Petro da inicio al a?o legislativo m¨¢s ambicioso de su Presidencia

Gustavo Petro ha dado inicio este fin de semana al a?o legislativo m¨¢s ambicioso de su Presidencia, que est¨¢ a punto de cumplir dos a?os. Han sido 720 d¨ªas de alto voltaje, de muchos frentes abiertos al mismo tiempo, de muchos intentos de buscar las rendijas del Estado para instaurar la promesa de cambio que lo trajo hasta aqu¨ª. Sin embargo, esas transformaciones se han dado a un ritmo que desesperan al propio presidente, que en los consejos de ministros de los lunes urge a sus colaboradores a trabajar d¨ªa y noche en pro de su Gobierno. Quienes pensaban que este tiempo de tormenta habr¨ªa desgastado a Petro y le har¨ªa caer en la par¨¢lisis por la imputaci¨®n de su hijo, o un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que acaba de protagonizar alguien nombrado por ¨¦l, se equivocaban. Seg¨²n ¨¦l, esto no ha hecho m¨¢s que empezar.

En este 20 de julio, d¨ªa de la independencia de Colombia, Petro ha reiterado lo que ya puso sobre la mesa en Nueva York, la semana pasada: necesita acelerar la reforma agraria para cumplir el acuerdo de paz de 2016, que concluy¨® con la desmovilizaci¨®n de las FARC. Esa firma entre el Gobierno y la guerrilla fue un hito y estaba llena de buenos deseos que, en muchos casos, no se han cumplido, como el reparto de la tierra en el mundo rural. Esa ha sido una de las causas de la guerra presente en Colombia desde hace medio siglo, y es de las primeras cosas que intentar¨¢ solucionar. En su d¨ªa cont¨® para esa tarea con una experimentada pol¨ªtica, Cecilia L¨®pez, en quien pens¨® incluso para ser su vicepresidenta. Pero diversas trabas burocr¨¢ticas frenaron ese proyecto de distribuir tres millones de hect¨¢reas; la realidad es que apenas se han repartido 184.000. Entre otras cosas, porque los expropiados pueden apelar la justicia y demorar el proceso 20 a?os. Por eso, ahora cree que urge expeditar una reforma agraria que acorte esos plazos, aprobando un proyecto de ley con el m¨¦todo conocido como fast-track, o tr¨¢mite r¨¢pido, el mismo que utiliz¨® Juan Manuel Santos para aprobar el acuerdo.

Necesitar¨¢ consenso y capacidad de negociaci¨®n. A ratos, Petro ha parecido querer romper amarras con el resto de los partidos y navegar en solitario, a donde le lleve la mar. Pero esos mensajes disruptivos que ofrece en la tribuna los hace con la mano derecha, mientras que con la izquierda toca la espalda de sus asesores para que lleguen a acuerdos en el Congreso. Laura Sarabia, su n¨²mero 2, trabaja en ese sentido. As¨ª se logr¨® aprobar una reforma pensional, que sali¨® adelante con facilidad en el Congreso, y estuvo cerca de conseguirlo con la laboral y la educativa. Esos acuerdos sorprendieron hasta a sus enemigos, que lo ve¨ªan ya embarcado en la idea de la Asamblea Constituyente, a donde quer¨ªa -quiere- llegar para modificar aspectos claves de la constituci¨®n vigente.

Al lado de ese Petro negociador se siente Juan Fernando Cristo, su nuevo ministro de Interior, encargado de tejer alianzas. Se le tiene por un pol¨ªtico de consenso, bregado en la ¨¦poca de Santos, conocedor de los secretos del Senado. La foto del evento del d¨ªa de la independencia que subi¨® Sarabia a redes sociales es un buen ejemplo de c¨®mo funciona ahora el Gobierno: Petro-Sarabia-Cristo. Ah¨ª tambi¨¦n podr¨ªa haber aparecido Luis Gilberto Murillo, el canciller, un operador pol¨ªtico rocoso, influyente, de la absoluta primera l¨ªnea de Petro. ?En un segundo anillo de influencia? El embajador en Caracas, Milton Regifo, enfrascado en que Petro tenga un lugar prominente en el destino pol¨ªtico de Venezuela.

?A d¨®nde debe ir a parar todo esto? Al acuerdo nacional, la concertaci¨®n, el gran pacto que siente las bases de Colombia para las pr¨®ximas d¨¦cadas. Por eso est¨¢ ah¨ª Cristo, que no hace mucho criticaba los planes constituyentes de Petro -tocar la Constituci¨®n se considera un sacrilegio-, pero que ahora considera que podr¨ªa ser posible si se hiciera por las buenas, es decir, con la aprobaci¨®n del resto de la sociedad, incluso de los que se oponen a Petro de manera frontal.

El presidente siente que estos d¨ªas ha ganado cr¨¦dito. Aunque la conversaci¨®n nacional ha girado en torno a Olmedo L¨®pez, el exdirector de la Unidad Nacional para la Gesti¨®n del Riesgo de Desastres (UNGRD) que ha reconocido ser un corrupto, se apunta el tanto de que en Colombia logr¨® reducirse la pobreza durante 2023 en 1,6 millones de personas, en comparaci¨®n con 2022. A la vez, ha bajado el desempleo y la inflaci¨®n mantiene una tendencia a la baja. Los que auguraban un descalabro econ¨®mico en Colombia tendr¨¢n que esperar a una mejor ocasi¨®n. Con ese impulso, inicia el tercer a?o legislativo con el que Petro quiere instaurar el Gran Cambio.

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