica contra el cambio clim¨¢tico, apoya a reg¨ªmenes que privilegian a¨²n el petr¨®leo y apoya la pol¨ªtica de crecimiento de Petrobras. En otra l¨ªnea, uno de los posibles fallos del nuevo Gobierno que revelan los sondeos ha sido que Lula ha querido abordar los problemas que le valieron popularidad en sus dos primeros mandatos. Como si el mundo de hoy, por ejemplo en materia de pol¨ªtica sindical y en las relaciones laborales, fuera a¨²n el mismo. Un ejemplo claro es la actual pol¨¦mica por intentar reglamentar nuevas plataformas como Uber o el ej¨¦rcito de repartidores a domicilio con los criterios de los viejos sindicatos, mientras todo el mundo de las relaciones laborales est¨¢ en pleno cambio.
Cuando Lula lleg¨® por tercera vez al poder lo hizo por un margen de poco m¨¢s de un mill¨®n de votos. El pa¨ªs estaba dividido en dos. Lula lo entendi¨® y una de sus primeras afirmaciones fue que despu¨¦s del gobierno ultra de Bolsonaro que quebr¨® la armon¨ªa del pa¨ªs luchar¨ªa por un pa¨ªs de nuevo unido. S¨®lo que quiz¨¢s no entendi¨® que Brasil, como medio mundo, ha pasado en los ¨²ltimos 20 a?os de una pol¨ªtica anal¨®gica a la actual digital, incluso vinculada la IA. Y fue justo con la fuerza de las redes sociales con la que una figura tan banal como Bolsonaro consigui¨® llegar al poder.
Y hoy mismo, justo gracias al activismo de las redes de la extrema derecha, un Bolsonaro que nunca fue un estadista, en su peor momento pol¨ªtico, con un pie en la c¨¢rcel, acusado de haber intentado un golpe de Estado, sigue apareciendo como la referencia ultraderechista m¨¢s importante del pa¨ªs, como lo demostr¨® la manifestaci¨®n multitudinaria a su favor celebrada en S?o Paulo, que sorprendi¨® al propio Gobierno.
Que Lula acepte dificultad la nueva revoluci¨®n digital lo revela el hecho de que ¨¦l, al igual que su partido, el PT, siguen siendo anal¨®gicos cien por cien y no consiguen en las redes alcanzar ni de cerca la eficiencia de la oposici¨®n. Hasta el punto que Lula ni tiene un tel¨¦fono m¨®vil. Quien precisa hablar con ¨¦l necesita pasar por el tel¨¦fono de su esposa, Janja, lo que irrita a veces a algunas figuras del Gobierno y de la oposici¨®n que no consiguen hablar directamente con ¨¦l.
Una cosa es cierta: la actividad en las redes sociales de la pol¨ªtica del Gobierno est¨¢ muy lejos de la usada por la oposici¨®n bolsonarista. Quiz¨¢s de ello dependa el hecho de que el pa¨ªs, contra todos los deseos y esfuerzos de Lula, siga dividido y que la ultraderecha contin¨²e dominando la mayor¨ªa del Congreso, lo que limita dr¨¢sticamente al Gobierno para aprobar sus nuevos proyectos de reforma.
El partido de izquierdas de Lula, el PT, est¨¢ preocupado con los datos de los sondeos que revelan un cierto rechazo frente a un Gobierno que sin duda tiene en su haber toda una serie de conquistas sociales que han hecho mejorar la vida de los m¨¢s marginados. El peligro, seg¨²n los analistas pol¨ªticos, es que el PT, que ya fue el mayor y m¨¢s pujante partido de izquierda de Am¨¦rica Latina, hoy es minor¨ªa en el Congreso. En el Parlamento las comisiones m¨¢s importantes est¨¢n en manos de bolsonaristas, quienes han llegado ya a presentar varias peticiones de impeachment de Lula.
Un test clave para entender mejor la agon¨ªa que est¨¢ viviendo el nuevo Gobierno van a ser las elecciones municipales de octubre pr¨®ximo, una cita clave para las presidenciales del 2026. a las que el PT ya ha lanzado de nuevo a Lula. Son justamente esas elecciones en las que se volcar¨¢ la extrema derecha bolsonarista para fortalecerse en vistas a las presidenciales.
Quien conoce a Lula sabe, sin embargo, que el viejo l¨ªder sindical supo siempre salir a flote de las circunstancias m¨¢s insidiosas, incluso de la c¨¢rcel. Es una especie de ave f¨¦nix que resurge de sus propias cenizas. Lleg¨® a autodefinirse como una ¡°metamorfosis ambulante¡±. Lo ha sido siempre y quienes temen a¨²n el resurgir de la extrema derecha golpista saben tambi¨¦n que a Lula, mientras tenga fuerzas f¨ªsicas, ser¨¢ dif¨ªcil colocarle contra las cuerdas.
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